Por algún motivo, muchos analistas del fenómeno Bitcoin comparten la opinión de que éste es un interesante experimento monetario, pero que tan sólo es el primero en su género. Ellos vislumbran una larga serie de tentativas, cada vez más acertadas, de reemplazar al dinero de curso forzoso. Sin embargo, para sostener dicha conjetura es necesario ignorar lo siguiente:
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- La competencia entre monedas libres (no impuestas por la fuerza) tiene características particulares: el grado de aceptación voluntaria de una moneda es un factor que no puede ser subestimado a la hora de explicar su adopción. La mejor moneda es masivamente adoptada por ser la mejor moneda, y también es la mejor moneda porque ha sido masivamente adoptada. Debido a las consecuencias de este bucle de retroalimentación positiva es que difícilmente lleguen a existir “miles de sistemas monetarios” compitiendo por destronarse mutuamente.
- Cuanto más tiempo pasa demostrando su solidez, más confiable se torna el sistema monetario predominante – y menos probable su reemplazo por otro sistema que aún no ha superado la prueba del tiempo.
- La multiplicidad de signos monetarios nacionales es un efecto de la intervención estatal, no del libre juego de la oferta y la demanda. Cuanta más gente pueda elegir en qué moneda negociar, calcular y ahorrar, más se extenderá la adopción de la mejor moneda disponible. Quizás Bitcoin se convierta, con el tiempo, en la base universal de otros sistemas de dinero digital (limitados a grupos humanos con altos niveles de confianza mutua).
- Para superar a Bitcoin no basta con introducir alguna que otra “mejora” en su protocolo y lanzarlo con otro nombre: el software puede ser copiado y modificado, pero el ecosistema que sigue desarrollándose en torno a Bitcoin (programadores, comerciantes, consumidores, emprendedores, mineros, operadores, ahorristas, etc.) es mucho más difícil de reproducir.
- Bitcoin siempre estuvo, está y estará abierto a la innovación: para mejorar algún aspecto del sistema no es necesario reemplazarlo por un sistema alternativo. Si se tienen buenas ideas y capacidad para la manipulación programática, es más económico y productivo unirse al proyecto Bitcoin que dedicarse a crear otra moneda digital descentralizada.