Todos sabemos que la minería cumple un rol fundamental en el ecosistema de Bitcoin. Oscar Fonseca Gómes (colaborador de elBitcoin.org y autor del texto que hoy publicamos) no lo niega, pero piensa que es un error centrarse en la minería para despertar el interés en esta criptomoneda.
Con frecuencia, la minería es vista por los despistados como un medio para enriquecerse fácil y rápidamente, o bien – en el otro extremo – como un medio para emparejar la distribución de bitcoins. En opinión de Oscar, hablarle de minería a quienes todavía no han comprendido el valor de Bitcoin es poco menos que un crimen.
La minería de bitcoins, a la larga, podría llegar a ser incluso más especializada que la minería de metales preciosos. Como la minería de oro, requerirá grandes inversiones de capital que, económicamente, sólo tendrán sentido en ciertos lugares. Pero eso no significa que cualquier persona en cualquier parte del planeta no puede disfrutar de los beneficios del oro, comprando desde 1 gramo a varias toneladas sin tener que minarlo.
De igual manera, cualquier persona se va a poder comprar una fracción de bitcoin, o cualquier cantidad de bitcoins. Poco importa cómo y dónde estos fueron generados (eso es algo que dependerá, cada vez más, de las ventajas competitivas para la producción de dispositivos mineros, y del nivel de especialización y división del trabajo en cada lugar). Si alguien produce valor con su trabajo, va a poder adquirir bitcoins. Es absolutamente irrelevante si esos bitcoins fueron originalmente minados en Francia, EEUU o China.
Se le da demasiada preponderancia al tema de la minería; la utilidad de Bitcoin pasa por otros atributos. Me alegró que en esta conferencia de NY la minería no haya sido siquiera mencionada, porque la gente suele confundirse y, muchas veces, perderse en una dirección antiproductiva. Si realmente queremos que Bitcoin se difunda lo más posible, que llegue a ser usado por abuelas y abuelos, que la gente construya cosas de valor en vez de especular, tenemos que dejar de hablar de minería con los principiantes.
Al minero hobbysta, con metas de corto plazo, le espera el desencanto. Distinto es el caso de los emprendimientos profesionales, con línea directa a China y suficiente capital como para acaparar un porcentaje digno de hashing power. Estos apuestan a lograr una ventaja posible y sostenible. Pero se va a necesitar cada vez más capital para mantener la rentabilidad, porque de un día a otro entrarán peces muy gordos al mercado.
Hay cierta similitud con el sistema inflacionario fiat, pero ahora China viene a ser el banco central: los que tengan buenas conexiones y puedan desarrollar sus propios ASICs, o reciban primero los chips, podrán hacer un buen negocio. Los que no tengan línea directa a China y requieran intermediarios que les entreguen sus Jalapeños o USBs o blades meses después, serán devorados por la inflación del hashing power.
Me parece que nunca en la historia existió un mercado donde el famoso time-to-market es, literalmente, todo. Estamos hablando de pocos meses haciendo la diferencia entre una ganancia gigantesca y una pérdida total del capital invertido. En semejante entorno, es razonable hacerse a un costado y dejarle el negocio a la gente con las conexiones y capacidad necesarias para manejar correctamente los tiempos y el riesgo.