Fuente: Nasdaq.com
Que dos cosas sucedan al mismo tiempo no significa que tienen una relación causal. A veces, sin embargo, incluso si la evidencia es escasa, el argumento a favor de la causalidad puede ser lo suficientemente sólido como para ser digno de mención.
Como los siguientes gráficos muestran, el 12 de junio de este año (el punto en que se inician los gráficos), dos mercados financieros comenzaron a moverse de forma espectacular en direcciones opuestas. Ese día marcó el pico máximo en el mercado de valores chino: el día en que se inició el colapso. Durante el siguiente mes, el Índice Compuesto de Shanghai perdió cerca del 30 por ciento.
El mismo día, otro mercado, aparentemente no relacionado con el anterior, comenzó a trepar fuera de los mínimos de alrededor de 230 dólares en los que había estado languideciendo: BTC / USD. Durante el siguiente mes, el valor del Bitcoin se apreció un 30 por ciento, y una vez que el índice de la bolsa de Shanghai se estabilizó un poco, también lo hizo el Bitcoin… Interesante, ¿no?
Por supuesto, ese lapso de tiempo también coincide en cierta medida con la crisis griega una vez más asomando su fea cabeza. Esa fue la razón más comúnmente señalada a la hora de explicar el ascenso del precio del Bitcoin, pero lo cierto es que no hubo pruebas de un aumento significativo en el volumen negociado de BTC / EUR. Eso, y el hecho de que los griegos no tenían acceso a su dinero, sugería que el impulso no venía de la compra directa por parte de los griegos y otros europeos.
La posibilidad de que Grecia volviera al dracma e intentara salir de sus problemas inflando la moneda, sin embargo, expuso uno de los peligros de la moneda fiat para consumidores comunes y ahorristas, y podría haber añadido atractivo a la idea de una moneda digital independiente de los bancos centrales.
La situación en Grecia y el colapso del mercado de valores chino no estaban relacionados, pero visto desde la perspectiva de Bitcoin eran dos caras de la misma moneda. Ambos resultaron en una pérdida de confianza en los principales mercados y en los instrumentos financieros tradicionales. En el pasado, incluso en el pasado reciente, la respuesta de los que sentían preocupación por la debilidad de los instrumentos convencionales del mercado solía ser comprar oro. Un gráfico del precio del oro de los últimos 8 años muestra que esa fue la respuesta a los acontecimientos de 2008/9 –un mercado alcista que lo llevó hasta los US$ 1.900 / onza–.
Mientras los temores con respecto a la integridad de la Unión Europea crecían, y las acciones chinas colapsaban, el oro, sin embargo, no hacía más que continuar con su tendencia bajista.
Podemos ver que: A) En el pasado, el oro solía dispararse en tiempos de crisis financiera; B) La confianza en el euro y las acciones chinas se desplomaron simultáneamente; C) Mientras tanto, el precio del oro siguió cayendo; y D) el precio del Bitcoin aumentó. Todo esto podría sugerir que Bitcoin ha reemplazado al oro como refugio seguro de valor en tiempos agitados.
En este punto es necesario repetir la consabida advertencia de que la correlación no necesariamente implica una relación de causalidad. No hay evidencia suficiente como para ser concluyentes, pero sí como para plantearse un par de preguntas interesantes. Si Bitcoin hubiera estado en el nivel actual de madurez cuando irrumpió la crisis financiera, ¿cómo habría reaccionado?, ¿y cómo va a reaccionar cuando llegue la próxima gran recesión global?
Me parece que, si bien la hipótesis de Bitcoin como refugio seguro de valor no se ha demostrado, hay suficiente evidencia como para considerar seriamente la adquisición de algunos bitcoins a modo de seguro contra una nueva crisis.