Fuente: Let’s talk Bitcoin
Por Andrew De Gabriele
Traducido al español por majamalu para elBitcoin.org
El 29 de julio de 2014, Patrick Byrne, director general de Overstock – uno de los minoristas en línea más grandes del mundo – lanzó una página wiki en la cual invitó a debatir acerca de la mejor manera de que una empresa que cotiza en bolsa pueda esquivar totalmente a entidades como NASDAQ y la Bolsa de Valores de Nueva York, y emitir sus títulos en una plataforma descentralizada similar a Bitcoin.
El momento no podía haber sido más cómico.
Ese mismo martes, varios sujetos de Wall Street, incluyendo a representantes de Visa, Citigroup y otras instituciones financieras, todos muy bien trajeados, se reunieron para la conferencia «Digital Currencies», organizada por American Banker.
Mientras los amos del dinero luchaban para tratar de entender el significado de la revolución de las criptomonedas, Byrne ponía en movimiento las ruedas de lo que parece ser un ambicioso plan para dejarlos obsoletos.
Reportando desde la conferencia, la periodista de Bloomberg Olga Kharif escribió:
Los profesionales allí reunidos estaban lejos de ser devotos de Bitcoin. Interrogados acerca de la moneda – o commodity virtual, dependiendo de a quién se le pregunte – las respuestas de la mayoría de los banqueros oscilaban entre la perplejidad y la evasión. Lester Joseph, gerente del grupo de inteligencia de delitos financieros de Wells Fargo, dijo que el banco no tiene un plan para Bitcoin.
Planificando el fracaso
La actitud distante de los banqueros de Wall Street le sonaría bastante familiar a Steve J. Sasson. Él fue el ingeniero de Eastman Kodak que inventó la cámara digital en 1975.
Hablando de su experiencia, Sasson dijo:
«Aunque mi prototipo era grande como una tostadora, a los técnicos les encantó. Pero permitía obtener fotografías sin película, por lo que la reacción de la gerencia fue, «Muy lindo… pero no le digas a nadie que existe».
Todos sabemos cómo las cámaras digitales trajeron la descentralización a la fotografía e hicieron posible que cualquiera sea capaz de imprimir sus fotos en casa. No menos interesante es la historia paralela de la desaparición de las compañías productoras de máquinas fotográficas con película y productos químicos y papel para fotografía, como Kodak.
En 1981, Kodak ya había encargando una investigación detallada sobre cómo la fotografía digital podía afectar su negocio. Sin embargo, ignoró los resultados de esos estudios durante años, mientras entraba en una pendiente negativa.
Cuando finalmente la empresa decidió arremangarse y abrazar la revolución digital, ya era un caso irreversible de «demasiado poco y demasiado tarde». Kodak se declaró en bancarrota en 2012.
El mayor riesgo de todos
En la conferencia, Lester Joseph, de Wells Fargo, dijo durante un panel llamado Nexos entre Banca y empresas Bitcoin, «La verdad es que no tenemos una estrategia. Simplemente tratamos de entender [Bitcoin] y de manejar el riesgo».
Tratar de manejar el riesgo y tener una actitud petulante frente a este asunto de Bitcoin muy bien podría llegar a ser una receta para el desastre. De hecho, el mayor riesgo para Wall Street podría ser su propia inacción y su timidez a la hora de adoptar una tecnología disruptiva.
En busca de la verdadera razón detrás de la caída de Kodak, John Kotter escribe en Forbes:
La organización desbordaba complacencia. Yo fui testigo de eso, a finales de 1980. Kodak estaba teniendo dificultades para mantenerse al día incluso antes de la revolución digital, ya que Fuji había empezado a hacer un mejor trabajo con el negocio de los rollos de película. Sin nadie en lo alto de la jerarquía de Kodak prestando atención, estableciendo prioridades y dedicándose a convertir ese problema en una urgencia que a su vez entrañaba una gran oportunidad, por supuesto que no llegaron a ninguna parte. Por supuesto que las sesiones con el CEO no llegaron a ninguna parte. Por supuesto que todas las personas enterradas en la jerarquía que habían visto los problemas que se avecinaban y tenían propuestas para hacerles frente no llegaron a ninguna parte. Sus jefes y compañeros no les hicieron caso.
Un escenario similar parece estar desplegándose ahora en Wall Street. Hay ciertamente interés en Bitcoin en algunos niveles, con fondos de cobertura tratando de adquirir bitcoins y lanzando fondos de inversión Bitcoin, y capital de riesgo financiando una variedad de nuevas empresas Bitcoin. Sin embargo, hasta el momento la reacción de los de más arriba parece estar en línea con la llamada de Warren Buffett a «mantenerse alejados».
En comparación con Wall Street, Bitcoin es todavía una gota en el océano. Los críticos señalan con razón que falta mejorar la usabilidad, y que la tecnología es aún inmadura. Sin embargo, antes de reírse muy fuerte harían bien en pensar en Steven J. Sasson y su cámara digital de 8 libras que demoraba 23 segundos en grabar una fotografía blanco y negro de 0,01 megapíxeles en una cinta magnética.
Es probable que el CEO de Overstock tenga que enfrentarse a una dura batalla con los reguladores en caso de que su plan para emitir valores en un exchange descentralizado llegue a materializarse. Pero Patrick Byrne es un tipo duro que no se dará fácilmente por vencido, y que – contra todo pronóstico – se ha enfrentado con éxito a Wall Street en el pasado.
En cualquier caso, ¿confiar en las regulaciones para mantener a la competencia eternamente fuera de juego seguirá siendo la mejor estrategia de Wall Street? Parece que podríamos estar a punto de averiguarlo. Solo cabe esperar que los banqueros se hayan tomado algunas selfies en la conferencia, por si acaso estaban viviendo un momento Kodak.
No lo sabrán antes de que sea demasiado tarde.