Cuando se trata de comprender la naturaleza de Bitcoin, una de las fuentes más caudalosas de equívocos es la falsa dicotomía. Esta falacia sutil es la que proporciona una apariencia de validez, por ejemplo, a la conclusión de que la “osificación” (léase: el estancamiento) de Bitcoin puede ser algo deseable.
¿Puede Bitcoin ser a la vez inmutable y adaptable? Para poner en evidencia la falsa dicotomía que opone estas dos propiedades –a menudo sostenida tanto por defensores como por detractores de Bitcoin–, hoy cedemos la palabra a Mengerian.
Por Mengerian
Puede ser difícil entender cómo Bitcoin puede ser simultáneamente 1) adaptable y actualizable toda vez que es necesario incorporar mejoras técnicas, y 2) resistente a los cambios que socavarían sus cualidades de buen dinero.
Muchas personas se sienten atraídas por Bitcoin debido a sus propiedades monetarias, y encuentran reconfortante la teoría según la cual es la «osificación» del sistema lo que impide la violación de tales propiedades. Frases como «Bitcoin está respaldado por las matemáticas» ejemplifican esta mentalidad.
Pero la verdadera solución a esta aparente dualidad es darse cuenta de que es en última instancia el mercado el que tiene el control.
En nuestro mundo de dinero fiat y bancos centrales, la gente no está acostumbrada a pensar en el dinero como un fenómeno del mercado. Es necesario comprender la teoría monetaria de la Escuela Austríaca para entender cómo individuos que interactúan libremente, según sus preferencias subjetivas, otorgarán valor al bien que en el mercado mejor cumpla con los criterios de buen dinero.
Recién cuando somos capaces de apreciar plenamente la perspectiva de la Escuela Austríaca podemos comprender que las posibilidades para el futuro de Bitcoin son realmente sorprendentes. No sólo se pueden conservar sus propiedades de buen dinero, sino que también se pueden mejorar.
Si el mercado se libera, Bitcoin puede volverse más fungible, más transportable, más fácil de almacenar, más seguro, más duradero, más identificable, más divisible, más conveniente y más líquido.
No hay estafa más rentable que la corrupción del dinero, por lo que la lucha para mantener el buen dinero nunca cesará –porque los esfuerzos para socavarlo nunca cesarán–. Pero es importante destacar por qué esta lucha es tan importante.
Por lo general se tiende a desestimar la importancia del buen dinero, lo maravilloso y enriquecedor que puede ser para toda la sociedad. El problema es que sus beneficios están dispersos, lo que debilita los incentivos y complica la coordinación de las acciones necesarias para defenderlo. Los destructores del buen dinero tienen la ventaja de concentrar sus ganancias mal habidas en un grupo más pequeño. Así, aunque el beneficio que les reporta su estafa palidece en comparación con el valor que destruyen, es más fácil para ellos enfocar sus ataques en cualquier grieta visible en la armadura del buen dinero.
Los defensores del buen dinero, sin embargo, tienen la ventaja de que pueden utilizar mecanismos de mercado para coordinar sus acciones. Esto les permite ser innovadores, utilizar los recursos de manera eficiente, y llevar a cabo múltiples estrategias simultáneamente.
Tal vez entender mejor la dinámica de esta batalla (empezando por percibir que hay, en efecto, una batalla) nos ayude a ser más efectivos en el logro de nuestros objetivos.
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Algunas características técnicas de Bitcoin (algoritmo minero, tamaño máximo del bloque de transacciones, número de decimales que se admiten) pueden cambiar, en caso de ser necesario, sin afectar aquellas otras características que determinan su condición de buena moneda.
Es más: si las cualidades fundamentales de Bitcoin, las que garantizan sus óptimos atributos monetarios (como la curva de emisión predeterminada y la imposibilidad del doble gasto) son, en la práctica, inmutables, es precisamente porque ciertas características, las que es necesario alterar en pro de la adaptación a una realidad cambiante, no lo son.
Bitcoin cambia solo en la medida en que es necesario para mantener inalterable su condición de buena moneda, y dejaría de ser buena moneda si perdiera esa capacidad.
Dicho de otro modo: Bitcoin es inmutable porque es adaptable.