Legislar el uso de Bitcoin tendría el mismo resultado que legislar el uso del lenguaje. No es que no puedan hacerlo: también podrían legislar la órbita de la luna, si así lo desearan; el caso es que seguiríamos usando las palabras que nos plazca usar, y la luna seguiría girando alrededor de la tierra de acuerdo a su habitual trayectoria, ignorando las mejores intenciones de las autoridades.
Irdial explica por qué:
Sea cual sea tu opinión acerca de lo que Bitcoin es o no es, Bitcoin ha llegado para quedarse, y lo cambiará todo. Si aprovechas o no sus cualidades depende de ti, pero el futuro no va a esperar a que despiertes y te pongas al día.
¿Que los gobiernos pueden frenar la expansión de Bitcoin? Pregúntale a la MPAA (Asociación Cinematográfica de los EE.UU.) y a la RIAA (Asociación de la Industria Discográfica de los EE.UU.) por la eficacia de las campañas ‘antipiratería’ que han estado llevando a cabo durante décadas.
La innovación en materia de software para intercambio de archivos no cesa: desde Napster pasando por Gnutella, Bittorrent, enlaces magnéticos de Bittorrent, Bittorrent sin tracker, Bittorrent en la nube… cada año se incorporan nuevas mejoras que hacen al ecosistema Bittorrent más resistente y más extenso. Lo mismo será cierto en el caso de Bitcoin.
Todo el lamentable espectáculo de los juicios con penas de prisión absurdamente crueles y multas multimillonarias a abuelas de 70 años no ha podido detener a Bittorrent, y esa estrategia también fracasará si se la usa en contra de Bitcoin.
Image by AJC1/Flickr
El mundo está cambiando. Gracias a Internet, la gente no sólo aprende e intercambia información como nunca antes, sino que además está utilizando la misma red para construir herramientas que no existían – ni podrían haber existido – antes de Internet. Adaptarse o morir es el lema que se aplica tanto a la MPAA y a la RIAA como al Banco Central Europeo.
Bitcoin no sólo NO va a desaparecer: será utilizado con la misma naturalidad que hoy en día utilizamos el email – desde cada navegador, desde cada smartphone, desde cada tablet. Y no hay nada que se pueda hacer para frenarlo sin destruir todo lo que actualmente depende de Internet.