Entrevista a Konrad S. Graf: un antídoto contra el analfabetismo económico

ksg

Si quieres ir más allá de los personajes e identificar las ideas que subyacen a las distintas posiciones en el famoso debate por el tamaño del bloque, sírvete una buena copa de vino, relájate y disfruta de esta clase magistral de Konrad S. Graf.

Fuente: news.bitcoin.com – Traducido al español por majamalu para elBitcoin.org

Konrad S. Graf ha publicado varios trabajos sobre teoría monetaria y filosofía del derecho en relación a Bitcoin. En 2015 publicó «¿Son poseíbles los bitcoins?», una monografía sobre Bitcoin y teoría de los derechos de propiedad. Su artículo «Mercancía, escasez y teoría del valor monetario a la luz de Bitcoin» fue publicado en el «Journal of Prices & Markets» en 2014. Su monografía de 2013 sobre los orígenes de Bitcoin fue una de las tres finalistas en el Blockchain Award de 2014 al mejor trabajo académico (ganó Satoshi). Su trabajo está reunido en konradsgraf.com. Puedes seguir a Graf en Twitter: @KonradSGraf.

Bitcoin.com (BC): Usted me ha dicho que ha pasado mucho tiempo pensando acerca del límite al tamaño del bloque, pero no ha hablado públicamente sobre ello. ¿Porqué?

Konrad S. Graf (KSG): He estado pensando en ese asunto desde otoño de 2014, y he estado trabajando en un borrador, pero nunca sentí que había llegado a obtener un producto final, y mi enfoque fue alternando con otros proyectos. Estoy hablando de esto ahora principalmente porque usted me lo ha pedido, pero también creo que este es el momento indicado dentro de mi propio proceso intelectual para decir algunas cosas. Me tomo en serio el principio de primero comprender para luego ser comprendido (hábito de Covey 2). En este tema, no es poco lo que hay para entender –hay muchas cosas nuevas que asimilar–, pero llega un momento en que también es importante hacerse entender.

BC: Bien, vamos al grano entonces: ¿Cuál es su posición en el debate acerca de la escalabilidad de Bitcoin y el tamaño del bloque?

KSG: Mi posición deriva de la forma en que lo veo. Hace poco hablé con alguien que veía el debate como un conflicto entre gente de negocios que busca seguir expandiendo la capacidad ahora, por un lado, y por otro lado técnicos que son cautelosos con la arquitectura del sistema a largo plazo. Le dije: «Sí, y por otro lado estoy yo», lo que significa que también hay, al menos, un tercer punto de vista.

Mi atención se centra en el análisis económico y jurídico de las estructuras e instituciones sociales, muy cerca de lo que solía llamarse «economía política». Bitcoin es una nueva mezcla de servicio, producto, negocio, cultura e institución. Tiene múltiples capas técnicas, comerciales y económicas. Eso lo hace interesante, pero también puede dar lugar a confusión. Así que si esa persona tenía razón y muchos otros tienden a ver a Bitcoin en primer lugar como un sistema técnico que ha de ser cuidadosamente ajustado, o bien como un modelo de negocio que ha de ser optimizado, yo veo un mercado, que es una criatura muy diferente. Economía no es negocios y no es ingeniería; es una tercera cosa.

Si un mercado es tratado como un objeto a ser manipulado por ingenieros o por hombres de negocios (véase el capitalismo de amigos –la «selección de ganadores»–), hay ciertas implicancias, ninguna de ellas buena. Ejemplos de «ingeniería de la economía» son los ajustes arbitrarios de las tasas de interés y los tipos de cambio para lograr «estabilidad» (¿cómo está funcionando eso?), la cartelización de industrias, la eliminación de la competencia mediante regulaciones, etc.

Cuando los métodos y modos de pensar de la ingeniería se aplican a factores del mercado a través del gobierno, eso se llama intervención económica. Un problema con la «ingeniería económica», y hay muchos, es que se trata a las personas como si fueran partes móviles en el modelo del planificador. Sin embargo, esas personas tienen sus propios planes. Y a pesar del típico relato del planificador, el plan maestro no necesariamente resulta ser lo mejor para todas esas personas.

Una contribución importante de la economía como disciplina durante los últimos siglos ha sido explicar que –y cómo– las intervenciones en el mercado producen despilfarro, escasez, desempleo, dislocaciones y pérdida de riqueza en la sociedad. Y esos son sólo los efectos directos. «La economía» no es una máquina, ni un producto, ni un servicio. No es ni siquiera un «negocio» gigante. Es un orden creado por infinidad de interacciones voluntarias entre seres conscientes, que aprenden y se adaptan, en constante evolución. Los límites impuestos distorsionan los procesos de coordinación dinámicos, impiden la ocurrencia de descubrimientos y favorecen los métodos menos eficientes por sobre los más eficientes, lo conocido por sobre lo todavía no conocido, el status quo por sobre la innovación.

