El experimento de Satoshi Nakamoto fue diseñado para dar una respuesta al siguiente interrogante: ¿qué ocurre si se le permite a la población productiva conservar el fruto de su trabajo, y sus ahorros se vuelven resistentes tanto a la voracidad fiscal como a la devastación del ciclo económico? ¿Qué ocurre, en definitiva, si adoptamos un sistema monetario justo, uno que no está diseñado para favorecer a los parásitos a expensas de los que agregan valor?
El experimento aún está en curso, y lo que hemos visto hasta ahora no era muy difícil de predecir: por un lado, el beneplácito de la población productiva; por otro lado, una fuerte reacción por parte de las élites financieras.
Recordemos que los parásitos no aspiran tanto a la riqueza (pues ésta les dura muy poco) como al control de la riqueza producida por otros, y lucharán a muerte antes de renunciar a sus privilegios. Si nos guiamos por la evidencia histórica, es más probable que los veamos desarrollar alas de colores y volar como mariposas que optar por ganarse la vida honradamente.
¿Cómo intentarán esta vez, entonces, inclinar el campo de juego a su favor? En otras palabras, ¿cómo es que Blockstream planea matar a Bitcoin? Según Justus Ranvier, apelando a una estrategia similar a la que usaron los gobiernos para matar al oro como patrón monetario.
Por Justus Ranvier
– La Lightning Network (el sistema que Blockstream pretende montar a la fuerza sobre la cadena de bloques) se convertirá en una red de pagos de distribución radial (hub-and-spoke), porque no existe un algoritmo de enrutamiento P2P con un rendimiento aceptable, y también porque es necesario inmovilizar grandes cantidades de capital para hacer que los canales de pagos funcionen.
– Los centros de actividad de la Lightning Network (LN) serán, en la práctica, bancos.
– Los canales de pagos pueden «llenarse», y en ese estado son incapaces de aceptar nuevos flujos de fondos en un rumbo particular.
– Cuando se llena un canal de pagos, la única manera de reanudar el flujo de fondos es abrir un nuevo canal.
– La apertura de un nuevo canal de pagos requiere una cantidad importante de capital y también una transacción en la cadena de bloques.
– El retraso en la apertura de nuevos canales deteriora la experiencia del usuario de la LN. A veces la LN funciona bien, pero a veces tu canal se llena y no puede recibir más fondos hasta que logres registrar en un bloque una transacción destinada a abrir un nuevo canal.
– El tiempo que demora la red en confirmar tu transacción es impredecible (puede llevarle horas o días, dependiendo de la demanda).
– No hay ninguna limitación técnica que impida que un cliente de LN trabaje con un canal que no esté aún confirmado en la cadena de bloques.
– Con el fin de resolver el problema de los retrasos y el problema de la imposibilidad de predecir el tiempo que demorará cada transacción en confirmarse, ambos ocasionados por la necesidad de abrir nuevos canales de pagos, los bancos empiezan a ofrecer carteras «mejoradas» que funcionan con canales no confirmados en la cadena de bloques.
– La mayoría de los usuarios aceptan felizmente esta mejora en el rendimiento.
– Una vez que los clientes de la LN comienzan a aceptar canales no confirmados, los bancos empiezan a preguntarse qué sentido tiene molestarse con la confirmación de los canales en la cadena de bloques.
– Algunos bancos empiezan a manejar los fondos de sus clientes exclusivamente en canales no confirmados, manteniendo sólo la cantidad de bitcoins reales (en la cadena de bloques) necesaria para las liquidaciones con otros bancos.
– Estos bancos empiezan a operar con reserva fraccionaria, y atraen a los clientes de los bancos que operan con reserva completa mediante cuentas que pagan intereses.
– Una vez que todos los bancos operan con reserva fraccionaria, pueden intercambiar el sistema de liquidaciones basado en Bitcoin por cualquier otro.