Martti Malmi, pionero de Bitcoin

Martti MalmiA este programador de 25 años, también conocido como «Sirius» (el primer nickname asociado a un developer de Bitcoin que aparece registrado en GitHub) se le compara con Linus Torvalds –otro finlandés célebre–, y se sospecha pueda ser el mismo “Satoshi Nakamoto”. El hecho de ser anarquista le convierte en un candidato probable; no así el hecho de haber acabado endeudado –si bien eso es simplemente lo que él dice–.

Fuente: Suomen Kuvalehti

De Malmi se sabe sorprendentemente poco. Estudia informática, vive en Espoo (Finlandia) y es aficionado a tocar la batería. Junto con el misterioso Satoshi Nakamoto, ayudó a impulsar Bitcoin en su fase más temprana y se convirtió en uno de sus principales desarrolladores. En las fotos aparece serio e introvertido, como un empollón típico del que ya vaticinan saldrá “el próximo Linus Torvalds” –el pionero del software libre también oriundo de Finlandia–.

¿Pero quién es Martti Malmi en realidad? ¿Será el mismísimo Satoshi Nakamoto, o tan sólo un anarquista inteligente que intenta desbaratar el poder centralizado mediante sistemas abiertos como Bitcoin?

Al terminar sus estudios secundarios, Martti se topó con el blog del político finlandés Jussi Halla-aho (conocido por su postura anti-inmigración), quien le influyó enormemente por su capacidad de obviar lo políticamente correcto y no temer oponerse al consenso. En su blog encontró vínculos a textos de liberalismo clásico, que le llevaron a convertirse en libertario.

“Todo encajó en su sitio”, afirma. “A todo hombre pacífico se le debe permitir que decida sobre sus propios asuntos. No puedo tomar en serio ninguna ideología que incluya la imposición y la violencia.”

En el año 2008 le tocó el servicio militar, mientras estudiaba informática en la escuela técnica superior. La instrucción en el uso de armas le interesaba y la completó, pero no pudo continuar por motivos ideológicos. Acabó pidiendo la exención, que le otorgaron por “depresión”.

Martti Malmi-Bitcoin

Despues de la armada se dedicó a estudiar más activamente durante un año, en el que también pensó sobre cuestiones sociales como los gobiernos y el individuo. Cuestionó el llamado “estado de bienestar” y, como no, la democracia, que no es más que la imposición forzosa de una mayoría arbitraria sobre la minoría. Su sitio web eroavaltiosta.fi (que significa “sepárese del Estado” – una referencia al famoso movimiento finlandés ateo ‘Sepárese de la Iglesia’) así lo atestigua; en él compila información básica acerca de la inmoralidad e ineficacia de los gobiernos para información de los ciudadanos finlandeses.

Luego se interesó por las nuevas tecnologías que reducen el poder centralizado. El dinero –pensó– es algo fundamental en la vida de la gente, así que no se debería centralizar en ningún banco. Entonces, ¿por qué no usar un sistema descentralizado peer to peer, de forma que no se pueda regular por la fuerza? Esta moneda alternativa se movería rápidamente de un monedero a otro, sin intermediarios, y podría obligar a replantear los impuestos – la savia del Estado.

Una noche del 2009, sentado en su habitación con la vista fija en la pantalla de la computadora, Martti se sorprendió. Acababa de encontrar un sistema que podía funcionar.

Era la primera versión del software de Bitcoin, recién publicada, que casi nadie conocía. La idea de un dinero digital independiente de los gobiernos y los bancos, que no se pudiese eliminar, era absolutamente irresistible para él. Leyó un artículo del creador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, que incluía su dirección de correo electrónico; así que le escribió y ofreció su ayuda.

“Bitcoin parece prometedor”, Malmi escribió. Nakamoto le contestó al día siguiente pidíéndole que administrara la página de Bitcoin, respondiera las preguntas más frecuentes y retocara el interfaz de usuario. Durante el primer año desarrollaron juntos el sistema Bitcoin.

Malmi llegó a poseer hasta 55000 bitcoins. Él fue de los primeros en “minarlos”, donando el poder computacional de su propia computadora al sistema, y el primero en cambiar bitcoins por dólares americanos (recibió US$5 por 5050 bitcoins). “Bastante barato los vendí”, dice, “El precio ya ha estado por encima de los US$1000”.

Estuvo en contacto con Nakamoto solamente por e-mail. Nakamoto le envió cientos de correos; sólo una vez tocaron un tema ajeno a Bitcoin y le deseó suerte con sus estudios. En la primavera de 2011, Nakamoto desapareció de la red sin dejar rastro.

Con el tiempo la comunidad Bitcoin se fortaleció, así que en el verano de 2011 abandonó su labor de desarrollo de la criptomoneda, cuando tenía más o menos 22000 bitcoins. Vendió más de la mitad y renunció a su puesto de trabajo; compró un apartamento para una persona de 45m2 y se fue a Japón por 7 semanas. El apartamento le costó €190000, aparte de los €40000 de impuestos que tuvo que pagar en concepto de ganancia de capital por los bitcoins.

“Maldita sea… Por culpa de los impuestos acabé teniendo que pedir un préstamo.”