Aunque la minería de bitcoins es un tema recurrente en este blog, hasta ahora no nos habíamos detenido a apreciar el rol que cumple, y cómo lo cumple. No es posible exagerar la importancia de la minería en el sistema ideado por Satoshi Nakamoto. Demos un paso atrás y admiremos el esplendor de la organización espontánea, gracias a esta breve explicación de Paul Bohm (ver el escrito original, en Inglés):
Para asegurarse de que le sea más caro a un atacante adquirir el poder computacional necesario para atacar al sistema, Bitcoin cuenta con una estructura de incentivos. Los usuarios que aportan poder computacional (los «mineros») se ven recompensados por su trabajo; así, cuando el valor del bitcoin aumenta y por lo tanto atacar al sistema se torna más rentable, también se torna más rentable para los usuarios honestos añadir recursos computacionales a la red.
En cualquier momento dado, los mineros invierten en equipos tanto como es rentable para cada uno de ellos. La «minería» no es en absoluto un desperdicio de energía, sino todo lo contrario: es una forma increíblemente eficiente de hacer que los ataques no sean rentables.
Bitcoin incentiva a los mineros a fin de proteger el consenso que se da entre los nodos de la red, pero nunca utiliza más recursos computacionales de los que necesita para proteger su integridad y buen funcionamiento.