Aunque las unidades monetarias emitidas por la Reserva Federal de los USA conllevan muchas ventajas para el comercio y sirven de moneda de reserva mundial, su existencia no está exenta de imperfecciones. Una de las principales debilidades del USD (dólar estadounidense) es el Dilema de Triffin: un problema que surge cuando el país emisor de una moneda de reserva mundial debe lidiar con objetivos de corto plazo en la economía doméstica a la par que con objetivos de largo plazo en la internacional.
Semejante dilema lleva a déficits comerciales cuando se tiene que satisfacer la demanda internacional de moneda. Allí donde el USD fracasa debido al Dilema de Triffin, la característica apátrida de Bitcoin puede resultar una promesa para resolver este fallo monetario internacional y para proveer la infraestructura para una economía global más independiente.
El economista Robert Triffin fue el primero en llamar la atención sobre esta cuestión. Los países emisores de una moneda reserva internacional que otras naciones desean poseer deben estar dispuestos a emitir un stock de moneda extra para satisfacer la demanda global. Tal situación conduce inevitablemente al déficit comercial.
En marzo del 2009, en mitad de la reciente Gran Recesión, el director del Banco del Pueblo de China, Zhou Xiaochuan expresó su descontento con el actual estado de la moneda de reserva mundial. Conocido por sus tendencias reformistas, Xiaochuan dejó clara la necesidad de crear “una moneda de reserva mundial que esté desconectada de las naciones individuales”. Semejante moneda de reserva internacional, insistió, debería ser emitida en función de reglas fijas y podría proveer un valor estable.
La propuesta de Zhou Xiaochuan pasó ampliamente desapercibida, y desde entonces no se ha propuesto ninguna solución. Aunque ¿tal vez sea posible que dicha moneda de reserva internacional no estatal haya estado circulando ya desde 2009? ¿Es posible que el bitcoin, la moneda digital descentralizada, pueda servir de moneda internacional desconectada de las naciones individuales, y de esa forma resolver el Dilema de Triffin?
John Nash y el Dilema de Triffin
John Forbes Nash, el fallecido matemático que algunos creen que es uno de quienes contribuyeron a la invención de Bitcoin, era también un partidario de la reforma monetaria para resolver el Dilema de Triffin. El objetivo deseable, en la mente de Nash, era crear un instrumento de reserva internacional capaz de funcionar de forma independiente a las naciones individuales y permanecer estable en el largo plazo, remediando las deficiencias propias del dinero basado en el crédito.
Semejante moneda debería ser capaz de facilitar el ahorro nacional mientras funciona de forma autónoma en un mundo globalizado. Con una concentración obsesiva en la criptografía y el dinero ideal, la introducción de Bitcoin lleva las huellas de John Nash.
¿Puede Bitcoin resolver el Dilema de Triffin?
El Dilema de Triffin, en el cual los países emisores de monedas de reserva intentan a la vez manejar los niveles de ahorro nacionales y la necesaria liquidez internacional, permanece, hasta este día, como una barrera al crecimiento económico. En cualquier caso, ¿pudiera ser que la introducción de Bitcoin traiga consigo una solución viable al Dilema de Triffin?
Si asumimos que los pre-requisitos para una moneda capaz de resolver el Dilema de Triffin son los siguientes, podemos argumentar que Bitcoin es la solución perfecta.
Valor estable.
Emisión basada en reglas fijas.
Emisión predeterminada y conocida por todos.
En un reciente análisis de la volatilidad del precio del bitcoin, Eli Dourado estima que la estabilidad del bitcoin podría alcanzar la del Euro dentro de unos 15 años. En gran medida, como consecuencia del aumento del número de usuarios activos –la Junta Directiva de la Reserva Federal de Washington estima que la base de usuarios de Bitcoin se duplica aproximadamente cada 8 meses–.
La emisión basada en reglas fijas es tal vez el más interesante de los aspectos de la economía Bitcoin. Aquí tenemos un cambio de paradigma en el manejo de la política monetaria. Donde los bancos centrales y la decisión humana fueron el catalizador de la política monetaria del siglo XX, ese rol se ve ahora tomado por un algoritmo que determina la emisión en el tiempo.
Por último, la emisión programada de bitcoins es relativamente rígida comparada con las formas tradicionales de dinero. Podemos saber con un alto grado de precisión el número de bitcoins en cualquier punto temporal del pasado o del futuro. Peter Surda, un economista de Viena, Austria, argumenta que la emisión predecible de bitcoins podría resultar en una reducción del ciclo económico a nivel doméstico. Este tipo de emisión monetaria podría permitir tanto a gobiernos como a negocios anticipar cambios con un mayor nivel de precisión y, por lo tanto, podría mitigar la destructiva naturaleza del ciclo económico.
Según Bitcoin gana nuevos usuarios en la forma de individuos aprendiendo sobre la criptomoneda, haciendo transacciones con ella, y cruzando la barrera psicológica de aceptarla como una forma válida de pago, se acerca mucho más al lugar que le corresponde como instrumento de reserva mundial. Dicho instrumento contendría el tremendo potencial de resolver el viejo Dilema de Triffin.
Por Travis Patron Leer texto original, en inglés
Imagen por Héctor García