A veces me meto yo solito en estos fregaos: ¿quién me mandaba a mí escribir sobre Podemos y Bitcoin ahora? Estamos en mitad de una ola anti-Podemos en ofensiva salvaje, en todos los medios en España, y de otra chocando con un montón de personas defendiendo la opción que -por distintas razones- acabaron votando.
¿Cómo le explicas a quien no vive en España qué es Podemos?
Podemos es una agrupación política de muy reciente creación. Está encabezada por un chaval llamado Pablo Iglesias (no confundir con el antiguo líder socialista, no tiene relación alguna en sus genes) que hace unos meses, en una conocida pseudo-tertulia política en La Sexta TV, hizo una defensa absoluta de lo que era la figura de “el líder” frente a los denostados e incumplidos programas políticos de los partidos reinantes. En aquel momento, era un simple profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias Políticas que venía a decir que más valía tener un buen candidato, que fuera listo, supiera batallar dialécticamente y arrasase con los votos que un gran programa que nadie iba a leerse. Poco después se presentó como aglutinante de ciertos sectores y en el maremagnum de la realidad hispana, consiguió avales y hasta 5 eurodiputados -contra todo pronóstico, ni en sus mejores sueños- en las primeras elecciones a las que se ha presentado.
Me pueden decir que, de momento, no he dicho nada de su programa. Ya.
La cosa fue tan rápida que como logotipo oficial del partido “no tuvieron más remedio” que colocar la cara del líder. Y funcionó. Vaya que si funcionó. Aparte de los 5 diputados ya mencionados, consiguieron arrancar a muchas personas de la inercia. A muchos hartos, indignados y hasta los mismísimos cojones del mamoneo de los políticos, de las violaciones de los derechos humanos de la policía, del abuso de la banca sobre el ciudadano, de que haya casas vacías mientras -haciendo uso de las “fuerzas de seguridad del Estado” en cada lugar- desahuciamos a familias con niños recién nacidos… España, ese país.
¿Quién no está harto en semejante lugar? Cuando hablo con amigos extranjeros suelo llamar a mi país NO-JOB-LAND y cuando viajo fuera de él, a veces me dan el pésame por ser español. Y lo entiendo: tenemos un 33% de tasa de paro con un 55% de tasa de paro juvenil.
Estamos muertos y no lo sabemos. ¿O sí?
España mata migrantes en las fronteras de Europa en África, España tortura en sus cárceles y CIEs o centros de internamientos de inmigrantes (no lo digo yo, lo dice Amnistía Internacional), España tiene a sus ancianos en muchos lugares recogiendo restos de basura para poder comer hoy aunque mueran mañana de una intoxicación alimentaria, España niega asistencia sanitaria a gente muriendo en la puerta de sus hospitales.
España me da asco. Mucho asco. Esta mierda de España da asco. La España arrasada tras la “alternancia bipartidista” es tierra quemada donde no sólo pasó el caballo de Atila, sino que meó y se quedó a gusto.
Siento los exabruptos (es que soy español). Seguimos.
En mitad de este alterado estado de ánimo -observen no es sólo electoral aunque desde el 25 de marzo todo es electoral hasta la elección de nuevo presidente en un año y poco- mucha gente votó a esa agrupación: Podemos. Tanta gente como 1.250.000 personas. Les pueden acusar de electoralistas: lo son y no lo esconden. Como dice su cabeza más visible en un vídeo accesible por youtube, “si he de elegir entre propaganda y educación, sin ninguna duda propaganda” y luego cuando ya controlen el gobierno ellos, pues veremos lo de la educación.
Dirán que sigo sin hablar del programa que Podemos quiere poner en práctica. Ya.
Podemos se estructura en “círculos”. Es una denominación como cualquier otra para decir grupito.
Esos grupitos o círculos de Podemos agrupan, o eso pretenden, la acción de la gente en cada tema relevante que, ellos como partido político, quieren tratar de mejorar (supongo buena voluntad y todo). Hay círculos de todos los sabores (colores no, porque su color es el morado que a mí me recuerda a la penitencia católica y a la Semana Santa) y entre otros círculos de Podemos encontramos los siguientes: discapacidad, feminismo, educación, deporte, inmigración, psicología, sindicalistas, música, autónomos, TICs, desempleados, psicoanalistas (¡!), jubilados, audiovisual, animalista, LGTBI, Fuerzas Armadas, cultura, funcionarios, pleno empleo, economía con ecología y energía, ecología, enfermería, sanidad, ciencia, abusos bancarios, abogados, transportes, tercera república, renta básica, artistas, filosofía y solidaridad entre pueblos.
