¡El tren no se ha ido! (deja de lamentarte)
La analogía del tren que se fue es muy común en el criptomundo. Muchos creen erróneamente que no habrá oportunidades como las que perdieron.
La analogía del tren que se fue es muy común en el criptomundo. Muchos creen erróneamente que no habrá oportunidades como las que perdieron.
El debate sobre el escalado dividió a Bitcoin en varias ramas, Luis Rodríguez explica por qué Bitcoin Cash es la que tiene sentido para él.
Durante estas últimas semanas, la comunidad Bitcoin Cash ha estado debatiendo constantemente sobre una propuesta bastante controversial.
Parte fundamental de la infraestructura necesaria para catalizar la adopción masiva del efectivo electrónico P2P ha llegado al ecosistema.
Muchas personas siguen creyendo en la vieja y errónea idea de que el valor es un atributo de las cosas que ya está dado y que hay que descubrir, cuando la verdad es que el valor es siempre subjetivo. Los precios, por otro lado, no son más que condiciones que los seres humanos ponemos para ceder algo en un intercambio.
No debemos olvidar que Bitcoin mismo fue fundado por un acto noviolento de rebelión ante los privilegios concedidos a la banca, el inflacionismo y el monopolio de la emisión de moneda, y que su mera existencia es un reto a la autoridad y una prueba de que el poder no es intrínseco a hombres o instituciones, sino que deriva de la obediencia de aquellos a quienes se intenta someter. Cuando estos no se dejan, el tirano pierde todo su poder.
Cuando hablo de la red Bitcoin, a menudo me refiero a ella como “la confederación de los nodos”, por ser un excelente ejemplo del modelo confederal. Los nodos de la red Bitcoin tienen un poder de decisión directo sobre sus acciones, y su unidad y estabilidad se basa en el consenso entre los participantes y la interdependencia de los unos con los otros.
Este pretende ser un llamado de atención sobre un error que Bitcoin me ayudó a identificar: el concepto de dinero fácil. Huelga decir que internet no está habitado exclusivamente por ángeles, y nunca está de más recordar que –dentro o fuera de internet– la probabilidad de encontrarse una oportunidad real de ganar dinero en forma honesta, redituable y con poco esfuerzo, sin ofrecer prácticamente nada a cambio, es muy baja.
Al participar en foros y debates relacionados con Bitcoin, a menudo me topo con visiones variadas sobre el mercado; la diversidad de posturas que me he encontrado va desde la defensa del mercado como una de las principales bases que proporcionan solidez al sistema, pasando por quienes desconfían de la eficiencia de sus mecanismos de autorregulación, hasta quienes se consideran sus enemigos.
Tarde o temprano, toda distorsión en el orden social recibe una respuesta, y Bitcoin es una de las más creativas al menos en los últimos 20 años. Una de las formas en las que podemos ver a Bitcoin es como una herramienta que nos facilita la acción contraeconómica en resistencia a los controles abusivos.
Independientemente de qué tan viable sea la creación de un gobierno mundial, la preocupación por el impacto que semejante organización podría tener, o por la aplicación que puedan hacer los Estados (unificados o no) de tecnologías disruptivas como las relacionadas a las monedas digitales, es legítima.
La facilidad de uso no debería ser una excusa para actuar con descuido. Desde el primer momento en el que usas Bitcoin eres responsable tanto de tus buenas como de tus malas prácticas, y eso no deberías pasarlo por alto. Si no controlas tus llaves privadas, ¡otro lo está haciendo! Solo a ti te corresponde velar por tus intereses porque no gozas de una protección mayor a la ofrecida por una red confiable y sólida.