Los veteranos de Bitcoinlandia ya nos hemos resignado al eterno retorno de una figura que hizo su primera aparición incluso antes del lanzamiento de Bitcoin, cuando Satoshi Nakamoto dio a conocer su proyecto en la célebre lista de correo frecuentada por los cypherpunks. Aun más pernicioso que el pesimista irracional (del cual es una variante) y que el detractor ignorante –dos tipos humanos que, aparentemente, siempre nos acompañarán–, el recién llegado con intenciones reformistas aparece como de la nada, una y otra vez, para decirnos que Bitcoin no puede funcionar tal como fue creado.
Totalmente inconsciente de sus propias limitaciones –de su analfabetismo económico, de su incomprensión del sistema y los incentivos en juego–, y totalmente desprovisto de vergüenza, el recién llegado con intenciones reformistas nos pide que confiemos en él, o en la persona en quien él confía, porque si bien todavía no tiene muy claro de qué se trata todo esto, él está 100% seguro de que no funciona ni funcionará.
La irrupción de sujetos convencidos de que el sistema tiene que adaptarse a sus ideas (no porque sean buenas sino porque son suyas) está lejos de ser un fenómeno exclusivo de Bitcoinlandia. Desafortunadamente, no hay disciplina humana que se haya librado por completo de sus bienintencionadas intervenciones. Unos cinco mil años atrás, es probable que algún ancestro de nuestros Blockstream boys le haya dicho al inventor de la rueda que, para funcionar mejor, esta tenía que ser cuadrada.
¿Pero cómo se llega tan campante a conclusiones de esa naturaleza? No debemos apresurarnos a juzgar a los reformistas irracionales: muchos parten de una cosmovisión análoga, en algunos aspectos fundamentales, a la de los devotos de un “culto cargo”. En efecto, creer que una moneda inutilizable acabará siendo universalmente aceptada es algo semejante a creer que un avión de paja tiene el poder mágico de atraer los mismos bienes que transportan los aviones de carga, como bien señala Mengerian en el último de sus escritos.
Por Mengerian
Ha habido recientemente varios artículos, entrevistas y vídeos relativos a la división BTC (Core) / BCH (Cash) de Bitcoin que apelan a aspectos superficiales de la Escuela Austríaca de economía (Nota del traductor: esta escuela abarca ideas de autores como Ludwig von Mises y Murray Rothbard, que se caracterizan por una defensa del libre mercado, en oposición al intervencionismo estatal propio del Keynesianismo), argumentando que BTC respeta las ideas Austríacas, y describiendo BCH como más Keynesiano. Estos argumentos, sin embargo, pasan por alto las razones subyacentes necesarias para sustentar su posición. Apelan meramente a apariencias superficiales, y de ese modo son similares a un culto cargo.
Los cultos cargo fueron un fenómeno interesante que tuvo lugar en varias sociedades de las islas del Pacífico, donde los nativos simulaban aspectos superficiales de las sociedades avanzadas con el fin de conseguir los beneficios que habían observado [1]. Por ejemplo, construían copias rudimentarias de pistas de aterrizaje y aeropuertos con la esperanza de que esto hiciese aterrizar a los aviones y que estos les entregasen su cargamento. Estos cultos pueden parecernos divertidos, porque sus ritos evidencian que tienen un modelo mental completamente diferente del necesario para comprender cómo funciona nuestra sociedad avanzada. Parece gracioso que pensasen que imitar la parafernalia superficial de la tecnología avanzada pudiera ser un método efectivo, pasando por alto mientras tanto las razones por las cuales aterrizan los aviones.
Un ejemplo de un argumento tipo «culto cargo» sería usar la afinidad de los Austríacos por el oro para defender algo con propiedades superficialmente similares, sin hacer referencia a las verdaderas razones que explican por qué los Austríacos ven el oro como una buena moneda.
Pondré unos pocos ejemplos de este fenómeno. No analizaré exhaustivamente cada falacia, tan sólo señalaré las más destacadas, y animaré a los lectores a usar su propia razón para evaluar estos argumentos de manera escéptica.
«Crypto Keynesianos»
Durante los últimos meses, a Jimmy Song le ha dado por usar la analogía Austríacos/Keynesianos en artículos, tweets, y vídeos [2, 3]. Argumenta que, puesto que los defensores de Bitcoin Cash se centran en hacerlo fácil de gastar, esto quiere decir que son como Keynesianos que creen que el gasto mueve la economía, y usa el término «Crypto Keynesianos» para describirlos. Dice que los defensores de Bitcoin Cash tienen la mentalidad de que «debes gastar» [3].
Gasto versus ahorro, sin embargo, es tan solo una observación superficial. Lo fundamental aquí es la preservación de la libre elección entre esas opciones. Esto es lo que permitirá que la preferencia temporal (Nota del traductor: en economía, la preferencia temporal es el valor relativo actual de recibir un bien antes, en comparación con recibirlo en una fecha posterior) de la gente se comunique al conjunto de la economía de manera sostenible. Cuando los Austríacos ven gasto forzado por medio de la inflación de los bancos centrales y los impuestos gubernamentales al ahorro, por supuesto que ponen énfasis en la importancia del ahorro. Y cuando ven restricciones artificiales al gasto creadas por la discapacidad impuesta a la cadena de bloques de Bitcoin, ponen énfasis en la importancia de las transacciones de baja fricción.