Hay 712 círculos en el estado español y 36 también fuera del mismo. Como se puede ver en esa selección (la que la web del partido muestra) se observa que le pegan a todo. Que se apuntan a un bombardeo. Sin embargo hay asuntos en los que se les ha pedido “ayuda” o al menos que muestren su interés, como puede ser la tan actual regulación de las drogas o Bitcoin, de los que han hecho caso omiso. Y están en su derecho ya que para eso son un partido político que defiende aquello que le dé la real gana, ¿no?
Voy a contar una “anécdota personal” que viene a cuento porque deja ver claramente cómo funciona este partido en cuanto a su posicionamiento y acción efectiva. Hace semanas, en contestación a una oferta pública para que fueran preguntados sobre sus ideas que hicieron desde Twitter, les dije que cuánto tardarían en articular una respuesta a la guerra contra las drogas. Me respondió una cuenta del partido, la de la ciudad de Alicante, y me dijo que por qué no hacía yo un proyecto y lo presentaba a su partido.
Le contesté que yo ni era de Alicante ni de su partido, ni solía hacer el trabajo de otros. Que por qué me lo decía a mí, y la respuesta era que “porque se veía que yo controlaba del tema”. También les dije que, tal vez, podría pensarme el echarles una mano en ese aspecto el día que dejasen de ponerse de lado (se les había intentado hacer que se pronunciasen muchas veces) y formalizasen una postura. Y seguimos sin noticias desde ese día.
En cuanto al Bitcoin pues ocurre algo muy parecido. Existe en reddit algo así como un círculo Podemos de Bitcoin, pero que no tiene más que un puñado de mensajes que nadie parece atender ni contestar. Aparte de eso, encontré una especie de propuesta de muchos asuntos que alguien hacía al partido en la que se hablaba de varias criptomonedas y formas de financiación.
Hay un aspecto disonante entre Podemos y el Bitcoin que resulta obvio. Sin entrar a etiquetarles de izquierdas o de derechas, e independientemente de cómo ellos se quieran definir, sus esbozos de objetivos concretos en materia de gobierno (en caso de que algún día pudieran) se basan en el control del capital y en la presión impositiva para lograr cuestiones como la jubilación a los 60 años de edad o pensiones y salarios más altos para todos (con una limitación de salario máximo) o hasta una renta básica de ciudadanía para todos por el hecho de ser ciudadanos. También en negarnos a pagar la deuda externa del país.
Sí, seguimos hablando del mismo país, de España.
¿Quién no querría que eso ocurriera? Yo desde luego me apunto. Mientras no lo pague yo, claro.
El Bitcoin no encaja bien con las pretensiones de semejante partido, ni con el control por parte de los Estados. La inmunidad que ofrece su control frente a los impulsos confiscatorios es uno de sus grandes valores intrínsecos y que se encuentra en el lugar opuesto del espectro ideológico, no por elección sino por características.
Cuando he querido hablar algo sobre Bitcoin con gente que ha votado a Podemos me he encontrado de todo, desde personas que se definían como “mayormente liberales” que apoyaban abiertamente la moneda a otros que se definían como “de izquierdas de verdad” o “socialistas de verdad” que se oponían a Bitcoin, no porque tuvieran idea sobre el mismo, sino porque toda alusión al dinero o a sus distintas formas es parte del anatema que impone la párvula formación.
¡Hablemos de Podemos, cojones ya!
