Mito: Bitcoin es una aristocracia de geeks

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Hay quienes dicen que los mitos se resisten a morir porque hay algo de cierto en ellos – una verdad fundamental, a menudo inasible para el común de los mortales. Nosotros decimos lo contrario: los mitos se resisten a morir precisamente porque hay algo radicalmente falso en ellos – un error tan básico, y a la vez tan común, tan extendido, que cuesta reconocerlo como tal.

Pero un error popular no deja de ser un error, y la única forma de identificarlo es oponiendo la fuerza de la lógica – un método que sólo respeta la verdad – a la fuerza social del mito – como hace Vitalik Buterin a continuación.

Fuente: Bitcoin Magazine

Mito: Bitcoin es una aristocracia de geeks

Este argumento es a menudo expuesto por aquellos que están interesados ​​en las monedas alternativas como un medio para asegurar una mayor igualdad financiera. Se plantea que Bitcoin no es, en realidad, mejor que las monedas estatales que lo precedieron, ya que, mientras que la moneda fiat le otorga mucho poder a los gobiernos y a los bancos, Bitcoin toma ese poder y se lo entrega a los programadores, quienes no rinden cuentas a nadie y viven en los sótanos de sus madres.

También se argumenta que Bitcoin podría convertirse en un instrumento para oprimir a la gente común en manos de una aristocracia de los super-inteligentes, ya que la gente común no tiene ninguna posibilidad de comprender cómo funcionan los complejos algoritmos detrás de Bitcoin. Desde el punto de vista de un programador, este argumento parece una tontería, pero desde la perspectiva de alguien que apenas está empezando a oír hablar acerca de «SHA256», criptografía de curva elíptica y pruebas de trabajo, no necesariamente.

Los matemáticos no forman un cartel

Si comparamos el poder coactivo de los gobiernos y el estatus social de los bancos con el conocimiento de matemática e informática de los «expertos» en Bitcoin, la comparación se quiebra en un punto: los geeks matemáticos e informáticos no están en el mismo equipo. De hecho, la mayoría de ellos ni siquiera están en un equipo.

Mientras los gobiernos se reúnen en foros especializados, los bancos organizan conferencias exclusivas – dirigidas a los súper-ricos – , y ambos en gran medida se relacionan entre sí a través de los bancos centrales y los marcos regulatorios que ellos mismos diseñan, puede decirse que los matemáticos integran cualquier cosa menos una clase organizada. Los magos de los números y las letras griegas están dispersos en diferentes universidades en todo el mundo, y los amos del universo digital pueden encontrarse en cualquier lugar: grupos de desarrollo de código abierto, corporaciones, niños prodigio aislados, etc. Decir que estos grupos están amenazando con tomar el control de la sociedad es tan absurdo como afirmar que los herreros y los fabricantes de espadas estuvieron a punto de tomar el control de los ejércitos durante la Edad Media.

Los grupos de matemáticos y programadores son muy abiertos, mientras que incorporarse al sistema político y bancario requiere un alto nivel de riqueza preexistente, además de conexiones sociales apropiadas. En cambio, cualquier persona puede empezar a aprender matemática e informática, simplemente haciendo algunos de los cientos de cursos online abiertos y gratuitos, o leyendo libros de papel o digitales. Incluso las universidades pueden ayudar. Ahora bien, dudo que encuentres en Coursera un ciclo de conferencias titulado «Cómo convertirse en un banquero de élite».

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Ver también: Los mitos más difundidos acerca de Bitcoin, refutados