Como Amaury Séchet ha señalado en varias charlas, lo que hace que Bitcoin sea revolucionario no es que mimetice al oro ni a la moneda fiat, sino que combina las mejores cualidades de ambos [4]. Esto quiere decir que debería ser bueno para gastar y para ahorrar, dejando al usuario individual en libertad para seguir su preferencia.
Para aquellos interesados en profundizar en los argumentos de Jimmy, Chris Pacia ha escrito una crítica más detallada de su artículo [5].
La inmutabilidad de Bitcoin
Otro personaje que ha publicado contenido anti-BCH desde una perspectiva Austríaca es Saifedean Ammous. Fue entrevistado en el show de Tom Woods, donde calificó cualquier tipo de cuestionamiento de la narrativa pro-BTC anti-BCH de pérdida de tiempo [6]. Esencialmente, su argumento es que, puesto que tener una buena moneda es tan importante, el algoritmo de emisión debe quedar «grabado en piedra», de modo que no pueda tener inflación. Como el oro con sus propiedades físicas inalterables, las reglas de Bitcoin deben ser sagradas. En su opinión, las hard forks romperían esta inmutabilidad, y arruinarían así la única posibilidad de Bitcoin de reemplazar el dinero fiat de los bancos centrales.
Este argumento puede que tenga un atractivo superficial para los economistas Austríacos, puesto que aprecian las propiedades que hacen del oro una buena moneda, y entienden las calamidades provocadas por la capacidad de las autoridades centrales de cambiar según su capricho el programa de emisión de dinero fiat.
El argumento, sin embargo, se salta algunos pasos del análisis deductivo que deberían seguir los Austríacos. Que el oro tenga ciertas propiedades físicas singulares que explican su utilidad como moneda no quiere decir que Bitcoin pueda obtener utilidad como moneda tratando de imitarlo. Debemos estudiar detenidamente la causalidad de lo que da a Bitcoin sus cualidades monetarias. ¿Se mantienen sus cualidades monetarias por un consenso social fuerte en contra de los hard forks? En caso afirmativo, esto parecería justificar una campaña permanente para tener a la comunidad a raya, con la participación de trolls online y la censura de Reddit y otros foros de discusión.
Para entender adecuadamente, desde una perspectiva Austríaca, aquello que mantiene las propiedades de Bitcoin, necesitamos examinar las consecuencias lógicas de su naturaleza como red descentralizada, y cómo le dan forma las acciones humanas. No es oro; es una tecnología diferente con propiedades diferentes. Imitar ciegamente las propiedades superficiales del oro sin comprender la lógica subyacente a su amplia aceptación como moneda no nos llevará al éxito.
He explicado previamente que es el mercado lo que da forma a las propiedades de Bitcoin [7]. Si esta visión es correcta, nos conduce a actitudes positivas frente al debate y los hard forks. Quiere decir que no deberíamos tener miedo a los hard forks, puesto que aquellos cambios que añadan valor (tales como ampliar la capacidad de la cadena de bloques) pueden adoptarse, mientras aquellos que destruyan valor (tales como incrementar arbitrariamente el número de bitcoins) serán rechazados por los inversores en el mercado.
Por qué importa esto
Tal como ha señalado Daniel Krawisz, el dinero es una red que obtiene su valor de las ideas y las acciones de los participantes [8]. Y además, si creemos que las propiedades de la red están «respaldadas» por el mercado mediante el apoyo de los inversores, entonces aquellos de nosotros que queramos una buena moneda deberíamos querer como co-inversores a otros defensores de la buena moneda. Por estos motivos es importante que los Austríacos piensen por sí mismos y eviten verse envueltos en el culto cargo de Core. Si siguen su propio razonamiento lógico, creo que se darán cuenta de que Bitcoin Cash ofrece una mejor promesa de crear una buena moneda para todo el mundo.
[1] Cargo Cult: https://en.wikipedia.org/wiki/Cargo_cult
[2] Jimmy Song article: https://medium.com/@jimmysong/segwit2x-post-mortem-divorce-of-crypto-austrians-and-crypto-keynesians-87960b11ce4c
[3] Jimmy Song video: https://youtu.be/5gMlldJ6myA
[4] Amaury Séchet: Talk at “The Future of Bitcoin Conference” Arnhem 2017 https://youtu.be/By0w43NQdiY
[5] Chris Pacia: Refutation of Jimmy Song’s article https://www.yours.org/content/re–crypto-austrians-and-crypto-keynesians-473a15b527fd
[6] Saifedean Ammous: Tom Woods Interview https://tomwoods.com/ep-1171-the-bitcoin-standard-the-decentralized-alternative-to-central-banking/
[7] Antony Zegers: Two Theories of Bitcoin https://medium.com/@Mengerian/two-theories-of-bitcoin-f4da84468a7a
[8] Daniel Krawisz: Reciprocal altruism and the theory of money https://nakamotoinstitute.org/reciprocal-altruism-in-the-theory-of-money/
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