Para simular ser responsable a la hora de escribir he intentando informarme del programa que Podemos desarrollaría -en cuanto pueda hacer algo porque la aritmética post-electoral se lo permita; y puede ser que sea pronto porque hay encuestas que les ponen cerca de doblar al PSOE y arañando al PP, habiendo salido “de la nada” hace unos meses- pero no ha sido fácil. De hecho reconozco que no tengo ni puta idea de lo que piensan hacer si es que pueden gobernar algo algún día. Sé lo que dicen que no harán y lo que no quieren hacer: todo lo que han hecho los hasta ahora gobernantes. No están equivocados al denunciar la basura que vivimos, pero no veo qué alternativas -tras la denuncia- ofrecen que sean reales. Para informarme me he tragado hasta el último programa “especial dedicado a Pablemos” que hace La Sexta TV cada sábado noche, en el que le he visto defenderse como un campeón de un montón de perros, de la derecha más reaccionaria, que le atacaban usando los mismos 3 argumentos que llevan usando desde que se presentó como candidato. Envidio su posición: es una gozada -al menos para un troll como yo- poder sentarse en un debate a decirle a todos los demás lo mal que lo han hecho y en qué lo han hecho mal sin decir ni usa sola cosa real sobre qué planes de acción propone él y su partido. Le envidio mucho, tiene que ser muy divertido. Pero ese no es el papel de un cargo político.
Sabemos todo lo que Podemos detesta y no quiere: todo lo que no quiere la gente.
Pero ni puta idea de cómo van a hacer que esto cambie. Como muestra de que esto no es tampoco una opinión, hace unas semanas en Cuatro TV un economista habitual de los medios preguntó a Monedero (la cabeza “pensante” de Podemos) cómo iban a hacer para cumplir económicamente el programa que proponían, y al que él mismo se apuntaba también. La respuesta tuvo 3 fases: una primera en que ignoró la pregunta y contestó algo sobre otro tema. El moderador, Jesús Cintora, le volvió a plantear el asunto, y él volvió a dar una respuesta esquiva. Finalmente, ante la presión, acabó enfrentando el asunto que le propuso el tertuliano.
Su respuesta fue clara y aterradora al mismo tiempo: “Las decisiones son políticas. Si nosotros como pueblo soberano decidimos que nos jubilamos a los 60 años, pues entonces ya preguntaremos a los técnicos -economistas se entiende- qué hacer para lograr el objetivo fijado”.
Es decir, nosotros decidimos qué realidad nos apetece vivir y ya nos explicarán otros como hacerlo. O les purgamos y renovamos plantilla como si esto fuera un ERE manejado por Stalin (eso no lo dijo porque se supo contener).
No es un hecho aislado. Tras ese lamentable incidente en el que uno de los representantes “más capacitados” de Podemos dejó ver la absoluta falta de formación que acompaña a su persona, el partido aceptó un debate patrocinado por un medio, El Confidencial, en el que se enfrentaron en una charla el economista Daniel Lacalle y el economista elegido y enviado por Podemos (se entiende que es uno de los que saben cómo lograr lo que ellos propugnan).
En el debate se tocaron muchas cuestiones, desde el modelo de país a la presión fiscal y la deuda, pero el momento más álgido del mismo fue cuando Daniel Lacalle acorraló a su contrincante y dejándole ir hasta donde quiso, y viendo lo que proponía -un impago de la deuda, un default- le preguntó: “Día 1: ¿cómo te financias?”
Observen el silencio por respuesta en primer lugar, para salir por el primer sitio que le viene la cabeza después; no tiene desperdicio (1:01:53).
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=EM2sIY_kVU4&t=1h1m51s[/youtube]
Entiendo que decir constantemente que harán “lo que quiera la gente” sirve durante un tiempo, pero eso se acaba. Hay personas que aún me dicen que están hablando con Podemos para que acepte Bitcoin, como si nos hicieran un favor por aceptarlo, y no es así. Podemos no tiene el menor interés en una creación libertaria como es Bitcoin: le tiene alergia, como casi todos los partidos (el partido Pirata y el Partido X sí aceptan la moneda, por ejemplo, pero ninguno más en España).
Tendremos un círculo Bitcoin de Podemos el día que haya uno sobre la legalización del mercado de drogas o uno de monjas de izquierdas francotiradoras. No se rían ustedes, que entre los defensores de Pablo Iglesias junior se encuentran grandes mentes como la presentadora de televisión Beatriz Montañez (mejor no digo nada, sólo miren esto si quieren reírse mucho de la ignorancia de una votante de dicha opción) o la monja Sor Lucía Caram. Algunos creen haber visto el reflejo de Jesús de Nazareth en los ojos del chaval.
Esa España.
Y perdonen que no les hayamos revelado el programa económico real -sólo algo de política ficción- de Podemos, pero no somos adivinos. Sólo amigos de Bitcoin. 🙂