Elogio de la aristocracia
Ya pasaron afortunadamente los tiempos de las oligarquías militares y estamos ahora asfixiados por las políticas, pero probablemente también a estas les queda poco tiempo.
Ya pasaron afortunadamente los tiempos de las oligarquías militares y estamos ahora asfixiados por las políticas, pero probablemente también a estas les queda poco tiempo.
Nada es más fácil que seguir a la multitud. Lo que hace que el mundo sea mejor, sin embargo, es vivir de acuerdo con lo que es correcto.
Para que un fork tenga sentido y potencial, es necesario que la crypto-oligarquía dominante haya cometido errores monumentales, como espantar a centenares de miles de usuarios y jactarse de ello. Caso contrario, tendremos una bifurcación frívola.
La disociación entre valor y precio es la piedra filosofal que todos los inversores buscan, aunque muy pocos den crédito a sus ojos cuando finalmente la ven brillar.
Las bifurcaciones contenciosas no son solamente naturales, sino también deseables y beneficiosas. La existencia de este mecanismo proviene de una utilidad biológica concreta.
En pleno fragor de la batalla es difícil elevarse por encima del caos reinante para adquirir una visión global del conflicto que ha dividido a Bitcoin (BCH). Lo intentaré, sin embargo, aun a riesgo de recibir una herida de metralla que interrumpa el curso de mi reflexión.
La incapacidad de escindirnos de un proyecto destinado al fracaso nos condena a fracasar todos juntos, del mismo modo en que estamos condenados a sufrir colectivamente el periódico fracaso del dinero fiat.
¿Cómo deberíamos encarar los desacuerdos que surgen, ante cada posible bifurcación, en el seno de la caravana bitcoiner?