Fuente: The Cointelegraph Por Juan Galt
Sellos discográficos, lo sentimos, la música no los necesita más. ChangeTip llegó a Soundcloud. La prolífica plataforma de intercambio de música que, según sus propios datos, atrae a más de 175 millones de nuevos oyentes al mes, está abriendo las puertas a la popularización de una cultura de propinas en línea.
Desde que la bendición de Internet alcanzó ubicuidad, artistas y magnates de medios de comunicación –por lo menos algunos de los que han hecho sus fortunas en base a montones de regalías por éxitos del pasado– han tenido serias dificultades para sostener los mismos beneficios.
Antes de internet existían serios obstáculos a la distribución de la música. Las discográficas vieron este problema y, a lo largo del siglo XX, aceptaron el reto de superar esos obstáculos y convertir a los jóvenes talentos en oro. La solución que encontraron fue apoyar la comercialización y la promoción, y luego cobrar fuertes comisiones sobre las ventas. Con el tiempo, las ganancias de los artistas fueron mermando, lo que originó una ola de resentimiento que podría decirse alimentó la edad de la llamada piratería.
El fenómeno, un subproducto de la revolución industrial que nos dio los vinilos y las cintas de música, creó un mercado en el que muy pocos podían ser seleccionados por los sellos discográficos. Pero los que eran elegidos se convertían en increíblemente ricos y famosos. Limusinas, mansiones, películas, lo que sea –el sueño de la estrella de rock del siglo XX iba a ser inmortalizado en la memoria de las audiencias internacionales–.
Luego llegó el maldito Internet, y empezaron a disminuir tanto las ganancias como la capacidad de mantener los derechos de autor sobre producciones muy costosas. Gracias a Bittorrent, por ejemplo, no existen paywalls en el intercambio de información, lo que ha disminuido de manera constante los márgenes de beneficio de las discográficas, los gigantes de Hollywood y otras industrias distribuidoras de contenido pre-Internet (piensa en los libros electrónicos).
Varios trataron de resolver el problema de la monetización del arte aprovechando Internet como medio de distribución.
La solución de los dueños del copyright: vigilar Internet
En un intento de revertir la tendencia, las grandes corporaciones de medios han acosado con abogados y perseguido a empresarios como Kim Dotcom, librando efectivamente una guerra «contra la piratería». En última instancia, se trata en realidad de una «guerra contra la computación de propósito general». El objetivo final es quitarte el control sobre tu ordenador mediante la instalación de hardware específicamente diseñado para impedir la copia de determinados archivos.
Que ellos ganen esta «guerra» significa que tendrías que tener el permiso de alguna jerarquía para poder copiar tal o cual archivo y compartirlo, lo que acabaría con Internet tal como lo conocemos.
Las soluciones de los innovadores
Artistas como 50 Cent le han dado la bienvenida a Internet y se han adaptado al nuevo paradigma, por ejemplo creando videojuegos de elllos mismos o aceptando Bitcoin como medio de pago por sus álbumes. Otros han aceptado el final la fiebre de oro de la era industrial y han optado por vender entradas para sus actuaciones en vivo, o la promoción de sus giras en las redes sociales. Como en los viejos tiempos: no llegarán a hacerse inmensamente ricos, pero podrán ganarse la vida.
Las propinas funcionan. Los camareros y camareras en todo el mundo occidental se ganan la vida de esa manera. La industria de los restaurantes en Occidente se nutre de una cultura que no se basa en la tecnología o en la aplicación de la ley, sino en un acuerdo general respecto de que las propinas son un mecanismo de recompensa que funciona. Si no te gusta el servicio, pagas menos propina –o no pagas–.
Empresas Bitcoin como ChangeTip están haciendo posible una cultura de la propina en Internet. Comisiones prácticamente inexistentes y la velocidad de Internet hacen de los micro pagos una realidad, y ChangeTip, sin duda, está liderando la carga. Gracias a su arduo trabajo, puedes usar casi cualquier plataforma para dar propinas a tus artistas favoritos en forma directa, ignorando intermediarios como PayPal, Visa, o los sellos discográficos. Esta es una gran oportunidad.
Aliviemos la frustración de los artistas y enviémosle una señal de aprecio en forma de propina –cuando nos gusta lo que hacen, por supuesto–.