Pero es aún peor. Las intervenciones no pueden ser «neutrales»; siempre introducen una dinámica de ganadores / perdedores, lo que alimenta la polarización y la politización. Las personas sienten que deben luchar para influir en la política para beneficiarse con la intervención a expensas de otros, porque otras personas seguramente también tratarán de influir en perjuicio de sus intereses. Mientras que las relaciones de mercado son por definición ganar / ganar, en el sentido de que no hay operaciones que se lleven a cabo sin el consentimiento mutuo, cualquier intervención en el mercado supone al menos algún grado de dinámica ganar / perder, al estilo de los juegos del hambre. Todo el mundo recibe algo para luchar en un juego de suma cero, y luego siente la necesidad, o incluso la responsabilidad, de influir en la manera en que se implementan las medidas de intervención.

BC: ¿Cómo describiría lo que es el mercado en relación con el límite al tamaño del bloque? La gente habla de la necesidad de un mercado de tarifas, por ejemplo.

KSG: En primer lugar, la expresión «mercado de tarifas» surge de un error. Las tarifas son pagadas; lo que se compra es un producto o un servicio. Por lo que al hablar de «mercado de tarifas» oscurecemos el producto real. Los usuarios envían transacciones con una tarifa como una oferta pública, con la esperanza de que sean confirmadas. Algunas investigaciones indican que una tarifa más alta no es necesariamente mejor por encima de un cierto nivel, pero hacer una oferta por debajo de ese nivel tiende a provocar un aumento de las probabilidades de retraso.

Así que lo correcto es hablar de un mercado de servicios de inclusión de transacciones. Los usuarios hacen ofertas para que los mineros incluyan las transacciones en los bloques candidato. La inclusión en más bloques candidato –especialmente en relación con el total del poder de cómputo minando para esos candidatos– eleva las probabilidades de una confirmación más rápida. En igualdad de circunstancias, los usuarios prefieren una confirmación más rápida a una más lenta, por lo que el factor tiempo es clave. Se trata entonces de un mercado de priorización de confirmaciones.

La inclusión de cada transacción en un bloque candidato implica un cierto coste marginal para los mineros. Cada transacción tiene que ser recibida, validada, y ser incluida, o no, en un determinado bloque candidato en un determinado lapso de tiempo, todo a un costo que nunca es igual a cero. Cuanto más grande se torna un determinado bloque candidato de un minero, por ejemplo, mayor es el riesgo de que el bloque resulte huérfano. A medida que dichos costos y riesgos aumentan con los años y el aumento del volumen de transacciones, cada minero / poool se enfrenta a decisiones en relación a las condiciones en que opera, la conectividad, los costos, la evaluación de riesgos, etc. Todo lo cual informa a cada minero acerca de los pros y los contras de incluir una determinada transacción en un momento dado, y condiciona decisiones de inversión en diferentes niveles de capacidad y conectividad, y así sucesivamente.

Los mineros, por lo tanto, compiten entre sí dentro de una industria de servicios. Al prestar estos servicios, cada minero desea incrementar su potencial de ingresos en concepto de tarifas (sobre todo porque la recompensa fija por bloque hallado disminuye con el paso de los años), pero tiene que encontrar un equilibrio entre ese potencial y sus costos en el tiempo. Por cierto, la fuente de una transacción –ya sea un usuario final, una empresa o un sistema de canales de pagos– no debería importar, per se, desde el punto de vista de un minero.

BC: Sin embargo, ningún gobierno controla el límite al tamaño del bloque. ¿Puede el modelo de intervención realmente aplicarse aquí?

KSG: Si el límite restringe la cantidad máxima de servicios que la industria minera puede suministrar, esto funciona como una intervención en el mercado. No importa quién establece la restricción, o por qué. Las intenciones y las identidades no cambian el efecto económico de una política. Los motivos son irrelevantes. La distorsión del mercado tiene lugar debido a la naturaleza de la política en cuestión, independientemente de cómo llegó a establecerse o quién la estableció o quién la mantiene. Cuanto mayor sea la restricción que el límite impone al volumen de mercado, más alta es la probabilidad de tenga consecuencias negativas.

Veamos un ejemplo de lo que estoy diciendo. Digamos que el salario real más bajo en una economía, en promedio, es de alrededor de $ 7, pero el gobierno establece un salario mínimo de $ 5. ¿Qué pasa? Bueno, nada. No tiene importancia. Ahora, digamos, este mínimo se eleva a $ 6, y luego a $ 7. Aún así, no sucede gran cosa. Algunas personas que de otro modo podrían haber conseguido un trabajo ahora están desempleadas, pero esto pasa mayormente desapercibido. Ahora supongamos que se establece por decreto un salario mínimo de $ 8. La política empieza a surtir efecto. Luego $ 9, luego $ 10, y más. Con cada aumento, cada vez más personas que de otro modo podrían haber conseguido o mantenido un trabajo con un salario menor que el mínimo decretado pasan a engrosar el número de desempleados. Cada vez más empresas frustradas (proyectadas pero nunca iniciadas), encogidas, reubicadas y quebradas nunca llegan a proporcionar este empleo inexistente.

De manera similar, pero a la inversa, el límite al tamaño del bloque constituye un tope a la producción en toda la industria que se ha mantenido fijo mientras el volumen de datos ha continuado aumentando hasta alcanzarlo. Este mismo límite fijo ha estado en vigor desde septiembre de 2010, pero nunca antes había importado en la práctica. Cuanto más influye el límite en el verdadero volumen de mercado potencial, más daño cabe esperar a la cohesión económica y social, por lo que está lejos de ser una estrategia sin costo –y los costos totales son fáciles de subestimar–.

