Escenarios posibles a partir del fork

Si nos aislamos por un momento del griterío que ha reemplazado el debate en Bitcoinlandia y atendemos a las diferentes propuestas para allanar el camino hacia la escalabilidad, veremos que no hay más que tres compitiendo, cada una de las cuales representa una visión distinta de Bitcoin:

1- Un grupo (Bitcoin Cash) ha planificado un hard fork para el 1 de agosto. Esta rama eliminará el límite al tamaño de los bloques y no aceptará Segwit. Aunque no sabemos con cuánto poder de cómputo contará, ya hay pools dispuestos a respaldarla y sitios de intercambio dispuestos a facilitar su negociación. Sus partidarios aspiran a eliminar las restricciones arbitrarias a la capacidad de la cadena de bloques, con el objetivo de hacer realidad la visión de Satoshi Nakamoto: “A Peer-to-Peer Electronic Cash System”.

2- Otro grupo (UASF: soft fork activado por usuarios) planea rechazar cualquier hard fork y activar Segwit vía “soft fork”, manteniendo el límite al tamaño de los bloques en 1 MB independientemente del poder de cómputo que logre atraer. Sus partidarios aspiran a restringir la capacidad de la cadena de bloques para llevar la mayoría de las transacciones a una “segunda capa” montada sobre Bitcoin.

3- Un tercer grupo (Segwit+2X), integrado en principio por los que firmaron el acuerdo de Nueva York, ha planificado un hard fork para mediados de noviembre que elevaría el límite al tamaño de los bloques de 1 a 2 MB, tras haber aceptado Segwit. Por el momento esta es la iniciativa con más respaldo minero, aunque el poder de cómputo necesario para sostenerla hasta mediados de noviembre (más del 80% del total) no está asegurado. Sus partidarios aspiran a mantener la unión entre los integrantes de los otros dos grupos que estén dispuestos a renunciar parcialmente a sus pretensiones, evitando así un hard fork contencioso.

En resumen, sería correcto afirmar que tanto 1 (Bitcoin Cash) como 2 (UASF) están pidiendo el divorcio, mientras que 3 (Segwit+2X) busca prolongar el matrimonio, aunque sea en malos términos.

Antes de proseguir, es importante conocer un factor que puede llegar a incidir en el resultado final de este “clusterfork”: la mera posibilidad de que la mayoría económica acabe adoptando Bitcoin Cash o cualquier alternativa libre de Segwit, en un futuro cercano o lejano, podría desalentar el uso de esta función, ya que todas las transacciones Segwit lucirán en la cadena alternativa como monedas obsequiadas a los mineros. En otras palabras, usar Segwit es apostar a que este nuevo formato de transacciones será aceptado y seguirá siendo aceptado siempre por la cadena de bloques que resulte ganadora –cosa que nadie puede garantizar–, arriesgando en ello todas las “segwitcoins” alguna vez enviadas (no solo las últimas). Un verdadero salto de fe.

Aclarado entonces el panorama actual, veamos qué podría ocurrir durante las próximas semanas y meses.

Si la segunda parte del acuerdo Segwit+2X (el aumento del límite de 1 MB a 2 MB) se hace efectiva en noviembre, nos habremos liberado del control centralizado de Blockstream / Core, y quedará demostrado que, al contrario de lo que nos dicen desde esta organización, un hard fork para elevar el límite al tamaño de los bloques no es más que una simple y necesaria actualización del software (algo que de todas formas varias altcoins ya han demostrado). 2X podría ser entonces el primer escalón hacia una cadena de bloques adaptable y funcional. En el corto plazo, podría reafirmar la confianza de los inversores y, en consecuencia, impulsar el precio del bitcoin. Sin embargo, en un plazo más largo podría estirar el conflicto entre visiones esencialmente incompatibles, lo que llenaría de incertidumbre a esos mismos inversores. ¿Empezará de nuevo el debate una vez que nos topemos con el límite de 2 MB?

