La gente todavía no aprende la lección de Mt.Gox – en particular los emprendedores Bitcoin, todavía relativamente inconscientes de lo que pretenden vender. Esto es porque la comprensión de lo que es Bitcoin obliga a reconocer verdades fundamentales, y con trasfondo moral. En este artículo Daniel Krawisz lo reconoce: “Hace tiempo que se sabe que Bitcoin da más control a los individuos, pero lo complementario de eso todavía no se sabe qué es”. Es de esperar que “lo complementario” sea algo difícil de aceptar para la mayoría de quienes se adentran en Bitcoin, aunque esté ya bien argumentado por la serie de artículos ‘Bitcoin no quiere anónimos’ de moraluniversal.com: el “problema de agencia” se resuelve con la transición de la economía Bitcoin hacia un sistema basado en la identidad real y falto de anonimato.
Bitcoin y el problema de agencia
Con las monedas antiguas pasaba que a la gente le convenía más guardar la mayor parte de sus ahorros en un banco, pero con Bitcoin ahora se da el caso opuesto. La red Bitcoin obvia el papel de las instituciones financieras tradicionales; son sólo dos los agentes que los usuarios Bitcoin necesitan: procesadores de pagos y mercados de intercambio. Los mercados son temporales; sólo se requieren porque las monedas fiat los requieren. Una vez que las monedas fiat hayan muerto, los mercados centralizados ya no serán necesarios. En cuanto a los procesadores de pagos, estos sólo se precisan en escalas temporales de una hora o menos para asegurarse de que la transacción se mete en la cadena de bloques. Con Bitcoin no hay necesidad de nada parecido a un banco para almacenar bitcoins a largo plazo.
Ser casi superfluos no es el único problema que tienen los agentes Bitcoin. A cualquiera que conozca la clave privada de una cierta dirección Bitcoin le es mucho más fácil controlar los bitcoins que contiene de lo que sería controlar oro o dólares bajo casi cualquier circunstancia posible. El motivo es que controlar bitcoins es simplemente cuestión de mantener un número en secreto, y no requiere ni asegurar materia física (como con el oro) ni el permiso de los emisores (como con los dólares).
Así que existe un problema fundamental con los agentes. Un agente puede desaparecer o simular ser la víctima de un robo. Los agentes no pueden ser racionalmente confiables sin convertirse en objeto de controles extremos, más estrictos que en la banca tradicional. Además, los agentes deben anunciar sus servicios y, en consecuencia, convertirse en el blanco de hackers. Deben tomar medidas extremas para conseguir un nivel de seguridad similar al que una persona individual consigue con mucho menos.
Este problema de agencia, inherente a Bitcoin, viene demostrado por el extraordinario historial de hackeos y robos que ya tiene la criptomoneda. Las instituciones Bitcoin parecen ser peores que los bancos a los que Bitcoin mismo reemplaza. Tal y como los partidarios de Bitcoin explican una y otra vez a sus opositores, la gente pierde bitcoins no por un fallo inherente al protocolo, sino por darles mal uso; los almacenaron en Mt.Gox, en Atlantis Market, o una de las muchas compañías que implosionaron o desaparecieron… Bitcoin siempre ha tenido el problema del emprendedor aficionadillo, pero yo espero ver una continuación de estos errores incluso cuando las instituciones establecidas comiencen a usar Bitcoin.
A pesar de esto, hay todavía muchos agentes Bitcoin. La práctica de guardar bitcoins en carteras online, como las de Coinbase o Circle, es abundante. La gente está todavía acostumbrada a lidiar con bancos como un mal necesario, y todavía no están cómodos con los manejos necesarios para salvaguardar una clave privada. Esto es un problema, porque quiere decir que la adopción de Bitcoin requiere un cambio real en los hábitos de la gente. Cualquier cosa que ayude a la gente a aprender nuevos hábitos sería de gran valor.
Las únicas soluciones al problema de la agencia son la de prescindir de agentes, o prescindir de su intermediación1. En otras palabras, la gente debería tomar el control de sus propios bitcoins, o bien, si no lo desea, ceder el control de tal forma que no sea un agente quien lo obtenga. La única manera de hacer esto último es esparcir el control entre muchas partes diferentes cuya cooperación interesada no sea de esperar. Esto podría realizarse mediante carteras de firma múltiple o votaciones de transacción abierta. Esto es una solución algo drástica, porque significa que nadie podría hacer nada con los bitcoins por sus propios medios.