Bitcoin ha sido emocionante para algunos como un dinero de libre mercado. Un tema central en mi trabajo ha sido la definición de Bitcoin como un medio de intercambio que ha surgido de sectores no estatales, no coercitivos, de la sociedad. Algunos observadores de Bitcoin con conocimientos de economía pueden haber partido de esta idea general y luego asumido que, dado que la intervención es algo propio de un gobierno, el límite al tamaño del bloque no puede considerarse tal, ya que emerge del sector no coercitivo.

Sin embargo, en un mercado con múltiples fuentes de oferta y demanda, un techo de producción interfiere en la relación entre los proveedores de servicios y sus clientes, a la vez que impide que nuevos participantes se unan para romper ese techo. El análisis económico de esa política en este mercado (el mercado de inclusión de transacciones en la cadena de bloques) no cambia si es una agencia gubernamental la responsable de la imposición, si bien el estatus «normativo» es diferente.

Los dos casos están claramente separados desde el punto de vista de la teoría del derecho, pero no tanto desde el análisis económico. La imposición de un techo de producción por parte de un gobierno sólo puede tener éxito a través de la amenaza o la agresión efectiva oficialmente sancionada contra cualquier persona inocente que se resista. Por el contrario, la participación en Bitcoin sigue siendo totalmente voluntaria, independientemente de tal o cual ajuste dentro del código. Pero si hacemos un análisis económico, los resultados de un techo de producción son los mismos independientemente de su origen y método de aplicación.

Este caso tampoco encaja en el (mítico) modelo de un cártel estable en un libre mercado. Tales acuerdos teóricos son naturalmente inestables. En ausencia de coacción legal, cualquier participante puede beneficiarse desertando y superando el techo. Y cualquier nuevo participante en el mercado puede empezar a producir sin tener que unirse al cártel. En el caso que nos ocupa, sin embargo, ningún renegado o recién llegado puede, por sí solo, hacer que un hard fork suceda con el fin de romper el techo de producción.

Así que la situación, aunque ciertamente novedosa, sigue siendo económicamente más parecida a lo que vemos cuando un techo de producción es impuesto legalmente a toda una industria. De esto podemos inferir una conclusión que no es especialmente alentadora: Bitcoin no sólo ha demostrado que son posibles algunas cosas buenas que muchos consideraban imposibles sin un gobierno, a saber, la producción de dinero; también amenaza con mostrar que son posibles algunas cosas malas que muchos consideraban imposibles sin un gobierno, a saber, la imposición exitosa de un techo de producción a toda una industria.

Esto empieza a hacer de Bitcoin más una «moneda de economía mixta» en este sentido no normativo sino económico, y menos una moneda de libre mercado. Las ventajas de permitir que los procesos de coordinación e innovación dentro del mercado sean optimizados resultan parcialmente vedadas. Si el protocolo de Bitcoin es análogo a la «ley» de este nuevo territorio, entonces estamos en presencia de una conversión en cámara lenta de un mercado liberado a su natural evolución, en un entorno de economía mixta.

BC: ¿Y qué hay del argumento según el cual en realidad añadir una transacción representa un costo despreciable para el minero, por lo que no hay un incentivo para excluir aquellas transacciones que pagan tarifas muy bajas?

KSG: Una relación discernible entre tarifa / byte y el tiempo hasta la primera confirmación ya ha sido constatada durante mucho tiempo. Es todo lo que se necesita. Esto ha sido así incluso durante los primeros años, cuando la recompensa por bloque hallado superaba abrumadoramente a los ingresos por tarifas. Si el costo de la inclusión de transacciones se ha mantenido prácticamente irrelevante, esto sugiere que los productores todavía no se han topado con limitaciones naturales capaces de afectar el costo de una manera lo suficientemente significativa como para que la relación entre tarifa / byte y tiempo hasta la primera confirmación sea más importante. Los operadores de nodos y los mineros no han considerado que valga la pena negarse a retransmitir o incluir muchas de las transacciones que representan ingresos muy bajos, todavía. No ha valido la pena inventar y poner en práctica más formas de obtener beneficios económicos de los servicios de retransmisión que ofrecen los nodos, todavía. Los usuarios no han sentido la urgencia de incluir mayores tarifas / byte de las que han incluido, todavía. Y así.

Estas cosas pueden suceder en cualquier momento, pero no hay forma de predecir cuándo, o incluso si van a ocurrir. Podría ser el próximo año, o en cinco o diez años, o nunca. Podría haber alguna otra solución que se desarrolle cuándo tenga suficiente sentido, si es que llega a tenerlo. Con el mantenimiento de un techo a la producción, sin embargo, los incentivos y oportunidades para resolver problemas reales a medida que estos emergen se reducen, y la innovación es desviada. En lugar de resolver problemas reales, los actores del mercado se ven obligados a resolver problemas creados artificialmente por el propio techo de producción.

