Los mercados anónimos y descentralizados están llegando

bitxbayPor Symposion

Desde la Deep Web

Hay un chiste muy “español” que se suele contar sobre los vascos -habitantes de Euskadi, una irreductible “aldea gala”- haciendo uso de varios tópicos al caso (como ocurre en estos chiste sobre “los de tal zona” donde se explota una supuesta característica del supuesto grupo). Lo voy a contar para los que no son españoles -por no dejar coja la historia y hacer uso sólo de la parte que me interesa- y por si hay algún perdido en el país que no lo haya oído nunca.

Dos amigos, Patxi y Antxón -nombres muy vascos ambos- salen “a setas”. El pueblo vasco es un pueblo micófilo que conoce sus hongos (y los sabe apreciar), de ahí que salir “a setas”, o a recoger setas, sea algo común en Euskadi y no tan común en otras partes de España. Sigo. La cosa es que durante el paseo por el monte arbolado en busca de los preciados trofeos gastronómicos, uno de ellos dice: “¡Ahí va la hostia, Antxón! ¡Que me acabo de encontrar un Rolex de Oro!”

A lo que el otro contesta: “¡Joder Patxi, mecagondios…! ¿Estamos a Rolex o estamos a setas? ¿Pero a qué cojones estamos?”

De ese chascarrillo, trufado de topicazos en España, nos ha quedado el “¿Estamos a setas o a qué estamos?” como forma de expresar que se está pendiente de otra cosa distinta a lo que realmente importa -aunque el chiste haga referencia más bien a la dureza de mente de quien está obcecado en una misión y no es capaz de notar que ha encontrado algo más importante que lo que buscaba en un principio-.

Esta idea del “a qué estamos realmente” me viene a la cabeza por los asuntos relacionados con internet, Bitcoin y la privacidad. Y por una vez, lo hago pensando como si fuera un policía.

Eso sería lo que le preguntaría a mis compañeros -de supuesta buena voluntad- policías como yo: ¿a qué cojones estáis?

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Una de las grandes pegas que le escucho poner a la gente sobre herramientas como Tor (podría nombrar otras) es que esos proyectos están financiados o incluso iniciados por autoridades de USA o personal de desarrollo militar. Por supuesto, olvidan decir que son proyectos de código abierto, o explicarlo adecuadamente para que la gente entienda por qué gobiernos como USA han financiado y monitorizado cosas como Tor o la propia Internet, el email o la WWW.

Parece hecho para servir de semilla conspiranoica el situar a semejante gobierno (¿hay alguno bueno?) en el origen de herramientas libertarias como podrían ser Internet y Tor. Los gobiernos no son precisamente amigos de la libertad de expresión -eso es común a todos- pero no todos los gobiernos combaten la libertad de expresión de la misma forma: mientras unos gobiernos optan (inútilmente a la larga) por intentar evitar que sus ciudadanos se expresen libremente en los medios a su alcance -tipo Rusia censurando o encarcelando bloggers, o Cuba o China o Corea Del Norte con similares estrategias- otros países promueven la abundancia de información, de manera que haya tanta que pierda su utilidad en muchos casos.

Un ejemplo: un  abogado defendiendo a un cliente no tiene derecho a esconder una información que le sea requerida y a la que tenga acceso (por ejemplo, los registros de entrada al edificio de la compañía de su cliente en un día determinado) pero lo que sí puede hacer, legalmente, es entregar los datos requeridos tan enterrados y revueltos en otra mucha información que sea materialmente o temporalmente imposible encontrar la información relevante que puede estar buscando la otra parte en litigio. Dicho de otra forma: te doy los datos de acceso al edificio que pides, pero te los doy mezclados con los de los 50 edificios del mismo tipo que tengo en la compañía -no todos informatizados, muchos en papel y fotocopia, mala suerte- y sin ordenar en días ni horas de acceso, junto con otras 300 cajas de documentos de acceso de todo tipo de personal del último semestre. Y tú busca lo que quieras, amigo.

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Obviamente el tipo de técnica mafiosa en el que una gran compañía abusa de los recursos a su alcance para enterrar en papel la reclamación de alguien más pequeño, es algo que favorece a las grandes corporaciones -y Estados-. Y sin incumplir la ley, lo que es un gran aliciente para optar por esa vía de trabajo, ya que evita repercusiones penales en quienes deciden.

