Fuente: Medium Por Mike Hearn
Así que eso es todo. Aquí estamos. La comunidad está dividida y Bitcoin se está bifurcando. De un lado tenemos a Bitcoin Core y del otro a una variante del mismo software (que abre las puertas a la posibilidad de aumentar el tamaño de los bloques) llamado Bitcoin XT, disponible en su versión completa a partir del 15 de agosto.
El plan de Satoshi nos unió, y cambió la vida de cientos de miles de nosotros en todo el mundo. Algunos hemos renunciado a nuestros puestos de trabajo, otros han dedicado su tiempo libre al proyecto, otros han fundado empresas para servir a los usuarios en todo el mundo. La idea en torno a la cual se gestó y unió esta comunidad es la de un sistema que permite a cualquier persona pagar a cualquier otra persona a través de una cadena de bloques.
Esa es la visión que me cautivó. Esa es la visión que cautivó a Gavin Andresen y a tantos otros desarrolladores, fundadores de startups, evangelistas y usuarios de todo el mundo.
Esa visión está ahora en peligro. En los últimos meses ha quedado claro que hay un pequeño grupo de personas con un plan radicalmente diferente para Bitcoin. Así que ahora que Satoshi no está quieren hacer cambios drásticos –redes de nodos de enrutamiento de pagos, fuertes aumentos en las tarifas, eliminación del soporte para carteras P2P móviles, supresión de las transacciones sin confirmar, y muchas otras cosas que no aparecen en ninguno de los documentos fundacionales de nuestro proyecto–.
Pero el sistema que tenemos hoy en día funciona. Tiene un ecosistema, tiene desarrolladores. Tiene sitios de intercambio y carteras y gente que compra y vende y cajeros automáticos y libros y aplicaciones y conferencias y una amplia base de personas que han aprendido cómo funciona.
¿Decidiría la gente migrar a un sistema radicalmente diferente, si se le diera la posibilidad de elegir libremente?
No sabemos, y los que impulsan estas cosas no quieren dejar que el mercado decida.
¿Cómo se puede resolver el conflicto?
Claramente, aquí hay un problema serio. La comunicación se ha roto, ambas partes sienten que están defendiendo vigorosamente la descentralización y la única verdadera visión de Bitcoin. La comunidad está dividida.
Esto deja un último mecanismo para resolver la disputa. Podemos hacer una versión modificada del software y exponerla a la votación de los mineros, un procedimiento que sigue la misma lógica usada en cada actualización del software. Si una mayoría adopta la nueva versión y produce un bloque de más de 1 MB, la minoría que lo rechace quedará en una cadena de bloques paralela. Para volver a sicronizarse con el resto de la red tendrían que adoptar la nueva versión del software. Si, en cambio, la mayoría nunca adoptara la nueva versión, la bifurcación nunca sucedería y el límite de 1 MB sería alcanzado.
El origen del desacuerdo
De los 5 desarrolladores principales de Bitcoin Core, Gavin y Jeff apoyan un fork, pero los otros tres parecen creer que cualquier fork polémico es algo impensable, peligrosísimo, una verdadera locura que no debería siquiera plantearse, pues podría perjudicar seriemente –incluso fatalmente– a Bitcoin.
Estamos totalmente en desacuerdo con esta evaluación. No creemos que un fork sea el fin del mundo. Creemos que la gente actualizará el software y adoptará la versión con bloques más grandes. Habrá mucho tiempo para que se enteren del cambio y se preparen para ello.
Pero los partidarios de mantener el límite de 1 MB se oponen rotundamente a un fork. En definitiva, piensan que el único mecanismo que Bitcoin tiene para mantenerlos a raya nunca debe ser usado.
No creo que ellos lo pongan en estos términos, pero es así. Consideran que no debe haber ninguna alternativa a sus decisiones. Que cualquier cosa a la que ellos se oponen, por cualquier razón, debe ser eliminada para siempre… que Bitcoin es su juguete y que pueden hacer con él lo que les plazca.
Este estado de cosas no puede sostenerse. El proyecto Bitcoin Core ha demostrado que no se puede reformar, y debe ser abandonado.
Es por eso que Bitcoin se bifurca.
Esperamos que todos lo entiendan.
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Imágenes por Erica, James Bremner y Amy Lenzo