El diseño de Bitcoin incluye un largo programa de transición cuidadosamente concebido. Julio de 2016 nos traerá sólo el segundo de muchos más halvings de la recompensa para los mineros por bloque hallado. Durante más de un siglo, los ingresos procedentes de la emisión de nueva moneda tenderán a desvanecerse mientras que los ingresos procedentes de la inclusión de transacciones tenderán a aumentar. Si el éxito del sistema se mantiene, los ingresos de la minería deberían ser cada vez más el múltiplo de tres elementos fundamentales: la tarifa / byte, el volumen de datos correspondientes a transacciones minadas, y el poder adquisitivo real del bitcoin.

Cabe esperar que al menos dos esas variables, sino las tres, muestren una tendencia ascendente. Sin embargo, el límite al tamaño del bloque está empezando a limitar una (el volumen de datos) por primera vez. La controversia en relación a ello ha estado limitando muy probablemente una segunda variable (el poder adquisitivo –«precio»– del bitcoin). Un argumento a favor de un límite estrecho al tamaño del bloque ha sido que este puede (tal vez) elevar artificialmente las tarifas / byte. Sin embargo, cualquier intento de manufacturar un (posible) aumento de las tarifas / byte en el corto plazo podría producirse a un enorme costo para todo el sistema por otras razones, tales como un precio y un volumen de transacciones artificialmente limitados, y la distorsión de las vías de innovación.

BC: Otro argumento a favor de un límite inferior es que este reduce los costos para los nodos debido a que tienen menos tráfico para retransmitir y una cadena de bloques más pequeña que almacenar. ¿Qué pasa si, en ausencia de límite, quedan muy pocos nodos?

KSG: Cuando parece que hay una «tragedia de los comunes», la primera pregunta que uno debe hacerse es quién posee qué y si hay algo importante que permanece sin dueño y, como tal, sin protección. La pregunta paralela aquí es cómo los proveedores de servicios pueden cobrar por sus servicios. Si ellos no están cobrando, podría ser simplemente porque para ellos no vale la pena –todavía– buscar e implementar la manera de hacerlo.

Muchos operadores de nodos ofrecen sus servicios voluntariamente. Algunos mantienen nodos como complemento de su actividad comercial, con el fin de mejorar el rendimiento y la seguridad para ellos mismos y / o sus clientes. Pero algunos operadores podrían también encontrar formas de cobrar por servicios urgentes o premium.

Recuerde que en el mercado de inclusión de transacciones lo que interesa a los usuarios es la probabilidad y la velocidad de la confirmación. Cada uno de los bloques candidatos actuales de los mineros podría resultar validado en cualquier momento, y si lo es, cualquier transacción que esté incluida en ese bloque pasará a formar parte de la cadena de bloques, mientras que las que no están incluidas quedarán circunstancialmente afuera. Nadie puede saber cuándo llegará ese momento y para quién, por lo que el tiempo siempre es un factor esencial para todas las partes. Cualquier factor que influya en esta dinámica en lo más mínimo puede llegar a ser económicamente relevante, y por lo tanto pasible de ser sometido a eventuales modelos de monetización.

Los mineros quieren incluir transacciones rentables lo antes posible, y los usuarios quieren enviar transacciones y que estas sean confirmadas lo antes posible. Hay una armonía de intereses entre estos grupos. Los nodos funcionan como intermediarios entre los emisores de transacciones y los mineros, facilitando la interacción mutuamente provechosa entre postores y tomadores en cada transacción exitosamente minada. Los nodos están sentados sobre un recurso económico –están en una posición única para conectar a los postores (usuarios que pagan por el servicio de inclusión de transacciones) con los tomadores (mineros que buscan incluir transacciones rentables)–. La preferencia por concretar la transacción «lo antes posible» también está en armonía entre ambos lados.

Pero los nodos todavía están ofreciendo este servicio de forma gratuita. Eso podría seguir así por varias razones, pero si alguna forma de monetización pareciera tener sentido en la práctica, quienes mantienen nodos podrían adoptarla. ¿Acaso alguna red de retransmisión con prioridad para suscriptores, tal vez conectada con determinadas carteras? ¿Acaso micropagos a los nodos usando algo similar a la API de 21? El software de Multibit ya había incluido una pequeña tarifa por transacción para apoyar su propio desarrollo. Aunque Multibit ha retirado esta tarifa recientemente, ideas como esa pueden considerarse para futuros conceptos de monetización. Estas son solo algunas de las posibilidades. Así que mientras que la primera respuesta a la preocupación por la existencia de «muy pocos nodos» sigue siendo el consejo estándar de dar un paso adelante y mantener uno mismo más nodos, una segunda respuesta podría ser la de ayudar a descubrir modelos adicionales de monetización y ver si funcionan, ya sea ahora o en algún momento en el futuro, cuando puedan resultar más atractivos y útiles que ahora.

BC: Algunos han argumentado que cambiar el límite al tamaño del bloque sería cambiar a Bitcoin de una manera fundamental, algo así como cambiar el tope de 21 millones a la creación de moneda. El límite es parte de Bitcoin y así debe permanecer. ¿Como respondería usted a eso?

