A propósito de la posibilidad de utilizar bitcoins para adquir armas de fuego anónimamente, ahora mismo se está debatiendo en el foro de Bitcoin la legitimidad de las normas que “regulan” el uso de este tipo de armas. Los que todavía no conocen el foro, sepan que la sección “español” del mismo cuenta con una población creciente y cada vez más activa de entusiastas. Serán muy bienvenidos allí.
Y bien, digámoslo también aquí de una vez y sin rodeos: la libertad de portar armas es un derecho fundamental, directamente relacionado con el derecho a defender la propia vida y la vida de nuestros seres queridos – ¡nada menos! Todas las restricciones gubernamentales a la posesión y al uso de armas favorecen a los delincuentes (quienes de todas formas consiguen sus armas en el mercado negro) a expensas del resto de la población. Y esto al margen de si uno tiene o no la intención de – eventualmente – defenderse a los tiros: que la potencial víctima tenga la posibilidad de defenderse basta para disuadir a la mayoría de los delincuentes. Así pues, incluso aquellos que se niegan a poseer armas de fuego se benefician indirectamente de la libertad que sus vecinos tienen de poseerlas.
Dicho esto, hay que admitir que la necesidad de familiarizarse con las armas de fuego varía según las circunstancias de cada uno. Hay una buena razón por la cual los gold bugs suelen tener una predilección tan marcada por esta clase de armas. Imaginen a una persona cuyos ahorros de una vida están invertidos en monedas de oro que yacen escondidas en alguna parte de su domicilio. Antes de irse a dormir, nuestro gold bug acaricia sus monedas, las cuenta – como todas las noches – y las devuelve a su escondite. Luego toma su rifle y se acuesta a dormir abrazándolo, para soñar con el día en que una única onza de oro le alcanzará para comprarse un bunker equipado con defensa antiaérea.
Bromas aparte, no es de extrañar que los gold bugs desarrollen unos niveles de paranoia y afinidad por las armas de fuego superiores al promedio. Sin embargo, hasta los partidarios de la autodefensa más intransigentes aceptarán que es mejor prevenir un robo que defenderse a los tiros. Por esta razón, no son pocos los individuos que han decidido vender una parte de sus ahorros en metales preciosos a cambio de bitcoins – algo que, según sus testimonios, redunda en una sensación de alivio duradera e inmune a las fluctuaciones en la cotización.