Plomo digital

Una de las muchas tonterías que a menudo profieren los Core fanboys es que Bitcoin es casi exclusivamente un refugio de valor, y que eso basta para que sea adoptado por todo el mundo como “oro digital”. Aunque resulta prácticamente imposible despertar a un cryptoleninista del estupor inducido por la palabra oficial, no todos los que repiten este mantra son incapaces de razonar; algunos simplemente nunca se han detenido a pensar en el asunto, y han dado por cierto lo que nadie disputa dentro de la burbuja informativa creada por Blockstream. A ellos se dirige Roger Murdock cuando explica, en términos muy sencillos, por qué no es posible tener una moneda que funcione como refugio de valor si no es además un buen medio de intercambio.

Estaba pensando en una analogía que podría ayudar a las personas a entender por qué la dicotomía refugio de valor versus medio de intercambio es falsa. La moneda como herramienta para almacenar y transferir valor se puede comparar con una cubeta que se usa para almacenar y transferir agua. El dinero fiat, supuestamente un buen medio de intercambio, es como una cubeta desde la cual es fácil verter sin derramar, pero que tiene un agujero en la parte inferior, lo que permite que el agua se filtre con el paso del tiempo (inflación). El oro, supuestamente una buena reserva de valor, es como una cubeta que no tiene fugas, pero que es pesada y desde la cual es difícil verter sin derramar agua (altos costos de transacción). Pero «refugio de valor» y «medio de intercambio» no son en realidad funciones separadas. Una reserva de valor no tiene sentido si en el futuro no es posible acceder al valor que contiene, intercambio mediante. Una cubeta que no gotea, pero que derrama el 95% de su contenido cada vez que intentas verterlo, sería esencialmente inútil. Y un medio de intercambio no funcionaría si no fuera además un razonable refugio de valor entre intercambios. Sería como una cubeta sin fondo (o una moneda en hiperinflación). Pero la «cubeta» monetaria ideal, la que cabría esperar que supere en última instancia a todas los demás, es una que no deja filtrar el agua que contiene ni la derrama cuando es vertida. Ese es el potencial que ofrece una criptomoneda sin límites arbitrarios. Y es por eso que cualquier criptomoneda que pretenda establecerse como «oro digital» imponiendo altos niveles de fricción a las transacciones acabará siendo, en cambio, «plomo digital».

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Excelente analogía la de Roger. ¿Acaso no es obvio? Satoshi creó Bitcoin justamente para superar las limitaciones inherentes a los metales preciosos, no para replicarlas en el mundo digital. Que esto no sea incontrovertible para el común de la gente se debe a que la mayoría de las personas están acostumbradas a usar una u otra moneda, pero no a pensar en el concepto, en la institución moneda. La mayoría, por lo tanto, es víctima fácil de charlatanes; pero no cabe decir lo mismo de quienes realmente necesitan Bitcoin.

Suponte que eres dueño de una empresa que facilita, Bitcoin mediante, el envío de remesas, y como tal debes cambiar dinero fiat por bitcoins y bitcoins por dinero fiat miles de veces por día. En tu afán de maximizar la rentabilidad de tu negocio, buscarás el medio de intercambio más eficiente. No tienes mucho margen para equivocarte, pues en un mercado extremadamente competitivo cada centavo cuenta. Así que a la hora de elegir una rama de Bitcoin (Core o Cash) no te fijarás tanto en el precio relativo entre una y otra como en la mejor manera de reducir lo más posible la fricción y el costo de las transacciones. ¿Te importará lo que un ejército de trolls diga en algún foro de internet acerca de tu elección? Probablemente ni te enteres.

Ahora suponte que necesitas enviar dinero a tus parientes en tu país natal y tienes que elegir entre dos empresas, una de las cuáles te cobra el 2% del monto enviado y la otra el 300%. ¿Influirá en tu decisión lo que un ejército de trolls diga en algún foro de internet?

El futuro de Bitcoin Core y Bitcoin Cash no se decide en los foros de internet ni en las redes sociales, sino en las cabezas de millones de usuarios, empresarios e inversores, todos lo cuales tomarán decisiones basadas en fríos cálculos económicos. Ni el más numeroso, dedicado y agresivo ejército de trolls influirá en lo más mínimo sobre aquellos que realmente necesitan una forma de dinero en efectivo digital peer-to-peer (“Peer-to-Peer Electronic Cash System”) funcional, ni en los inversores económicamente alfabetizados.