¿Cómo llega una moneda como el bitcoin a convertirse en unidad de cuenta? Este preciado título no se obtiene por casualidad, ni se obtiene de la noche a la mañana. Tanto para las monedas de uso voluntario como para las monedas fiat (dólar, euro), hay requisitos que cumplir y un camino que recorrer. Veamos primero cómo lo ha hecho el dólar…
Después de 2008, el dólar ha mostrado una notable estabilidad. Parte de esto se debe al efecto de amortiguación que la deuda denominada en dólares tiene sobre el valor de la moneda: si todo el mundo tiene que pagar sus hipotecas, préstamos estudiantiles y deudas de tarjeta de crédito con dólares, eso crea un piso de demanda para el dólar. Otra razón es que los rescates gubernamentales tuvieron el propósito de llenar los agujeros en el sistema financiero en los que se esperaba que hubiera dinero, más que el de crear dinero «nuevo». Pero esa no es toda la historia.
Uno de los problemas de la inflación es el llamado «costo de menú», es decir el fastidio que significa para las empresas recalcular sus precios para reflejar los aumentos de los costos. Por ahora, el dólar sigue manteniendo una reputación decente como depósito de valor, y, por ende, un bajo «costo de menú», lo que ha contribuido a su amplia utilización como unidad de cuenta.
Así que hay un lapso de inercia, debido a la reputación de la moneda, antes de que el impacto del aumento de los precios al consumidor realmente se hace sentir.
Pero las monedas fiat, no importa cuán poderoso sea el gobierno que las respalda, ni cuan ampliamente sean utilizadas, no son inmunes a la destrucción total –por la erosión de las arenas del tiempo o la rápida evaporación hiperinflacionaria–. De hecho, las monedas fiat normalmente fracasan en un segmento de tiempo que no cubre más de una o dos generaciones.
El cambio en la percepción que la gente tiene de una moneda fiat puede llevar un tiempo, pero tarde o temprano llega. En Argentina, donde la inflación es muy alta y se ha agravado, el peso ha perdido su condición de unidad de cuenta y es tratado con saludable escepticismo, lo que da lugar al conocido juego de la patata caliente: como nadie quiere quedarse con los pesos, estos pierden valor cada vez con más rapidez, obligando a la gente a refugiarse en otros activos y a buscar referencias más fiables a la hora de ponerle un precio a las cosas.
¿Y qué hay de Bitcoin? Hoy en día no es una buena unidad de cuenta. Pero, como alternativa en un escenario de monedas estatales en declive Bitcoin está cumpliendo poco a poco su promesa de refugio de valor confiable, un paso necesario en su camino a ganar el título de unidad de cuenta. «Unidad de cuenta» es algo así como un trofeo, una medalla de honor por haberse comportado consistentemente como una buena moneda. Tal vez algún día el pequeño Bitcoin llegue a conseguirla, ayudado en gran medida por la traición de las grandes monedas fiat.
Por Aaron Lasher – Leer texto original, en inglés