Si el acuerdo de Nueva York se cumple y rápidamente volvemos a chocar con el límite centralmente planificado (en este caso de 2 MB), pero en lugar de dejarse el límite en manos del mercado este se mantiene firme en 2 MB mientras el conflicto amenaza con eternizarse, Bitcoin Cash y Bitcoin Unlimited podrían volverse más y más atractivos para usuarios e inversores, y por lo tanto también para mineros, negocios que aceptan Bitcoin, sitios de intercambio, monederos, y todos aquellos que puedan beneficiarse de la actividad económica que tiene lugar fuera de la cadena sometida a planificación económica centralizada. Lo mismo podría ocurrir si los cambios radicales que implica la incorporación de Segwit terminan ocasionando más problemas que beneficios, independientemente del tamaño de los bloques.

Si el acuerdo de Nueva York no se cumple y en la segunda quincena de noviembre el límite al tamaño de los bloques parmanece en 1 MB, las tarifas continuarán aumentando en la cadena con bloques limitados a 1 MB y esta quedará reducida a un registro de grandes liquidaciones accesible solo para grandes intermediarios financieros. Pero es difícil concebir un Bitcoin tan severamente discapacitado sin la abrumadora competencia de otras ramas. Buena parte del poder de cómputo –probablemente la mayor parte, a juzgar por lo que han dicho representantes de algunos de los pools más grandes–, pasará a minar en una cadena independiente que admita bloques de más de 1 MB, utilizando quizás Bitcoin Unlimited (cliente “agnóstico” que sigue el consenso emergente adonde lo lleve) o Bitcoin Cash. También es difícil concebir la viabilidad de una “segunda capa” montada sobre un sistema inutilizable, pues esa segunda capa sería tan inútil y carente de valor como la primera.

Si los inversores apuntalan fuertemente Bitcoin Cash, podrían obligar a los firmantes del acuerdo de Nueva York a abandonar Segwit2X para ponerse a minar bitcoins «cash», en caso de que estas monedas superen ampliamente en valor a las de las otras ramas. Hoy parece poco probable, pero recordemos que hace unos pocos años también parecía poco probable que el bitcoin, en base al sistema de incentivos ideado por Satoshi Nakamoto, alcanzara la paridad con el dólar.

Tendremos, pues, un fork el 1 de agosto, y la posibilidad de otro en 3 meses. ¿De qué lado estará la mayor parte del poder de cómputo?

A la larga, el poder de cómputo se verá obligado a respaldar la iniciativa que haya sido elegida por la mayoría económica. Pero tranquilo, no tienes que adivinar cuál de las iniciativas mencionadas será la preferida del mercado. Todos los actuales dueños de bitcoins (es decir, los que controlan sus claves privadas) serán el mes que viene dueños de la misma cantidad de bitcoins “cash” en la cadena correspondiente al fork de Bitcoin Cash, y eventualmente de bitcoins «Segwit+2X» en la de Segwit+2X.

No hay nada que temer; estarás automáticamente invertido en todas las cadenas. Y no hay que hacer nada más que esperar –salvo que seas un trader en busca de emociones–.

Cuando resulte evidente que una de las cadenas en competencia se ha ganado el favor del mercado de manera sostenida e irreversible, el valor fluirá hacia ella en una corriente cada vez más caudalosa. Entonces las cadenas perdedoras convergerán hacia la ganadora o bien caerán en una espiral descendente mientras los bitcoiners se deshacen de sus monedas malas a cambio de las buenas, y los que estaban aguardando una solución desde afuera también invierten en la cadena ganadora, ensanchando aún más la brecha.

Gracias al secuestro del repositorio fundado por Satoshi Nakamoto, la expulsión de los desarrolladores originales del proyecto, las campañas de desinformación y el férreo control de los principales canales de comunicación de Bitcoinlandia, Blockstream / Core, con el apoyo de instituciones financieras paraestatales aterradas por el avance de Bitcoin, ha llevado la capitalización de Bitcoin de un 95% a un 40% de la capitalización total de las criptomonedas. No parece descabellado predecir que esta tendencia se mantendrá dentro de la rama controlada por Blockstream / Core, mientras el proyecto de Satoshi Nakamoto es liberado finalmente de sus cadenas.