Bitcoin Core a Bitcoin Cash: “¡Te odio! ¡Vete! ¡No me abandones!”

Tres de las noticias más importantes de todo este año han pasado desapercibidas para las masas hipnotizadas por Blockstream / Core. Desesperados como están por ocultar lo que ya no puede ser ignorado –que Bitcoin Core se ha vuelto prácticamente inservible y que sigue perdiendo a un ritmo vertiginoso la escasa utilidad que le queda–, los Blockstream boys han redoblado su apuesta por la censura en un último intento de arrear a las ovejas los inversores nuevamente hacia el redil de las instituciones financieras amenazadas por la creación de Satoshi Nakamoto.

A los veteranos de Bitcoinlandia, la maniobra distractiva nos resulta familiar; nos trae a la memoria el deliberado ninguneo de Bitcoin por parte de los medios masivos de comunicación allí por 2011 y 2012, cuando solo se hablaba de Bitcoin en tono de sorna. Hoy la situación es muy similar: en los medios controlados por Blockstream puede hablarse de cualquier cosa, por trivial que sea, menos de Bitcoin Cash –salvo para desestimarlo o condenarlo–.

Y es que se trata de los mismos personajes, en representación de los mismos intereses, haciendo lo mismo, por los mismos motivos. Tras una larga campaña de infiltración, coronada por un exitoso asalto desde todos los frentes, la mafia más poderosa del planeta logró finalmente convertir a Bitcoin (Core) en un sistema de liquidaciones para uso exclusivo del cártel bancario, y ahora –vaya sorpresa– busca desacreditar la alternativa que nos permite liberarnos de su dominio.

¿No es encantador verlos fracasar en tiempo real?

En la era de internet, ocultar información relevante es equivalente a tratar de tapar el sol con la mano. Si acaso todavía no te has enterado, lo que están tratando de tapar es que Bitpay –una de las compañías que más ha impulsado el efecto de red de Bitcoin– pronto incorporará Bitcoin Cash a su pasarela de pagos; que Coinbase –el broker más grande de Bitcoinlandia– acaba de añadir Bitcoin Cash a su lista de cripto-activos; y que Blockchain.info –uno de los criptomonederos más usados– ya está ofreciendo la opción de enviar y recibir bitcoins Cash. Estas noticias, entre muchas otras, auguran serios problemas para un Bitcoin Core habituado a funcionar aislado de la competencia.

No es por amor, sino por necesidad, que dichas compañías tomaron la decisión de abrazar Bitcoin Cash. Si Bitpay ha de sobrevivir como pasarela de pagos, y Coinbase como broker, y Blockchain.info como criptomonedero, están obligados a pivotar, aunque eso les granjee un lugar destacado en la lista negra de Blockstream / Core, aunque los convierta en blanco predilecto del aparato legal y propagandístico del cártel bancario que financia esta organización, aunque tengan que enfrentar 24 horas de constante cyberbulling los 7 días de la semana. Así y todo, ganan más de lo que pierden.

El éxito de estas compañías ha sido, desde su nacimiento, paralelo al éxito de Bitcoin. Antes de la invasión, cada uno de sus pequeños triunfos –cada nueva empresa que empezaba a aceptar Bitcoin a través de Bitpay, por ejemplo– solía ser un acontecimiento festejado por todos los bitcoiners. Durante los años de ocupación, sin embargo, en los foros controlados por Blockstream el enfoque pasó de “Tenemos que lograr que todos entiendan las ventajas de adoptar Bitcoin”, a “Eres un enemigo del pueblo si utilizas Bitcoin para transferir menos de un millón de dólares y pagas una tarifa inferior a mil dólares”.

Parece mentira que hoy tengamos que seguir explicando que Bitcoin tiene valor económico porque la gente lo adopta en función de sus ventajas. Que el efecto de red es un emergente de las decisiones tomadas por personas de carne y hueso que reconocen la utilidad del sistema, no de una pandilla de idiot savants –más idiots que savants– que procuran exorcizar traumas infantiles jugando a ser dictadores omnipotentes. Que si se abusa lo suficiente del poder que otorga el efecto de red, este puede perderse y nunca recuperarse.

Si no tienes paciencia para atender a las razones, atiende al menos a la evidencia. Observa cuán rápidamente el valor fue transferido de Bitcoin a las altcoins durante los años de ocupación. Sorprenderse por el desplome de la capitalización de mercado de Bitcoin Core (de un 95% a un 50% del total de las criptomonedas en un par de años de planificación económica centralizada) sería como sorprenderse por la pérdida de competitividad y el empobrecimiento de Corea del Norte desde la instauración del comunismo, o por la misteriosa tendencia de los habitantes de Corea del Norte a huir del país cada vez que se les presenta la oportunidad.

¿Qué ofrecían las altcoins durante los años de ocupación, sino las mismas funciones que Core había decidido remover, empujando a la gente a buscar alternativas? Empujar a la gente a buscar alternativas es luchar contra la adopción de la moneda, y luchar contra la adopción de una moneda es luchar contra su liquidez. Pero si a una moneda le quitas la liquidez, tarde o temprano te quedas sin nada, porque la moneda no es más que el bien más líquido en una economía.

Aún así, mientras no hubiera una alternativa capaz de rescatar el efecto de red mediante un fork y llevar a la práctica la peligrosa visión de Satoshi Nakamoto (entiéndase “peligrosa para los intermediarios forzosos del mundo fiat que Blockstream / Core representa”), los Blockstream boys no tenían mucho que temer.

Bitcoin Cash entra en escena

Ahora bien, si Blockstream / Core ha logrado imponer todas y cada una de sus reformas antimercado dentro de sus dominios, ¿por qué tanto resquemor ante la migración voluntaria hacia Bitcoin Cash? ¿Acaso no querían una “reserva de valor” con la liquidez de un cuadro de Picasso, ya que “Bitcoin no está hecho para que compres un mísero café”? ¿No era la idea espantar a quienes invirtieron en el proyecto de Satoshi Nakamoto, ya que el white paper –casualmente titulado “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”– “no debe tomarse al pie de la letra”?

Los partidarios de Core ya tienen su sistema de liquidaciones para grandes instituciones financieras. Los partidarios de Bitcoin Cash ya tienen su dinero electrónico peer-to-peer, el que nuevamente les permite transferir cualquier cantidad de riqueza de manera instantánea, a cualquier persona, desde y hacia cualquier lugar y en cualquier momento, sin tener que pagar tarifas abusivas, sin tener que preocuparse por el fraude o por el envilecimiento de la moneda, sin tener que pedir permiso a nadie y sin estar obligado a identificarse.

¿Cómo se explica entonces el incremento de los ataques por parte de los Blockstream boys y su horda de trolls iracundos, ahora que la secesión es una realidad y nadie obstaculiza sus planes?

Fácil: aunque no lo digan, ellos saben perfectamente que una criptomoneda lenta, ineficiente, impredecible, antieconómica, monopólica, centralizada, censurada, fraudulenta (“transacciones rápidas, tarifas bajas”, anuncia todavía bitcoin.org) y deliberadamente descarriada por las instituciones que más pierden con la desintermediación del dinero, no puede competir con la creación de Satoshi Nakamoto.