Instituciones Bitcoin
El problema de agencia se hace especialmente interesante en el caso de las organizaciones, porque una organización no tiene autonomía de por sí, y todos sus miembros actúan como sus agentes. Todos, ya sean empleados o propietarios, tienen incentivos y habilidades similares a los que tienen otros agentes Bitcoin. Esto no es un problema nuevo, pero Bitcoin le da un nuevo carácter.
Por su naturaleza, una organización no puede tomar el control de sus propios bitcoins, así que su única solución es deshabilitar la agencia de sus empleados y propietarios. No es suficiente con que una organización distribuya claves entre su propia gente, aunque eso sería de alguna ayuda, pues es mucho más fácil confabularse para quienes están dentro de una organización que para quienes están fuera. Así que los votos deberían venir de distintas organizaciones para maximizar su seguridad.
Organizaciones criminales
Ahí donde los individuos pueden hacer lo que quieran con sus bitcoins, las organizaciones deben buscar aprobación desde fuera. Deben someterse a auditorías constantes para poder merecerse cualquier grado de confianza. Hace tiempo que se sabe que Bitcoin da más control a los individuos, pero lo complementario de eso todavía no se sabe qué es. Creo que la historia ha mostrado que este es un efecto importante, pero todavía no está claro en qué medida lo será. Quizás la gente pueda arreglárselas, o quizás tengan que reemplazar la mayor parte de las organizaciones con sistemas distribuidos.
Por supuesto, el requerimiento de ser constantemente auditadas y perder el control de sus propios fondos es un problema de menor magnitud para las organizaciones honestas. Este es mucho peor para las organizaciones criminales o para aquellas que quieran mantener sus operaciones internas en secreto. Las mafias, los cultos y los gobiernos tendrán una mayor dificultad para adaptarse a Bitcoin que una empresa que cotiza en bolsa.
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Todas las organizaciones tienden a evolucionar hacia una resistencia al cambio; pero los gobiernos, al estar sujetos al problema del socialismo, sufren mucho más por esto, debido a que las operaciones del gobierno no pueden basarse en un concepto claro de eficiencia para su consecución exitosa, ni en la importancia relativa de cualquiera de sus partes, ni en los méritos relativos de una organización estructural alternativa. En consecuencia, los gobiernos acaban más fácilmente convirtiéndose en estructuras laberínticas cuyo propósito nadie puede comprender ni modificar.
Hay un artículo muy revelador, llamado The Sinkhole of Bureaucracy, que describe un ejemplo surreal de este fenómeno de una manera increíblemente mordaz. En una mina abandonada de Pensilvania, ahora una oficina con 600 empleados federales e interminables muebles de archivo, se procesan todas las pensiones de jubilación federales a mano. La disfunción y locura del sistema es ampliamente reconocida, pero, a pesar de los intentos repetidos e incesantes de automatizar el proceso que comenzaron a principio de los años 80, el sistema no ha cambiado. No es un problema de voluntad, es un problema de conocimiento: no hay nadie disponible con la habilidad para realizar la transición con éxito, nadie que sepa cuál sería esa habilidad, y nadie que pueda evaluar a otro para la labor. Como resultado, los intentos de desarrollar un sistema automatizado fallaron porque los ingenieros informáticos no comprendían suficientemente bien las leyes y la burocracia para diseñar algo correctamente, y los burócratas no sabían cómo reconocer si los ingenieros sabían lo que estaban haciendo.
¿Podrá el gobierno federal adaptarse a Bitcoin? Esto requeriría construir un sistema no sólo para un departamento, sino para la organización entera; y tendría que ser construido bien: tendría que distribuir las decisiones lo suficiente como para que los bitcoins no puedan ser robados fácilmente por los empleados. Tras leer ese artículo, creo que es razonable pensar que el gobierno no estará para nada dispuesto a tal cosa.
1[N. del T] Existe una tercera solución, que son los estándares de identidad real. Ver comentario al principio. Imagen por geralt Imagen por HikingArtist