Wenceslao Casares, el exitoso emprendedor e inversor argentino que es ahora CEO de Xapo, uno de sus últimos emprendimientos, se refirió al tema de las “bitlicencias” en el blog de dicha empresa.
Cabe recordar que Xapo es el startup que más financiación ha recibido hasta el momento en la bitcoinósfera, lo que le ha permitido ofrecer la primera «bóveda» de bitcoins asegurada y lanzar tarjetas de débito Visa con fondos en bitcoins (algo que muchos habían intentado, sin mucho éxito, en el pasado).
En el artículo (intitulado “Xapo no tendrá más remedio que bloquear a los neoyorquinos el acceso a sus servicios”), Wenceslao explica las obvias consecuencias de aberraciones tales como las «Bitlicencias» y otros intentos de imponer normas a punta de pistola (si no nos dejamos engañar por la retórica, las regulaciones estatales no son más que opiniones que se hacen valer a punta de pistola).
Las tan mentadas regulaciones implican un enorme costo escondido para toda la sociedad, ya que obligan a los emprendedores -quienes deberían estar concentrados en hallar e implementar soluciones a problemas- a invertir sus preciados recursos en laberintos burocráticos creados por cavernícolas bien armados. En ocasiones, cuando no les queda más remedio que escapar de ellos, el costo es aún mayor.
Las bitlicencias: un exceso de regulación
El exceso de regulación en la que cae la propuestas de las bitlicencias pone trabas al progreso y a la competencia. Tal como están planteadas, sólo sobrevivirán a las bitlicencias aquellos con más capital. Incluso en una industria naciente como la de Bitcoin, la competencia y la innovación expulsan a los operadores menos confiables mientras promueven el florecimiento de alternativas nuevas y disruptivas (desde bóvedas de almacenamiento en frío a protocolos de cifrado que permiten a los consumidores almacenar sus monedas en sus propios dispositivos). Regular a los competidores hasta que queden fuera de la industria es una mala idea.
Las bitlicencias propuestas tendrán un efecto potencialmente contra intuitivo, ya que los líderes del sector – aquellos con equipos profesionales de gestión dedicados a la seguridad y al cumplimiento de las normas – no serán capaces de operar en Nueva York. Los neoyorquinos seguirán utilizando Bitcoin, pero se verán forzados a utilizar proveedores de servicios que operen fuera del conjunto de empresas integradas por equipos profesionales que han sido legitimadas por el mercado. La prestación de servicios simplemente no estará a la altura en la que debería estar, y son los consumidores de Nueva York los que sufrirán las consecuencias.
Política de bloqueo de IP: Corea del Norte, Irán, Cuba y… ¿Nueva York?
Además del riesgo que representa para los consumidores, Nueva York está poniendo en peligro su posición de liderazgo. Nueva York es uno de los líderes dominantes en el espacio financiero, y se ha involucrado sabiamente con la Industria de Bitcoin proponiendo un marco amplio e integral. Aunque no estamos de acuerdo con el alcance del marco, respetamos ese enfoque – en lugar de la alternativa que hemos visto en ciertas jurisdicciones extranjeras de rechazar la innovación a través de restricciones.
Pero Nueva York, como líder global en los ámbitos de las finanzas y la tecnología, tiene una gran oportunidad de volver a vivir el apogeo económico de las décadas pasadas a través de la industria de Bitcoin. Esa oportunidad, sin embargo, se perdería si las bitlicencias fueran aprobadas en su forma actual.
La industria que se ha gestado en torno a Bitcoin muestra un crecimiento exponencial y ya se está convirtiendo en un eficiente motor de creación de empleos, una incubadora de innovación tecnológica y una fuente potencial de ingresos fiscales inagotable. La innovación en la industria Bitcoin continuará, pero no tendrá lugar en Silicon Alley, sino en California, Texas o cualquiera de los muchos otros sitios que compiten actualmente por convertirse en líderes de esta industria en todo el mundo.
Por necesidad, en cada departamento de cumplimiento con las regulaciones se deberá agregar a Nueva York a la lista de «regiones a las que se le debe bloquear el IP», una categoría que por lo general no incluiría a un líder mundial en finanzas.
Creemos que Bitcoin creará más riqueza y puestos de trabajo que todo el resto de la economía de Internet. Nueva York tiene que elegir entre ser un líder y volver a la época dorada o perder definitivamente su invitación a la fiesta.