KSG: El tamaño medio de los bloques no ha tenido relación con el límite al tamaño del bloque hasta hace muy poco tiempo. El límite fue establecido a finales de 2010, unos 20 meses después del lanzamiento de Bitcoin, a un nivel que superaba en 1.200 veces el tamaño medio de los bloques en ese momento. Fue defendido como una medida de protección temporal contra ciertos ataques potenciales a la red, aunque no faltaron voces en contra ya en ese entonces, argumentando que era peligroso incluirlo a nivel de protocolo. Decían que podía ser mucho más difícil de lo esperado cambiarlo más adelante, pues grupos de intereses especiales, con razones para mantenerlo, podían desarrollarse en el futuro. Esto fue dicho en 2010.

La expectativa era que el límite simplemente sería elevado o retirado más adelante, cuando fuera necesario. ¡Por supuesto que podría elevarse más adelante! –respondían los partidarios de establecer un límite fijo–, si es que algún día el sistema de alguna manera llega a tener tanto éxito como para requerir tal medida. Es fácil olvidar que en 2010 el éxito de Bitcoin a largo plazo era una idea descabellada para la mayoría de la gente, incluyendo a muchos expertos en criptografía, redes P2P, economía, etc. «Simplemente lo elevaremos más adelante» parecía una opción razonable, pues empujaba hacia un escenario improbable en el largo plazo los posibles inconvenientes que algunos habían anticipado. Pero «el largo plazo» tiene la desagradable costumbre de llegar, y finalmente ha llegado.

La posición más conservadora es ajustar el límite de manera tal que siempre se mantenga muy por encima del promedio de tamaño de los bloques. Un límite dinámico, ubicado en algún lugar muy por encima del volumen medio, podría mantener esta relación por tiempo indefinido sin ningún cambio posterior del código. Un límite dinámico aún podría funcionar como protección (en la medida en que realmente sirva como protección –un tema que los técnicos aún debaten–) sin interferir en el mercado de inclusión de transacciones. El límite podría volver a ser simplemente un oscuro ajuste del que nadie habla.

BC: ¿Qué opina de la idea de que la recompensa por bloque hallado es un subsidio que baja artificialmente el costo de las transacciones en la actualidad?

KSG: Los que dicen eso acusan a quienes hoy remiten transacciones Bitcoin de gorrones descarados. Dado que estos «usuarios parásitos» están absorbiendo como esponjas el «subsidio” –piensan los que sostienen esta idea–, merecen un aumento de los precios que pagan por realizar transacciones, mediante una mayor restricción de la oferta de servicios.

Veo esto como –en el mejor de los casos– un mal empleo del término subsidio. La recompensa en monedas y los ingresos por transacciones son bienes que los mineros reciben en un mismo paquete. Por subsidio, en cambio, en general se entiende una cantidad independiente de dinero inyectado por la burocracia para promover algún producto o comportamiento que la burocracia prefiere. En Bitcoin, sin embargo, la recompensa por bloque hallado y los ingresos por transacciones fueron diseñados desde el principio como una única e inseparable retribución para los mineros. No hay ningún «subsidio» exterior añadido. En lugar de eso, la composición de este singular paquete de bienes va cambiando con el transcurso del tiempo (con los sucesivos halvings de la recompensa por bloque hallado y la evolución del mercado de transacciones). Esto no sólo es una parte del diseño original de Bitcoin, sino que también es parte de lo que define a Bitcoin.

BC: ¿Qué piensa usted acerca de las soluciones de escalabilidad fuera de la cadena de bloques, como Lightning Network y las cadenas laterales? ¿Son alternativas viables a elevar el límite al tamaño del bloque?

KSG: Lo que he comentado hasta ahora no implica una respuesta a la pregunta de qué clase de transacciones convendría llevar a cabo en la cadena de bloques versus fuera de la cadena, pero sí coloca la pregunta bajo una luz diferente. ¿Quién debería juzgar esto? La discusión al estilo Politburó acerca de si los cafés deben ser comprados dentro o fuera de la cadena de bloques es justo la clase de absurdo que siempre resulta de la politización de los factores del mercado.

Tales problemas sólo pueden resolverse adecuadamente a través de la competencia en un libre mercado, bajo las condiciones siempre cambiantes del mundo real. Los empresarios ofrecen ciertos servicios. Diferentes personas vienen a utilizar estos servicios, a menudo de manera imprevista. Los costos de producción, los precios y las ventajas y desventajas relativas de cada opción evolucionan con el tiempo y también con relación a las otras opciones. De esta manera, lo que funcione mejor en la cadena de bloques tenderá a darse allí; lo que funcione mejor a través de servicios basados en cuentas centralizadas gravitará hacia ellos (como ya ocurre en cierta medida); lo que funcione mejor en las cadenas laterales tenderá a darse en ellas; y lo que funcione mejor en canales de pagos tenderá a darse en ellos. Pero estos son resultados que se irán revelando con el tiempo, gracias a la rivalidad entre los oferentes de servicios en competencia unos con otros.

Por eso las medidas de intervención pueden causar graves daños. La intervención impide que las mejores soluciones y los mejores balances entre distintas soluciones sean descubiertos; distorsiona el desarrollo de la industria y provoca despilfarro; beneficia a algunas empresas y tipos de usuario a expensas de otros… El problema es que las pérdidas a menudo se esconden más fácilmente que las ganancias. Se puede engañar a las personas para que piensen que ha habido una ganancia neta para la «industria» o la «economía» cuando en realidad se ha producido una pérdida neta. Las pequeñas ganancias son visibles mientras que las grandes pérdidas (todo el desarrollo que debido a la intervención ha sido abortado o ni siquiera considerado) son invisibles.

