Fuente: Coin Telegraph
La primera vez que oí hablar de Bitcoin no quedé muy impresionado. Como anarquista con estudios en economía Austríaca, en lo inmediato no tuvo mucho sentido para mí. Estaba concentrado en la acumulación de metales preciosos –después de todo, había estudiado a economistas de la talla de Rothbard y el gran patrón oro–.
Pero cuando comencé a investigar la integridad del protocolo Bitcoin me volví adicto a aprender sobre el mismo. Pasé horas de mis noches tratando de averiguar de dónde provenía su valor según la regresión, basándome en Mises y todos los grandes economistas. Lejos estaba en ese momento de entender que las respuestas a las preguntas sobre el valor y la regresión eran mucho más simples de lo que esperaba.
Su valor puede objetivamente ser explicado por la confianza que depositan sus usuarios en las matemáticas. Los usuarios de la red confían en que los bitcoins no pueden ser creados digitalmente de la nada. La confianza en estas ecuaciones algorítmicas es la misma que tenemos en la estructura de los átomos del espacio físico: confiamos en que nadie puede producir oro o plata de la nada.
La fiebre de Bitcoin
Finalmente lo entendí. El bicho de Bitcoin me picó y experimenté la fiebre de Bitcoin. No sabía por dónde empezar. Vi que Bitcoin podía curar muchas de las dolencias de la sociedad y no sólo en el sector financiero, en todos los sectores, incluyendo el político y el social; vi que Bitcoin poída dar lugar a nuevas formas de organización a partir de la utilización de la cadena de bloques para establecer identidades y reputaciones.
Organizaciones y entidades corporativas también podrían formarse sobre este libro mayor. Fideicomisos, títulos de propiedad, mercados de futuros… El envío de remesas podría llegar a ser más barato que nunca en la historia. ¡Por algunos centavos puedes enviar millones de dólares de un lado del mundo al otro!
Las comunidades del tercer mundo podrían usar esta herramienta. Los individuos sin acceso al sistema bancario podrían convertirse ellos mismos en bancos. Podríamos colaborar abiertamente (crowdsourcing) con cualquier persona y sin demoras. Digamos que una pequeña tribu necesita un mejor acceso a agua limpia, tal vez podamos financiar ahora mismo la construcción de un acueducto con bitcoins.
De repente me encontré abrumado por esta enfermedad: ¿Qué no puede resolver Bitcoin?
Me di cuenta de que había estado transitando el camino del utopismo eufórico bitcoinista. Y entonces empecé a transitar el camino hacia el otro extremo…
Los obstáculos
¿Resuelve Bitcoin el Problema de los Generales Bizantinos? ¿No es este acaso el santo grial de Bitcoin? Poco a poco voy topándome con debilidades y empiezo a cuestionarlo todo. ¿Qué es ese asunto de la centralización de la minería del que tanto se habla? Investigo sobre el ataque del 51% y la bruja malvada: el ataque Sybil.
Mis fundamentos ahora se desmoronan. Bitcoin no es anónimo, ya sabes, es pseudo-anónimo. Así que me dirijo hacia el espacio de las altcoins (monedas alternativas). ¡Optemos por la Prueba de Participación! Eso creará una mejor distribución. ¡Usemos Darkcoin!… quiero decir: ¡Dash! ¡Usemos Monero! Estas monedas ayudarán a mantener el anonimato.
Pero algo está faltando… Me doy cuenta de que he ido demasiado lejos. Esto puede suceder cuando te metes profundamente en el cripto-espacio. Durante todo el tiempo que pasé estudiando los diferentes aspectos de estas tecnologías, tanto positivos como negativos, olvidé lo más importante: el estándar.
Bitcoin ha cambiado el estándar. Ha desplegado un poderoso efecto de red a gran escala, con una fuerza capaz de cambiar paradigmas. Mientras observamos todas las cosas maravillosas que Bitcoin tiene para ofrecer, a veces nos olvidamos de que es temprano, y el foco en el estándar es clave.
El nuevo estándar
Bitcoin todavía no ha sido adoptado masivamente y ya estamos teorizando acerca de cadenas de bloques que funcionan como pulpos dentro de pulpos. Primero tenemos que incorporar el nuevo estándar, lo que no significa acostumbrarnos a una cadena de bloques sin Bitcoin. Tanto nos hemos adelantado que hemos acabado perdidos. ¿Cómo podemos promover la simple adopción si nuestras cabezas están flotando en la tierra de los contratos inteligentes y Ethereum?
No hay efecto de red o estándar más grande que el de Bitcoin en el cripto-mundo. La cadena de bloques es Bitcoin. Tenemos que centrarnos de nuevo en lo básico. La gente todavía se expone a riesgos innecesarios y no usa correctamente sus monederos.
Tenemos que seguir difundiendo por qué Bitcoin es importante. Mostrémosle a la gente todas las cosas que hace Bitcoin y sin la necesidad de involucrar terceras partes; especialmente el ahorro de los costos que imponen los intermediarios.
Tenemos que volver a las cosas más simples. Tenemos que recordar que Bitcoin es el primer y más grande registro digital distribuido y consensuado en tiempo real. No va a ser un éxito de la noche a la mañana.
Como me lo han dicho a mí en el mundo Bitcoin muchas veces, se los diré a todos ustedes: esta no es una carrera de velocidad, es una maratón.