No podemos permitir que Bitcoin siga existiendo como sistema de pagos entre pares (peer to peer). Los efectos desestabilizadores de este tipo de moneda en los mercados de capitales amenazan con ser devastadores.
En estos momentos, el precio del bitcoin supera los 2000 dólares y continúa en aumento. Aun peor es el hecho de que, si nos fijamos en la curva que ha dibujado el precio durante los últimos ocho años, el aumento del valor parece ser exponencial. Para aquellos que entendemos los efectos de este tipo de crecimiento, es obvio que, salvo que se tomen medidas de inmediato, Bitcoin será imparable de aquí a unos pocos años.
Durante cientos, o incluso miles de años, un sencillo secreto ha resultado muy efectivo a la hora de subyugar tanto a los individuos de a pie como a países enteros a la voluntad de aquellos que saben cómo hacer uso del dinero ajeno para apalancarse y alcanzar posiciones de gran poder económico. Cualquier persona ilustrada entenderá que ese secreto es la frecuente incapacidad de la mente humana para apreciar el impacto del crecimiento exponencial o, más específicamente, el interés compuesto.
Lo fascinante del caso es que la mayoría de las personas tienden a rechazar la importancia de este impacto incluso ante números indiscutibles que demuestran sus efectos. Gracias a esta curiosa realidad, podemos utilizar una pequeña tasa de interés para hacer que otros paguen por un préstamo dos o tres veces el valor del mismo si estamos dispuestos a esperar, y podemos multiplicar nuevamente esos retornos de capital ofreciendo más préstamos con esas condiciones.
La clave es una pequeña inversión inicial (que hoy es prácticamente nula y libre de riesgo para los bancos), paciencia, y una firme confianza en los efectos exponenciales.
Apliquemos nuestra comprensión del problema que tenemos entre manos: a día de hoy existen más de 3000 cierres diarios del precio del bitcoin. Desglosado de forma anual, el valor promedio y el crecimiento promedio DIARIO por cada año luce así:
2009: 0,00 dólares/0,00%
2010: 0,06 dólares/+0,88%
2011: 6,54 dólares/+1,23%
2012: 8,47 dólares/+0,34%
2013: 188,79 dólares/+1,43%
2014: 525,33 dólares/-0,17%
2015: 271,83 dólares/+0,16%
2016: 588,76 dólares/+0,25%
2017 (aún por fijar): 1.211 dólares/+0,650%
Calculando el promedio diario del cambio del precio del bitcoin desde su creación en 2009 hasta la actualidad, podemos apreciar que ha aumentado, en promedio, un impresionante 0,52126% POR DÍA.
Salta a la vista por tanto que, dado el precio actual del bitcoin y su aparente capacidad para mantener el incremento de su valor, las cifras mostradas arriba pueden utilizarse para proyectar la emergencia de un bitcoin a un precio de un millón de dólares.
Si nos guiamos por el comportamiento del precio en el pasado, el bitcoin podría alcanzar el millón de dólares hacia el 13 de agosto del 2020. El precio del bitcoin proyectado para el final de este año y de los próximos cinco años sería el siguiente:
2017: 6.906,60 dólares.
2018: 46.068,41 dólares.
2019: 307.285,77 dólares.
2020: 2.060.343,08 dólares.
2021: 13.742.910,71 dólares.
2022: 91.668.031,51 dólares.
A no ser que hagamos algo al respecto, en caso de mantener esta tendencia Bitcoin se convertirá en el sistema de pago más importante de nuestro planeta. Hacia finales del año 2022 habrán sido emitidos más de 19 millones de bitcoins, con una capitalización de mercado cercana a los 200 trillones de dólares.
Incluso si rechazásemos las pruebas que se nos presentan y asumiésemos que el bitcoin está ahora sobrecomprado y que no podrá mantener su pasado nivel de crecimiento, las proyecciones no cambiarían en lo sustancial. Por más conservadores que seamos en nuestras estimaciones, lo inevitable no podría retrasarse más que unos pocos años:
Con un valor actual estimado de 2.000 dólares por bitcoin y un crecimiento esperado de 0,4% diario, alcanzaría 1 millón de dólares el 30 de agosto de 2021.
Con un valor actual estimado de 1.500 dólares por bitcoin y un crecimiento esperado de 0,3% diario, alcanzaría 1 millón de dólares el 5 de junio de 2023.
Con un valor actual estimado de 1.000 dólares por bitcoin y un crecimiento esperado de 0,2% diario, alcanzaría 1 millón de dólares el 13 de noviembre de 2026.
Por desgracia, este sistema tiene características opuestas a las que necesitamos. Bitcoin es deflacionario, por lo que otorga control sobre su propio dinero a quienes lo adoptan, y –¡peor todavía!– anula las influencias de terceros sobre el valor del dinero que la gente ahorra.
¿Qué se puede hacer para evitar esta catástrofe? Obviamente, es necesario mantener la habilidad de extraer beneficios de los ahorros de la gente a través de los métodos tradicionales. Después de todo, es imprescindible que el control del capital permanezca en las manos correctas.
Así pues, lo primero que hay que hacer es limitar la capacidad. Si no pueden hacerse transacciones, entonces Bitcoin no puede funcionar como moneda. Por suerte, esto es muy sencillo de conseguir, puesto que el software actual impone un límite insignificante de 3-4 transacciones por segundo que impide el crecimiento de Bitcoin. Esta situación se mantiene en gran medida por la negativa o la incapacidad que han exhibido los agentes del sistema para eliminar dicha restricción. La comunidad Bitcoin parece atrapada en un estancamiento interminable. Afortunadamente, parece haber suficiente apoyo para una solución conocida como “Segregated Witness” (Segwit), que garantizaría una capacidad limitada a menos de 10 transacciones por segundo por muchos años.
No obstante, todo esto podría ser insuficiente o no lo bastante fiable como para detener a Bitcoin.
Además de restringir el crecimiento, hay otro enfoque muy recomendable que podría asegurarnos el resultado buscado. Me refiero a impedir la adopción generalizada mediante la imposición arbitraria de tarifas, aprovechando el límite a la capacidad de la red. De este modo, el uso del sistema podría volverse económicamente inviable para la gran mayoría. En el mejor de los casos, las tarifas serán lo suficientemente altas como para desalentar las transacciones de valor más bajo pero no las de quienes podamos transferir grandes volúmenes de capital.
Además, este sistema nos ofrece otra gran oportunidad si somos capaces de utilizar las estrategias indicadas más arriba con el fin de convertir las unidades monetarias en algo similar al dinero fiat. Simplemente tenemos que crear una segunda capa financiera más tradicional, que nos pemita controlar a los usuarios obligados a abandonar el sistema original. Actualmente ya hay una propuesta llamada “Lightning Network” que, aunque ha tenido una gran aceptación dentro de la comunidad, requiere que el valor sea respaldado por bitcoins. Así, al principio debemos movilizar todo el capital que sea necesario para apoyar esta propuesta. Luego podremos repetir la historia del dinero con respaldo en oro, y crear una moneda fiat de curso legal que permanezca en las manos adecuadas, totalmente desligada del commodity que solía respaldarla.
Así es como evitamos el desastre.