Cuando leí el paper inicial de las cadenas laterales, publiqué inmediatamente una respuesta (25 de octubre de 2014) que planteaba la cuestión de si esas monedas conservarían la misma cotización que los bitcoins en la cadena principal. Todavía pienso que es una pregunta abierta a tener en cuenta. Los canales de pagos son prometedores en este aspecto en la medida en que incrementan el control de sub-unidades de una transacción Bitcoin especifica en la cadena de bloques, de manera tal que añaden valor para las partes involucradas. La construcción de una red de canales de pagos, sin embargo, podría añadir una cantidad de complejidad tal que los comerciantes podrían acabar por no tratar a esas unidades como «sustitutos perfectos» –en el sentido de la teoría monetaria– de los bitcoins en la cadena de bloques. Pero eso sólo puede ser constatado en la práctica. E incluso con una amplia aceptación por parte de los usuarios reales, podrían crearse y alimentarse de forma imprevista una serie de riesgos sistémicos latentes.

Este tema me recuerda una frase memorable de la película La Red Social: «Si tú hubieras inventado Facebook, habrías inventado Facebook.» La versión aquí es: «Si fuera lo mismo que un bitcoin en la cadena de bloques, sería un bitcoin en la cadena de bloques». Dado que no es un bitcoin en la cadena de bloques, los costos de contabilidad mental, la posibilidad de retrasos adicionales, los riesgos vinculados a la liquidez, la reducción de la flexibilidad a la hora de utilizarlo, los riesgos sistémicos, las diferencias de seguridad, etc. etc. crean la posibilidad de que esas unidades se negocien con un descuento en relación con los bitcoins en la cadena (la posibilidad de que unos y otros difieran en su cotización). Que el software defina una paridad cambiaria entre unidades fuera y dentro de la cadena de bloques no garantiza automáticamente una paridad económica a los ojos de los comerciantes. Podría suceder o no; únicamente el uso real puede demostrarlo. Los usuarios tienen que experimentar los beneficios como algo que supera los riesgos, y también tienen que aceptar como justificados los costos de decisión y de investigación, incluyendo la posibilidad de siquiera molestarse en examinar la cuestión.

Cabe recordar una vez más que prácticamente todos los expertos estaban convencidos de que Bitcoin fallaría –hasta que no lo hizo–. Pero, ¿cuál es la otra cara de esta lección? La otra cara es lo que ocurre con algo como la Lightning Network en este momento: aunque una gran cantidad de expertos creen que va a funcionar, muy bien podría fallar –a menos que no lo haga–.

Un asunto vital a la hora de considerar las distintas soluciones de escalabilidad fuera de la cadena es que las personas también deben seguir siendo capaces de usar Bitcoin directamente en la cadena. El lema «sé tu propio banco» ha sido uno de los principales atractivos de Bitcoin, y por muy buenas razones. Una unidad de bitcoin en la cadena de bloques es el equivalente más cercano en la esfera Bitcoin a la imagen clásica de una moneda de plata o de oro en el bolsillo. Esta es la unidad que no tiene ningún riesgo adicional propio de los sistemas basados en capas montadas sobre el protocolo, sustitutos imperfectos, expansión del crédito, inflación, contrapartes, etc.

Mantener un camino fácil y siempre abierto de huida hacia la cadena de bloques de Bitcoin es fundamental para que los que ofrecen servicios fuera de la cadena se vean obligados a probar siempre su honestidad y a competir siempre entre sí. Ese camino de huida es el que falta en los sistemas monetarios convencionales. Falta, por supuesto, ¡porque ha sido eliminado!

BC: Ha habido una batalla argumental entre quienes están a favor de un mayor tráfico dentro de la cadena de bloques y quienes proponen un mayor tráfico por fuera de la misma, pero pareciera que usted sugiere otra manera de encarar este tema…

KSG: Sí, esto es fundamental porque muchos han argumentado que Bitcoin tendrá que convertirse en un ecosistema formado por capas con diferentes servicios construidos sobre la cadena principal como protocolo de base. Comparto la visión de que es muy probable que esto vaya a suceder en alguna medida, y que de hecho ya está sucediendo dentro de ciertos límites. Pero hay una gran diferencia. A menudo, este argumento se fundamenta en la suposición de que el límite al tamaño del bloque se debe mantener estrecho para restringir el crecimiento del tráfico dentro de la cadena. Pero esa es una pretensión completamente diferente y adicional. Por otro lado, muchos parecen imaginar que de no existir un límite al tamaño del bloque, el tráfico dentro de la cadena eventualmente sería muy alto («niveles similares a Visa»), para mejor o para peor. Esto no es necesariamente así.