Resulta mucho más inteligente posicionarse al lado de una herramienta como Tor desde sus inicios y poder ser el que mejor la maneja, mejor la conoce y más interés tiene en ella. Sobre todo si expresar una libre opinión en tu país no es difícil, se puede hacer de forma “aceptablemente anónima” y aún si no fuera anónimamente no supondría -por norma- una grave sanción para quien cruzase “la linea”. Tu interés como gobierno es conocer la herramienta para saber a qué te enfrentarás antes que nadie -lo que significará que estarás mejor preparado que nadie- y así mismo saber usarla para tus propios intereses en los entornos en que te beneficia su uso. Recordad que Internet era una red militar de comunicación distribuida para evitar el colapso de un ataque nuclear sobre una red lineal.

En este modelo de anonimato promovido por Tor y apoyado notablemente por Bitcoin surgen nuevas creaciones, consecuencias lógicas de la imparable evolución técnica -como es el proyecto OpenBazaar del que ya hemos hablado alguna vez en elbitcoin.org-. Puede resultar a primera vista ilógico que tengan tanta cercanía a instituciones y organismos estatales de USA cuyas normas no amparan todas las posibilidades que inauguran dichas herramientas (como es en este caso la posibilidad de un mercado descentralizado y totalmente anónimo, que puede incluir todo tipo de bienes y servicios prohibidos).

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Dentro de la sana competencia ha nacido otro mercado descentralizado cuyo creador afirma haber realizado la primera venta -en este caso un libro- como prueba de concepto. Su nombre es BitxBay y ha pisado algún que otro callo al promocionarse: ha entrado en escena afirmando que él sí es un mercado descentralizado en el que un administrador no es necesario y no hay riesgo de que un administrador robe tu dinero. A dicha afirmación ha contestado OpenBazaar haciendo retweet (RT) desde su cuenta en Twitter a una persona que les recordaba a BitxBay que OpenBazaar es también 100% descentralizado.

No busco en este texto más que dar la noticia -porque comparar características de “lo que de momento es vaporware” es algo que no pienso hacer- de que hay otro nuevo modelo de jugador en este espacio creciente de los mercados anónimos. Aquí parecen estar diseñándose los moldes de las futuras relaciones comerciales, gracias a la mezcla de las posibilidades de internet con las posibilidades de Bitcoin. Esto sí es globalización positiva que no espera a que los Estados decidan qué hacer con nuestras vidas.

¿Qué tiene que ver al final esto con lo de a qué se está, si a setas o a Rolex?

Mientras algunos Estados son conscientes del tamaño, repercusión e implicaciones globales de cuestiones como la evolución de la red, Tor, Bitcoin y estos mercados entre otras muchas cuestiones (les gusten o no, aceptan que son el futuro), otros están a otra cosa.

En lugar de intentar comprender mejor qué es Tor, prever su evolución y tomar posiciones frente a dicha red y las opciones de futuro que nos depara, Rusia sigue empeñada en dar ejemplo de represión, como en otros países de espectro o restos de bagaje comunista donde se reprime abiertamente la libre expresión.

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Esto no debe sorprender a nadie. Lo que sí es una sorpresa es lo que Rusia valora lo que tiene entre manos. Rusia a salido “a setas” y no acaba de ver que está tratando con “un Rolex”. Rusia ha salido a reprimir con la porra, la delación y la recompensa al chivato mientras otros gobiernos están aprendiendo y tomando posición en ese nuevo panorama.

Rusia quiere hackear Tor. Muchos dirán que Tor ya está hackeado, que Tor no es seguro, que Tor es de USA y todo eso. Vale. Pues Rusia no se ha enterado y quiere hackearlo. Seguramente USA también querría si no tuviera tan claro que no es posible o, al menos, económicamente viable.

Lo cachondo es la recompensa que ofrece Rusia por semejante hazaña: 4 millones de rublos o, lo que es lo mismo, 100K míseros dólares.

No es que 100K dólares me parezcan poco. No soy avaricioso, pero quiero más.

100k dólares es una broma de mal gusto o un honeypot para cazar imbéciles que no son hackers sino fantasmas de la red.

Nadie que tenga la más remota idea de lo que es Tor -y de lo que significa- pensaría que alguien con la capacidad para hackearlo y desencriptar su sistema de comunicaciones iba a venderse por 100K dólares, cuando seguramente cualquier mercado ilegal que se apoye en Tor para su existencia, pagaría 10 o 100 veces más sólo por ocultar el secreto mientras busca una solución.

Y otros hackers lo venderían a distintos países por 1000 o 10.000 veces esa ridícula cantidad. Puede que usando BitXBay u OpenBazaar para hacer el intercambio… ¿Quién sabe?

Amigos de la policía y las fuerzas de seguridad y represión de los estados: ¿estáis a setas o a Rolex? ¿A qué cojones estáis?