Sabemos que si alguien lanzara un ataque del 51% podría perturbar transitoriamente el funcionamiento de Bitcoin (incurriendo en algún doble gasto y negándose a validar transacciones ajenas), pero también sabemos que hacerlo sería contrario al interés económico del mismo atacante, que dicho ataque no pondría en peligro los bitcoins de ningún usuario (que no sea la víctima puntual de un doble gasto), que los mineros pueden cambiar libremente de pool en cualquier momento, que – de llevarse a cabo – sería fácil detectar el origen del ataque y que, en el peor de los casos, este podría ser fácilmente neutralizado.
Cabe afirmar entonces que un ataque del 51% – planeado, digamos, por un gobierno que ha tomado el control de GHash.IO con intenciones exclusivamente destructivas – está lejos de representar una amenaza existencial para Bitcoin. Aún así, esta posibilidad es motivo de angustia para no pocos bitcoiners, que miran intranquilos la distribución del hash rate entre los distintos pools de minería.
Menos atención se le ha prestado a los motivos que explican la excesiva concentración de poder computacional en pools como GHash.IO. Muchos atribuyen esta tendencia al sistema de incentivos inherente al protocolo de Bitcoin, pero que sean muchos no significa que tengan razón, opina Justus Ranvier.
No hay nada malo con los incentivos económicos que hay detrás de Bitcoin – el problema es el jodido marco regulatorio por fuera de Bitcoin.
Si no fuera porque la SEC (U.S. Securities and Exchange Commission) reclama jurisdicción extraterritorial en todo el planeta, a estas alturas habría media docena de competidores de CEX diseminados por el mundo. Conocí a algunas personas que estaban por empezar proyectos de minería siguiendo el modelo de CEX: tenían los conocimientos necesarios para hacerlo, pero tuvieron que dar marcha atrás debido a los riesgos legales.
CEX y GHash son dos ramas de la misma empresa. CEX controla el hardware físico y GHash es el pool en el cual se mina (con hardware propio y ajeno). Hay muchas personas que podrían hacer lo mismo. Si hubiera 4 competidores de igual tamaño, entonces la fracción de GHash sería de aproximadamente un 17%.
CEX puede permitirse el lujo de comprar tanto hardware porque ha creado un mercado de commodities en el que es posible adquirir acciones de la empresa, con lo cual tiene mayor acceso al capital. Puede salirse con la suya porque opera en un país alejado de los tentáculos de la SEC, y probablemente con buenas conexiones locales.
La SEC arruinaría a los operadores de CEX si pudiera llegar a ellos, ya que pretende extender su jurisdicción sobre toda la raza humana e insiste en que cualquier cosa remotamente parecida a un mercado de commodities sólo puede funcionar con su permiso explícito.
Esta es la razón por la que CEX / GHash opera prácticamente sin competencia. Como de costumbre, los «políticamente moderados» culpan al libre mercado de una situación creada por el Leviatán.
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Imagen por legofenris