En ausencia de un límite, yo esperaría que el tamaño real del bloque continúe reflejando la realidad económica para los numerosos participantes y colaboradores en el ecosistema, a través de un proceso descentralizado capaz de reflejar verdaderamente (y no según tal o cual modelo) precios, costos, velocidades de transmisión, optimizaciones, y la totalidad de pros y contras de todas las opciones realmente existentes en el mercado. No es conveniente que estas cuestiones sean «decididas» de antemano. Son propiedades que deberían surgir de los mismos procesos complejos e ingobernables que Bitcoin ha desencadenado. Si los productores no llegan a sentir la natural presión de abastecer a la demanda que es propia del crecimiento real, es poco probable que se lleven a cabo las innovaciones necesarias para mantener dicho crecimiento. En lugar de ello, la evolución de la industria será redirigida sobre la base de presiones imaginadas y modeladas. Bitcoin se convertirá en un sistema que lidiará muy bien con una serie de condiciones introducidas en modelos experimentales y bajo límites arbitrarios, pero muy mal con la realidad.

El mejor contexto en el que se puede desarrollar cualquier industria es uno de auténtica competencia abierta entre los diversos servicios a medida que estos van surgiendo. De lo contrario, terminamos con un grupo de gente que toma el rol de planificador económico, y que inevitablemente busca «seleccionar a los ganadores» (posiblemente incluyéndose a sí mismo). Se establecen así los incentivos para una batalla por controlar y dar forma a dicha planificación económica en un sentido u otro. El solo hecho de que este tipo de cosas exista tiene sus propios costos sistémicos que son fáciles de subestimar.

Cuando se opera con señales económicas auténticas, con el correr del tiempo los empresarios ofrecen servicios mejores y más baratos a los usuarios finales, en un proceso dinámico y adaptativo. La producción económica tiende a proporcionar servicios de mejor calidad y en mayor cantidad, con mayor rapidez y a precios más bajos, siempre atendiendo a la evolución real de las limitaciones a la producción «en el terreno» desde el punto de vista de cada participante.

El modelo opuesto es el de menos servicios, de menor calidad, más lentos y más caros. Este patrón suele observarse sólo en las pseudo-industrias altamente politizadas y distorsionadas, como «educación» o «salud», o en compañías o agencias manejadas indirectamente por el Estado. Pero ahora vemos que este patrón se va introduciendo en la prestación de servicios dentro de la cadena de bloques de Bitcoin, para evitar todas las catástrofes que supuestamente ocurrirían si «al mercado se lo dejara funcionar libremente». Tenemos que actuar ahora para «salvar a la industria de sí misma». Tenemos que evitar que los «precios excesivos» «expulsen a los pequeños productores». Es la vieja cantinela intervencionista, que se repite tantas veces que es difícil no sumarse al coro. Lo que yo llamo «argumento de la repetición» –simplemente decir lo mismo una y otra vez sin importar la veracidad de lo dicho– sigue siendo, por desgracia, una de las estrategias persuasivas más poderosas.

Además, es importante comprender que las soluciones por fuera de la cadena también compiten contra las transacciones dentro de la cadena, es decir, contra los mineros; aunque también puede haber algún grado de sinergismo. Algunas de las transacciones llevadas a cabo por fuera de la cadena podrían haberse llevado a cabo dentro de la cadena. Esto viene a ser competencia por sustitución. A la inversa, si la apertura y el cierre de canales de pagos producen demanda de transacciones dentro de la cadena que de otra manera no se habrían realizado dentro de la cadena, tenemos un efecto sinérgico. Mientras tanto, el uso creciente de opciones tanto dentro como fuera de la cadena puede elevar el poder adquisitivo del bitcoin, lo que representa un punto positivo para los mineros de todas maneras. Con esta mezcla impredecible de sinergia y competencia, una política que limite la capacidad de los mineros para competir con opciones por fuera de la cadena es distorsiva. Si un segmento de la industria se ve perjudicado por una política que beneficia a otro segmento de la industria, se genera un balance económico negativo y los usuarios finales pierden.

Aún no lo he analizado en profundidad, pero hay quienes afirman que Lightning Network podría ser capaz de habilitar millones de transacciones a un costo de casi cero por transacción. Eso suena bastante improbable a primera vista, pero si se diera el caso y la gente empezara a usarlo de esa manera, esto generaría tráfico dentro de la cadena para abrir y cerrar los canales. Y si se mantuviera restringida la oferta de servicios de inclusión de transacciones dentro de la cadena de bloques de Bitcoin, estas pronto se volverían aún más lentas y caras en comparación. Es decir que los servicios que los mineros proveen a cambio de sus ingresos se tornarían más lentos y caros en comparación. Sin embargo, de estos mismos servicios dependerán cada vez más los ingresos de los mineros, pues están destinados a desplazar gradualmente –y algún día a reemplazar por completo– las recompensas por bloque hallado.

Así que los mismos que hablan de la necesidad de proteger a los mineros promueven: 1) medidas que limitan la capacidad de los mineros para competir con los servicios de transacciones por fuera de la cadena y 2) el desarrollo de diferentes alternativas que son supuestamente mucho más rápidas y más baratas que los propios servicios de los mineros. Con esto, ya podemos empezar a vislumbrar una futura ronda de llamados en el mismo espíritu modelador-planificador-intervencionista para que «se haga algo» en relación al volumen dentro de la cadena, pero esta vez en sentido contrario. En poco tiempo, podríamos empezar a escuchar que «¡Tenemos que incluir más transacciones dentro de la cadena! ¡Apoyemos a los mineros!” Esto no me sorprendería, dadas las numerosas oscilaciones ad hoc sin fundamento alguno que hemos visto en la historia de las regulaciones.

