Una moneda que no admite el anonimato es una mala moneda

Echando un vistazo sobre las nuevas ideas que va teniendo el sector de la “ley y el orden” sobre Bitcoin, me he topado con este artículo –crónica más bien– que narra lo que está pasando “on the other side”, allí donde Bitcoin es mirado como un intruso que escapa a su manipulación y, por ello, un impedimento para su anhelo de controlar económicamente a la población.

anonimato-vigilancia

Nuevas compañías en el ecosistema Bitcoin, pero jugando en el lado oscuro, se han juramentado para hacer que Bitcoin deje de ser anónimo.

Lo que dejan claro son dos cosas. La primera que no han venido a aportar, sino a perjudicar. La segunda, que uno de los grandes valores –más a largo plazo que a corto o medio, aunque parezca paradójico– que dará proyección mundial a Bitcoin es precisamente la autonomía que permite su funcionamiento, dado que no precisa de la identidad de nadie: exactamente como el dinero en metálico, ese con el que quieren acabar mientras la mayoría de la población aplaude y pasa por caja, al mismo tiempo, con una tarjeta “contactless” entre los labios.

Debo decir que me sorprende agradablemente que el texto no mencione, al menos de forma explícita, esa imaginaria vinculación de Bitcoin con la financiación del terrorismo. Sólo lo vincula al crimen en general, lo cual puede parecer poco pero… coño, algo es algo ¿no?

Eso sí. El envoltorio con el que se venden estos hijos de fruta es monísimo: “quieren sacar a Bitcoin de las manos de los criminales [cualquiera que no tenga su identidad revelada] para ponerlo en manos de los bancos y los negocios”. Vamos, que son la “killer app” que estábamos esperando para Bitcoin… 😛

En lugar de aprovechar sucesos como el que narra la noticia –de un hospital que se vio obligado a pagar a un pirata que les encriptó el sistema informático con ransomware– para formar realmente a la población y a los profesionales para que sepan llevar una correcta higiene informática (que en el 99% de los casos hubiera evitado el problema), se aprovecha para justificar el uso de fondos públicos –que al fin y al cabo es de donde sale el dinero de la Europol, del bolsillo de los europeos– en el espionaje disruptivo contra la cadena de bloques (blockchain) de Bitcoin.

Menos mal que a Bitcoin no tienen dónde llamarle para exigirle que hagan un agujero en todos sus clientes y que así puedan ser pirateados cómodamente, como está haciendo el FBI con Apple con la excusa de la matanza de San Bernardino.

Si tras leer esto no empiezas a valorar como un elemento esencial –en el valor de Bitcoin– su capacidad de mantener a estos parásitos estatales lejos y sin posibilidad de forzar nada –incluyendo la revelación de una identidad–, pues tal vez es que no has entendido aún que BITCOIN ES ANÓNIMO, y que para ser Bitcoin debe seguir siéndolo.

Disfrutad de la distópica lectura.


Chainalysis firmó un acuerdo con Europol [la policía conjunta europea] este pasado viernes que abre el camino a que dicha agencia policial pueda usar la herramienta que vende la compañía, originaria de New York, para investigar a criminales que usan Bitcoin.

El trato entre Europol y Chainalysis llega pocos días después de que se conociera un ataque ransomware de alto-nivel contra el Centro Médico Presibiteriano en Hollywood. El atacante congeló el sistema informático del hospital durante 10 días y exigió el pago de 40 bitcoins, aproximadamente unos 17.000 USD, para volver a restaurar el sistema a la normalidad. El abusivo ataque y la decisión del hospital de pagar el dinero exigido, como única forma de recuperar el acceso a sus ficheros, ha renovado el debate sobre los usos criminales de Bitcoin.

La tecnología de análisis de la cadena de bloques de Chainalysis permite –supuestamente– a las policías y agencias diversas rastrear esos pagos a través de la blockchain de Bitcoin y, finalmente, identificar a los culpables. Los departamentos de policía no son los únicos interesados en el análisis de la blockchain. Chainalysis firmó un contrato hace poco con Barclays para facilitarle herramientas que le permitieran al banco londinense trabajar con negocios que operen con la blockchain de Bitcoin.

