Un «fork» es un proyecto de software que parte de una copia de otro proyecto para desarrollarse independientemente del original. A la hora de justificar sus actos, los creadores de un fork suelen aducir motivos filosóficos o prácticos, pero no nos extenderemos en ellos. El propósito de esta entrada es advertir al lector que los forks también pueden estar animados por malas intenciones y/o malas ideas. Ese ha sido el caso de los forks de Bitcoin hasta la fecha – y Litecoin, el último de la serie, no parece ser la excepción.
He aquí un extracto de las razones que hemos expuesto en un amable debate iniciado recientemente por shackra (lector asiduo de elbitcoin.org y orgulloso minero de litecoins) en el Foro de Bitcoin en Español:
Forks en general
• Salvo que se esté trabajando en innovaciones revolucionarias, los esfuerzos dirigidos a crear un fork serían mejor invertidos en el desarrollo de Bitcoin. Hasta la fecha, los forks han dispersado unas energías de las cuales el proyecto Bitcoin podría beneficiarse, y han desaparecido (o están en trance de desaparecer) sin dejar ningún aporte valioso. Cabe sospechar que se trata en realidad de meras estafas, especialmente diseñadas para atraer a mineros e inversores que aspiran a convertirse en pioneros.
• Bitcoin siempre estuvo, está y estará abierto a la innovación, de modo que para mejorar algún aspecto del sistema no es necesario reemplazarlo por un sistema alternativo. Si se tienen buenas ideas y capacidad para la manipulación programática, es más económico y productivo unirse al proyecto Bitcoin que dedicarse a crear otra moneda digital descentralizada.
• Ni siquiera una cantidad de ventajas técnicas respecto a Bitcoin serían suficientes para superar el peso de su amplia aceptación – y de todo lo que a su alrededor se ha desplegado (el vasto y complejo ecosistema de programadores, comerciantes, consumidores, emprendedores, mineros, operadores, ahorristas, etc.). La gente siempre tenderá a preferir, entre dos monedas, a la más líquida, vale decir a la que más fácilmente puede ser intercambiada, en todo momento, por cualquier activo.
• Bitcoin no tiene la supervivencia asegurada, pero si algún día llegara a viralizarse, los forks quedarían en un segundo o tercer plano indefinidamente (tanto la first mover advantage como el network effect jugarían a favor de Bitcoin), y si Bitcoin llegara a fracasar, los forks no tendrían la menor chance de sobrevivir a la extinción de Bitcoin.
• Bitcoin será el gold standard del futuro, o bien será reemplazado por algo muy (pero muy) superior.
Litecoin en particular
• Según sus creadores, Litecoin no pretende ser la competencia de Bitcoin, sino una suerte de complemento (como lo es la plata o el bronce en el contexto de un patrón oro). Pero dada la naturaleza de las criptomonedas, no tiene mucho sentido contar con un equivalente digital de la plata o el bronce. La divisibilidad del oro para el uso cotidiano tiene un límite; de ahí la utilidad monetaria de otros metales menos valiosos. Bitcoin, en cambio, es (en la práctica) infinitamente divisible.
• Usar simultáneamente bitcoins y litecoins implicaría una nueva serie de dificultades para la mayoría de los que recién están empezando a entender el funcionamiento de Bitcoin – y a gestionar sus billeteras.
• La minería de litecoins sólo es posible con CPU. Aunque esto se presenta como un punto a favor de Litecoin, en realidad es todo lo contrario. La apertura a la competencia tecnológica es un punto a favor de Bitcoin, pues la minería tiene un rol demasiado importante como para quedar arbitrariamente atada a un determinado estadío tecnológico. Por otra parte, si Litecoin llegara a popularizarse, el incentivo para superar los obstáculos impuestos a las formas eficientes de minar pasaría a ser descomunal – y a jugar en contra de la viabilidad misma del sistema. Bitcoin, en cambio, premia la eficiencia y la especialización (dos factores clave para el progreso en todos los órdenes).
• La distribución inicial de litecoins es, de acuerdo a sus defensores, más equitativa, porque la minería con CPU también es viable en países pobres. Pero el éxito de una economía no se mide exclusivamente por su capacidad para producir commodities (ej. Venezuela, Argentina o los países árabes bañados en petroleo), sino fundamentalmente por su productividad (ej: Japón, Israel, Singapur). Si Bitcoin llega a transformarse en el nuevo gold standard, los magnates no serán los mineros, sino quienes más valor económico aporten con su trabajo, estén donde estén.
• Las confirmaciones de Litecoin son más rápidas que las de Bitcoin, pero no tan seguras como las de Bitcoin (reconocido por los creadores de Litecoin). Por eso mismo, bastaría que los litecoins adquieran suficiente valor para que la gente empiece a demandar más confirmaciones (al menos cuando se trate de transacciones entre desconocidos), anulando la ventaja de un intervalo más breve entre confirmaciones. Además, ya contamos con al menos dos soluciones para el problema de la excesiva espera, y ambas son potencialmente adoptables por el común de los bitcoiners: las green addresses y las e-wallets seguras.
Por último, un mensaje dirigido a los que recién han descubierto a Bitcoin y creen haber perdido la oportunidad de ser «early adopters»: el proyecto Bitcoin, con todo su gigantesco potencial, aún se encuentra en su primera infancia. Sepan que hoy todos somos pioneros en este campo.