Del mismo modo, en base a varios modelos se nos dice que habrá «muy pocos» mineros y una «deficiente producción de seguridad» para la red. En un momento el objetivo parece ser el de proteger a los mineros pequeños, pero luego, de repente, el objetivo pasa a ser el de «proteger» a los mineros más grandes (actualmente en China), ¡debido a que sus conexiones de Internet son más lentas! Si lo importante es la «descentralización», no sería aconsejable proteger a los actuales líderes del mercado precisamente en una de las únicas áreas en las que actualmente tienen una desventaja competitiva.

BC: Si el debate por el tamaño máximo del bloque se vuelve irreconciliable, ¿es realista asumir que otra criptomoneda será capaz de romper el efecto de red de Bitcoin y suscitar un éxodo masivo?

KSG: No creo probable que ocurra algo grave si el límite se mantiene por un tiempo. Probablemente el peor resultado a corto plazo sea el aumento de la politización y la incertidumbre que esto inyecta en el mercado. Parte del tráfico que podría haber ocurrido dentro de la cadena simplemente nunca se producirá. Dicho esto, después de pasar varios años entrando y saliendo de todo tipo de pantanos de “pánico-incertidumbre-duda” (FUD en inglés) al investigar acerca de Bitcoin, esta es la primera vez que un asunto me ha dejado una cierta preocupación persistente. No es una preocupación del tipo todo-o-nada, sino más del tipo «esto es peor cuando podría ser mejor». El riesgo es que Bitcoin sea convertido parcialmente, desde adentro, en una moneda de economía mixta, por miedo a que posiblemente, tal vez, sea convertido en una moneda de economía mixta desde afuera. Estos temores se basan en el estudio de modelos que muestran una supuesta «baja producción de seguridad», muy parecidos a esos escenarios de catástrofe inminente basados en análisis demasiado simples que tanto gustan a los periodistas. Tratar de evitar algún posible escenario negativo futuro por medio de medidas que tienen sus propios efectos negativos concretos en la actualidad es un error característico de un pacto fáustico.

Cuando se trata de sistemas complejos, como la economía, el clima, o incluso el mercado de valores, los modelos de predicción son muy poco fiables. Los índices y los monos a menudo superan a los modelos con los que se pretende predecir el desempeño de las acciones. Las «tendencias actuales» –en la típica narrativa de catástrofe– casi nunca «continúan». Y los fatalistas no se caracterizan por volver a examinar objetivamente la totalidad de sus predicciones fallidas. Los milenaristas que al despertarse verifican que el mundo aún existe, sólo tienen que reprogramar la fecha exacta en la que será el fin del mundo, y seguir adelante. Por eso es muy valiosa la función que cumplen sitios como Bitcoin Obituaries, que hacen un seguimiento de la creciente lista de obituarios de Bitcoin. Otro de estos sitios podría realizar un seguimiento de las advertencias de inminentes ataques del 51% que nunca fueron llevados a cabo por pools de minería que ya no existen.

El fenómeno Bitcoin tiene aspectos de producto y de servicio; sin embargo, algunos de sus aspectos importantes también son el cimiento de mercados. Las características de producto y servicio deben ser ajustadas, optimizadas y gestionadas desde el punto de vista de la ingeniería y los negocios. Sin embargo, los aspectos relacionados específicamente con el mercado, que se manifiestan en los precios y las cantidades suministradas por el conjunto de la industria, deben dejarse en manos de los usuarios y proveedores de servicios para que se desarrollen con el tiempo, a través de auténticos procesos de innovación competitivos guiados por la realidad y no por el modelado –inevitablemente parcial y siempre sospechoso– de sistemas complejos. Ha sido fácil reconocer que el trading de bitcoins es un mercado –es un ejemplo típico de un mercado–, pero la inclusión de transacciones es un mercado de servicios emergente, uno que, en esta etapa todavía muy temprana, no es tan fácil percibir y considerar como tal.

BC: Muchas gracias. ¿Quiere agregar algún comentario a modo de conclusión?

KSG: En este debate se ha puesto mucho énfasis en las personas y los grupos, aunque esto también es muy común en otros campos. Hay argumentos de autoridad, argumentos de credenciales, y los argumentos de que tal y cual han dicho esto o aquello. Escuché una entrevista relacionada con el límite al tamaño del bloque hace un tiempo y me pareció que cerca del 90% del tiempo se había hablado de personalidades y credenciales. Así que volví y analicé las marcas de tiempo, y resultó ser aún peor. Sólo en el 4,6% de la grabación se hablaba de lógica y evidencia sustantiva sobre el tema.

Por eso es importante seguir esforzándonos por volver a las ideas y al contenido de los argumentos, sin importar quién es el que los expone. Sigamos dejando atrás el quién y volviendo al qué. Esa es también una disciplina que debemos practicar, una disciplina esencial para la civilización.

Leer texto original, en inglés