3 de enero de 2009.
Casi nadie presta atención a un evento que cambiará el mundo para siempre, marcando el principio del fin de la mayor estafa de la historia.
A las 18:15:05 hs (GMT) se genera el primer bloque (Genesis block), y empieza a funcionar la red Bitcoin. El dinero de curso forzoso – la causa principal del hiper-endeudamiento estatal, el ciclo económico, la inflación, la pobreza y la guerra – empieza a morir. No por la espada de un justiciero, ni por la destreza política de un demagogo, ni por la retórica de un activista, ni por el hechizo de un líder espiritual, ni por las exhortaciones de un moralista, ni por las bondades de una reforma legal… sino como resultado de una pieza de software construida humilde y silenciosamente.
Exactamente cinco años atrás, Satoshi Nakamoto – cual Gutenberg del siglo XXI – nos entregaba una tecnología que cambiaría para siempre las reglas del juego del poder. Lo que ha ocurrido desde entonces prueba cuán ávido estaba el mundo entero de alternativas a un sistema monetario fraudulento, coactivo, centralizado y vertical.
Satoshi se alejó del proyecto Bitcoin a principios de 2011 sin dejar ningún rastro. Nos toca a nosotros usar la herramienta que él concibió para poner fin, de una vez por todas, a la era de la manipulación monetaria – a su legado de muerte y destrucción.