¿Cuál es la mejor forma de financiar el desarrollo de la infraestructura de Bitcoin Cash? ¿Deberíamos apoyarnos exclusivamente en donaciones provenientes de ahorristas y empresarios? ¿Deberían los mineros contratar directamente a los desarrolladores, o es mejor que estos y aquellos promuevan un cambio en el protocolo para desviar un porcentaje de las monedas recién emitidas a cierto equipo ya establecido? ¿No sería más simple confiar en una compañía que parezca tener buenas intenciones y olvidar el asunto?
El debate continúa, y desde elBitcoin.org lo seguimos con interés. Un par de semanas atrás, publicamos aquí un texto en el que Luis Rodríguez (@DarthRoison – Youtube) nos explicaba por qué cambió de opinión con respecto al polémico Plan de Financiamiento de Infraestructura (IFP). Hoy es el turno de uno que hizo el camino inverso, pasando de celebrarlo a rechazarlo. ¿Cómo saber quién de los dos tiene razón si no atendemos a sus respectivos argumentos? Dejemos que las ideas choquen, y que ganen las mejores.
Por F.B
He pasado las dos últimas semanas pensando sobre el Plan de Financiamiento de Infraestructura (IFP) y leyendo cada artículo que se ha publicado sobre ello. Antes de comenzar, me gustaría agradecer a todos en esta comunidad por ser tan explícitos sobre el asunto, ya que eso prueba que nos importa y que estamos implicados. También me gustaría agradecer al CEO de BTC.TOP, Jiang Zhuoer, porque aunque está claro que no todo el mundo está de acuerdo, proponer un plan para financiar el desarrollo me hace extremadamente optimista sobre el futuro de Bitcoin Cash.
No, no creo que esto sea un intento de tomar el poder, y respeto el trabajo y el esfuerzo que hay detrás de la propuesta, porque no es fácil conseguir que lleguen a un acuerdo personas que –normalmente– compiten entre ellas.
Cuando se anunció el plan, inmediatamente me emocioné mucho porque aunque no estaba seguro de si yo apoyaba totalmente el mismo, las implicaciones de que un grupo de mineros formasen un equipo juntos para financiar el desarrollo del protocolo de Bitcoin Cash, eran enormes. Si bien hay mucha gente que se siente ofendida por la Teoría del No-Debate, hay que reconocer que se trata de un concepto muy poderoso. Ninguna de las cosas que la Teoría del No-Debate nos ha dado son perfectas, pero en su momento fueron claras mejoras con respecto al “status quo”.
Bitcoin Cash no estaría vivo hoy día sin la Teoría del No-Debate, porque seguiríamos discutiendo sobre cuál era un incremento seguro para el tamaño de bloque o cuál era el algoritmo perfecto para calcular cuál era el tamaño de bloque perfecto. Probablemente hoy tendríamos una porción del mercado mucho más grande si hubiéramos enfrentado antes el fork que nos sacó de Bitcoin Core. La Teoría del No-Debate va sobre actuar rápido, adoptar y mejorar lo que funciona y abandonar aquello que no sirve.
Sigo convencido de que aunque el plan (IFP) tiene fallos, funcionaría a la hora de inyectar el tan necesitado capital en el desarrollo. Pero aun así, creo que no debemos adoptar dicho plan.
Ser idealista
Antes de explicar por qué cambié de opinión, creo que estamos en el proceso de escribir la historia, y que Bitcoin Cash es quien tiene la mejor oportunidad para cambiar el mundo a mejor. Elevará a la gente por encima de la pobreza, les empoderará y restablecerá cierto equilibrio en este profundamente desigual mundo. Estamos en los asientos delanteros de esta revolución que competirá con la del propio internet. Y con certeza necesitamos dinero y talento para llegar a ese punto.
Pero no creo que debamos aceptar el IFP. La mayoría de nosotros somos idealistas, y esa es la razón por la que terminamos implicados con Bitcoin en su día y por la que estamos implicados con Bitcoin Cash en la actualidad. Creo que nosotros no sólo tenemos la oportunidad de conseguir una revolución en el dinero, sino también en las formas de gobernanza. Creo que deberíamos demostrarle a todo el mundo que Bitcoin Cash no sólo es autosuficiente sino que además se sostiene gracias a contribuciones voluntarias. Si nos llamamos a nosotros mismos libertarios y voluntaristas, si creemos que el impuesto es un robo, entonces tenemos que demostrarlo con hechos.
Aunque el plan es claramente inteligente, no se corresponde con la visión de una gobernanza descentralizada y no es coherente con nuestros valores. Si necesitamos una carretera en nuestra ciudad, iremos y la construiremos o pagaremos por su construcción, porque sabemos que los beneficios de tener dicha carretera superan el coste de construirla. Lo haremos por nosotros mismos; no engañaremos ni obligaremos a otros a construirla o a pagarla en lugar nuestro.
Y puedo escuchar vuestro pensamiento: “Vale, pero las donaciones no han logrado su objetivo por el momento, y no podemos permitirnos perder desarrolladores”, y tenéis toda la razón. Lo donado hasta la fecha no ha sido suficiente, pero no deberíamos llamarlas donaciones. La mayoría de nosotros (incluido yo mismo, hasta hace poco) no nos dábamos cuenta del simple hecho de que invertir una pequeña porción de nuestros ahorros en BCH en el desarrollo de la infraestructura de la red, aumenta las probabilidades de que el valor de nuestros BCH crezca (más). También me di cuenta de que “la tragedia de los comunes” no es algo que se pueda aplicar a las cripto, porque no es un recurso que pueda ser agotado. Los ahorristas que no están reinvirtiendo en desarrollo parte de sus ahorros, están en realidad dañando sus retornos a largo plazo.
¿Cómo solucionamos esto?
Necesitamos educarnos unos a otros en la realidad y los objetivos de la gobernanza de Bitcoin Cash. Necesitamos cooperar en el crecimiento, y necesitamos crear las tecnologías que nos permitan completar esta visión.
Aquí dejo una lista, muy incompleta, de cosas que podrían ayudarnos.
-Revivir el proyecto Lighthouse (¡de nuevo!)
-Un Patreon basado en Bitcoin Cash para creadores de contenido (¡o equipos de desarrollo!)
-Usar tokens SLP para realizar crowdfunding, y así mejorar la visibilidad y la rendición de cuentas del trabajo que los desarrolladores estén haciendo.
Personalmente, estaré mucho más implicado con la comunidad (tanto en términos de tiempo como de dinero) de lo que he estado en el pasado.