Bitcoin, como criatura del mercado que es, debe experimentar hard forks (bifurcaciones) habituales, porque cada hard fork es la oportunidad que tiene el mercado de expresar su voluntad de una manera que no sea un binario SÍ / NO. Es decir, en ausencia de un hard fork el mercado sólo puede empujar el precio hacia arriba o hacia abajo, pero con un hard fork realmente puede seleccionar la opción A sobre la opción B. Incluso puede asignar un valor relativo a esas opciones, especialmente si las monedas de los dos lados del fork pueden ser compradas y vendidas de antemano a través de operaciones de futuros en sitios de intercambio (por ejemplo, si Bitfinex permitiera la compra de futuros en CoreCoins y/o ClassicCoins el asunto podría resolverse incluso antes de que el fork tenga lugar, con la legendaria precisión de un mercado de predicciones).
Siempre que hay un asunto polémico en torno al cual muchas personas razonables no logran ponerse de acuerdo, es el momento perfecto para un hard fork. La idea de que los hard forks polémicos deben evitarse no sólo es errónea; la mera consideración de esta idea evidencia un malentendido fundamental con respecto al funcionamiento de Bitcoin y pone en entredicho todo lo demás que uno podría afirmar sobre el tema.
El mercado se expresa a través de hard forks. Un soft fork para resolver cuestiones controversiales equivale a sofocar al mercado mientras duerme. El enfoque de Core es fundamentalmente anti-mercado y contrario al propio espíritu de código abierto que anima a Bitcoin.
Por ForkiusMaximus Leer texto original, en inglés