Sobre el mercado y su relación con Bitcoin

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Por Luis Rodríguez (@RodLuis995)

Al participar en foros y debates relacionados con Bitcoin, a menudo me topo con visiones variadas sobre el mercado; la diversidad de posturas que me he encontrado va desde la defensa del mercado como una de las principales bases que proporcionan solidez al sistema, pasando por quienes desconfían de la eficiencia de sus mecanismos de autorregulación, hasta quienes se consideran sus enemigos.

Con frecuencia cuando se habla de mercado las personas piensan en este término como un sinónimo de “lucro”, “capitalismo”, “empresas” o “corporaciones”. Cosa imprecisa, porque si bien el capitalismo presupone la existencia de mercados, capitalismo y mercado no son lo mismo. Existen mercados “no capitalistas” o cuyos intercambios no están basados en el lucro.

Mercado es la palabra que se usa para definir «el ambiente social (o virtual) que propicia las condiciones para el intercambio», y pueden ser partícipes de él tanto individuos como empresas, cooperativas, ONG, entre otros. La eficacia de esta institución se basa en la flexibilidad que ofrece como consecuencia de sentar sus bases sobre acuerdos voluntarios.

El papel que tiene el mercado en el éxito de Bitcoin no se limita a la forma en la que se acuerda su precio, sino que se extiende a cómo funciona su “blockchain” (cadena de bloques), un sistema informático regido por los mismos principios que los mercados libres:

  • Autodeterminación: los dueños de nodos pueden tomar sus propias decisiones.
  • Incentivos: la motivación ofrecida a sus participantes (remuneración, privacidad, seguridad, etc.) es lo que hace a la red sustentable.
  • Consenso: puesto que cada nodo puede establecer sus propias reglas pero no puede obligar a otro a aceptarlas, se acude a los acuerdos voluntarios.
  • Libertad de asociación: cada uno de los nodos puede elegir entre participar en la red o marcharse, y existe la posibilidad de fundar otras redes con nuevas reglas.
  • Libre competencia: cualquiera que pueda costear los recursos necesarios para minar, puede hacerlo. La rentabilidad es el indicador que atrae a nuevos mineros.

La magnífica forma en la que está diseñada la cadena de bloques permite que Bitcoin se mantenga en pie, no porque unos deban sacrificarse en nombre de otros, sino porque cada quien puede a través de ella alcanzar sus fines. Algunos de ellos son:

  • La conservación del valor de la propia riqueza (inversores, ahorristas).
  • El ánimo de lucro (mineros, traders, entre otros).
  • La oportunidades empresariales derivadas (emprendedores).
  • La utilidad que ofrece su uso como medio de intercambio (consumidores).

Ahora bien, esto no equivale a decir que todos los usuarios o partidarios de Bitcoin están convencidos de la importancia del mercado; algunos quieren ajustar a Bitcoin a sus propios estándares de “justicia social” con proposiciones que pasan por la intervención tecnocrática y la reforma de aspectos importantes en el código, como por ejemplo la eliminación del límite de emisión de 21.000.000 de bitcoins para evitar vía inflación el “injusto” –según su opinión– enriquecimiento de los “early adopters” (ahorristas e inversores) como resultado del aumento del valor de la moneda.

Además, en repetidas ocasiones se han puesto sobre la mesa propuestas que establecen como prioridad la adecuación del escenario para el desenvolvimiento de otros proyectos –por ejemplo, las numerosas maniobras del equipo de “Core” para imponer la llegada de su “Lighting Network”–, que sacrifican aspectos importantes relacionados con la escalabilidad de la red Bitcoin en favor de sistemas secundarios, controlados por un comité, que parecieran no estar destinados a complementar si no a reemplazar a la red actual en sus funciones.

Afortunadamente, Bitcoin no pertenece a ningún gobierno, empresa, o individuo, por lo cual dichos cambios no pueden ser forzados. A pesar de que muchos todavía confunden “Bitcoin Core” (el cliente que aún sigue siendo el más utilizado) con Bitcoin mismo –entregando una autoridad simbólica a quienes están tras el mismo– e incluso llegan a censurar en ciertos espacios algunas de las alternativas (como los clientes XT, Classic, Unlimited, etc), las mismísimas reglas de la red permiten que en cualquier momento una de estas pueda llegar a reemplazar a “Bitcoin Core”.

En este escenario, los mineros pueden ejercer una gran presión cuando consideran que un equipo de desarrollo está llevándolos por el camino equivocado –simplemente dejando de usar su software–. Por otro lado, los mineros afortunadamente también están sometidos a los mecanismos reguladores del mercado, y se ven presionados por la posibilidad de llegar a ser desplazados eventualmente, o por la amenaza de perder lo que han invertido en sus equipos de minería si Bitcoin llegase a fracasar.