Muchos bancos evitan tener contacto con negocios que operan con Bitcoin dada la naturaleza pseudo-anónima de la moneda virtual, ya que hace difícil que los bancos puedan cumplir con la legislación anti-blanqueo. Chainalysis recoge información de la blockchain de manera que los bancos puedan cumplir los requerimientos regulatorios y asegurarse de no estar facilitando el lavado de dinero ni otras actividades criminales.

Chainalysis es un pez gordo en la emergente industria del “análisis de la cadena de bloques”. Sus principales rivales son Coinanalytics, Blockseer, Elliptic y Scorechain, quienes también ofrecen herramientas para que los bancos puedan cumplir los requerimientos legales y herramientas de investigación para las agencias de policía.

Cómo la llegada de Chainalysis y otras compañías de análisis de la blockchain afectarán a la percepción de Bitcoin entre los partidarios y usuarios de la moneda virtual es algo que aún está por verse. Si las transacciones de Bitcoin pueden ser rastreadas de forma tan sencilla como las transacciones bancarias, la moneda virtual se arriesga a perder su atractivo para el submundo criminal y esos pioneros librepensadores. El objetivo de Chainalysis, públicamente declarado, es “sacar las criptomonedas de las manos de los criminales y llevarlas a las manos de los consumidores y del comercio”. Esa transición, sin embargo, puede encontrar oposición no sólo en criminales sino entre usuarios totalmente legales de Bitcoin, y en los propios desarrolladores del código de la moneda virtual.

El pasado marzo el presidente de Chainalysis, Michael Gronager, respondía a acusaciones –de 3 desarrolladores de Bitcoin Core– de que su compañía había lanzado un ataque Sybil contra la red Bitcoin. Wladimir van der Laan, Peter Todd y Gregory Maxwell acusaron a Chainalysis de crear más de 250 nodos falsos en la red Bitcoin para recoger información sobre la procedencia de las transacciones. Un ataque Sybil es el que ocurre cuando un único usuario crea múltiples nodos falsos en una red P2P. Los nodos falsos de Chainalysis impidieron conectar  correctamente a algunos usuarios de carteras de tipo ligero como “Breadwallet”.

Gronager admitió que Chainalysis creó los nodos falsos, pero dijo que fueron “cuidadosamente ajustados” para no interferir con la red Bitcoin y que dicho ataque Sybil fue “sin querer”. Chainalysis dice que, desde ese momento, cerró los nodos falsos.

Como respuesta, Breadwallet bloqueó todas las direcciones IP conocidas que estuvieran asociadas a Chainalysis y a Mycelium, la compañía que ofrece servicios de pagos, almacenamiento y cartera Bitcoin donde el cofundador de Chainalysis trabajó previamente como desarrollador jefe, e inició una demanda legal contra Chainalysis. En un largo post, el fundador de Mycelium, Dimitry Murashchik, AKA Rassah, explicó lo que había sucedido y dijo que él y su equipo “no son fans de lo que hace Chainalysis”.

Una hoja de ruta de Chainalysis, filtrada en abril del 2015, revela que la compañía planea desanonimizar de forma efectiva la moneda virtual, algo a lo que Mycelium y otros muchos en el ecosistema Bitcoin se oponen aguerridamente. En su lucha por hacer Bitcoin más accesible para bancos y agencias de policía, Chainalysis y otras compañías de análisis de la blockchain han cabreado sobremanera a los usuarios y desarrolladores. Aunque eso no ha evitado que les llueva el dinero. El acuerdo con Europol llega al mismo tiempo que la compañía completa una ronda de financiación en la que han entrado Point Nine Capital, Techstars, Digital Currency Group, Funders Club y Converge Venture Partners.

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Imagen por geralt