Invertir en un mito: del sueño a la pesadilla

Por Bill Bonner

¿De qué están hechos los mercados financieros? ¿De mitos o de realidades?

Respuesta: de ambos.

En el corto plazo se alimentan de mitos. Si todo el mundo cree que la economía está sana y que los precios subirán, probablemente subirán … al menos por un tiempo.

Pero en el largo plazo, la realidad se hace sentir. No importa cuántas personas esperan –y desean– que los precios sigan subiendo; en algún momento van a caer.

Por intensos que sean, los buenos deseos no pueden borrar la deuda, generar beneficios económicos o modificar las tendencias de los mercados en el largo plazo. Siempre alguna verdad se filtra y pone en evidencia los delirios, los mitos y el «pensamiento» colectivo.

Pobreza, miseria y cuasi-esclavitud

Piensa en todos los experimentos del siglo XX con el socialismo y la planificación centralizada; Rusia, China y Venezuela son ejemplos que vienen a la mente.

¿Condujeron al paraíso de los trabajadores que se les había prometido a los proletarios? ¿Crearon las economías racionales, productivas y justas que la gente esperaba?

¡No! Llevaron a la pobreza, la miseria y la cuasi-esclavitud de millones de personas.

Incluso los mitos más disparatados tienen consecuencias reales cuando son populares. Triste destino el de aquella pobre virgen que desestimó un mito como «mera superstición»; de todos modos fue arrojada en el volcán.

Luego, cuando el gruñido del volcán se apagó … «Mira, funcionó», dijeron, felicitándose unos a otros hasta que la ceniza caliente cayó sobre sus cabezas y la lava ardiente cubrió sus pies.

pesadilla

Del sueño a la pesadilla

Considera el mito de Hitler, según el cual Alemania tenía que construir su ejército para aplastar a sus enemigos y así ganar «espacio vital».

Al principio parecía tener sentido. Luego el mito se convirtió en tendencia. Y la tendencia cobró vida propia.

Al poco tiempo ya parecía imposible detener la «industria de la seguridad» de los nazis –dirigida por el propio Hitler–.

Su «Reich de mil años» atormentó a Europa durante seis años. Luego acabó en medio de un horroroso apocalipsis. El sueño había traído su propia pesadilla. Alemania fue bombardeada, derrotada, destruida. La supuestamente invencible Wehrmacht provocó al Ejército Rojo; cuando despertaron, los Rojos fueron implacables.

El mito se esfumó y dejó ver una realidad siniestra, una catástrofe de proporciones excepcionales. Aproximadamente 1 de cada 10 alemanes –más de 7 millones de ellos– murieron en la guerra. Los soldados soviéticos invasores violaron a miles de mujeres alemanas … y muchas otras se suicidaron para evitar ese destino. Y la población judía de Alemania fue casi totalmente aniquilada.

Invertir en un mito es peligroso. La mayoría de los inversores se volcaron al mercado de valores después del 2009 porque creían en un mito muy popular: la Fed nos había salvado. Bernanke era un héroe. Estábamos en camino hacia la recuperación.

Cuanto más extendida se volvía esa creencia (y no hay que olvidar que era apoyada por el dinero fácil de la Reserva Federal), más subía el valor de las acciones… lo cual parecía confirmar la teoría.

El valor de las acciones continuó aumentando … así como la deuda … hasta que toda la estructura comenzó a tambalearse y a sacudirse.

Ahora, los inversores podrían estar enfrentando lo que menos quieren: la realidad de un mercado bajista profundo y prolongado.

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Imagen por shawnrossouw