En algún lugar del mundo fiat, 4 am…
Suena el móvil en una habitación en silencio: ¡¡La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene porque le falta… marihuana que fumar!! ¡¡La cucaracha, la cucaracha, ya no pue…!!
Yo: Eeemmmm… ssssii…. siii… sí. ¿Quién es??
Ello: ¿Estás durmiendo?
Yo: Estaba… ¿quién es?
Ello: ¿Quién crees? ¡¡Tu jefe hombre!! ¿Qué haces durmiendo a estas horas?
Yo: Estooo… son las 4 de la madrugada aquí, Majamalu…
Ello: ¿Cuántas veces te tengo que decir que no me llames así? ¿eh? Para ti soy el Sr. Satoshi. ¿Está claro?
Yo: Err… sí Sr. Satoshi, como usted diga señor…
Ello: ¡¡Pues claro que como yo diga!! Mira, te me vas a poner ahora mismo a escribir un post para elbitcoin.org que hay una noticia interesante…
Yo: ¿Ahora mismo?
Ello: Sí. Ahora mismo. Roger Ver ha puesto un Tweet en Twitter (sic) para donar dinero a la defensa legal de Ross Ulbricht mediante los ReTweets que le hagan. Así que ya estás hablando con Roger Ver y preguntándole de qué va todo esto, que nos enteremos bien.
Yo: ¿Y quién es Roger Ver? ¿Un amigo tuyo? Pues dame el teléfono que le pregunte lo que quieres… ¿no?
Ello: Mira negro, a mí no te me rebelas porque te retiro tu paga. ¿O te crees que te damos 2 dólares al mes para tener que hacerte el trabajo? ¡Localiza tú su teléfono! ¡O tú verás cómo lo haces para ponerte en contacto con él! Pero o vuelves con unas declaraciones que nadie tenga de Roger Ver o te puedes ir buscando otro empleo y devolviéndome los 20 dólares de adelanto por un año de trabajo que te di. ¿Está claro?
Yo: ¿Y cómo hago eso? ¿No me las puedo inventar, como otras veces? Si total, nadie se va a dar cuenta… ¿no?
Ello: ¿Como en tu último concurso de cazadores de la Guardia Civil? ¿En el que jurabas que aquel conejo era un elefante africano? Esta vez no. Y quiero todo adjuntado con un archivo ‘signature.asc’ con su firma, o no me creeré nada de nada. ¿Tienes aprecio por seguir comiendo? Aplícate al libre mercado o te mando a tu gulag norcoreano. Adiós.
Click. Piiiii…..
Así comenzó esta historia.
¿Quién era Roger Ver y por qué había colgado un Tweet para ayudar a un “peligroso malhechor” como Ross Ulbricht? ¿Lo hacía de buena fe? ¿Lo hacía por tocar las narices a los haters del Bitcoin que se quejan de los mercados de drogas y de la falta de una moral religiosa asociada a la moneda? ¿Lo hizo por joderme el sueño esa noche y las siguientes?
Busqué quién era Roger Ver y lo primero que encontré fue una página con su nombre y mucha información (www.rogerver.com) pero que no me aclaraba mucho. Decía un montón de cosas sobre eso del Bitcoin. Al parecer el tal Roger ha estado metido en todos los lados donde olía a negocio y a la mueva moneda, siendo un ‘evangelista del Bitcoin’ y un ‘angel investor’ que ha sembrado el inicio de varias startups. O bueno, lo que eran startups de esas, porque ahora tienen nombres que no pegan con la idea de empresas que están comenzado su andadura, como son la BitPay, Bitstamp, Blockchain, LocalBitcoins, Kraken y algunas más.
Roger es, entre otras cosas, uno de esos que se han hecho muy ricos gracias a Bitcoin. Pero su dinero no salió de ahí: en el año 2003 ya había ganado su primer millón -de dólares- siendo CEO de MemoryDealers y vendiendo componentes informáticos con descuento. Antes de eso, había aspirado a un puesto político en el estado de California con un programa libertario que parece que no cuajó. Y entre medias de esos dos momentos, pasó 10 meses en una prisión federal con una sentencia de conformidad, acusado por la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) de vender explosivos por Ebay cuando realmente lo que hacía era revender un dispositivo utilizado por los agricultores para espantar a las aves llamado ‘Pest Control 2000’, que compró a un distribuidor legítimo en Carolina del Sur.
Sus verdugos no se habían molestado por algo que él hizo, sino por algo que él dijo ante varios agentes de la ATF (sin saber que estaban presentes, pues vestían de civil) durante un debate con candidatos de otros partidos, a saber: «Los de la ATF son un puñado de matones y asesinos».
Estaba claro que Roger es un tipo que los tiene pelados ya, cuando todo eso le había ocurrido antes de los 24 años de edad. Y ahora, 11 años después, es uno de los grandes en el universo Bitcoin por las inversiones realizadas en el 2011 y por haber sido el primer gran comerciante que se abrió a operar con la criptomoneda. Es de los “despiertos” que compró cuando el BTC apenas costaba US$ 1. No está de más recordar que algunos estiman su fortuna en Bitcoin en unos 200.000 BTC, pero puedo dar fe de lo difícil que resulta encontrar datos fiables o verificables sobre su persona, y este dato no lo tenemos confirmado por él.
Con este percal me puse a pensar cómo conseguir unas palabras de Roger. Lo primero que se me ocurrió fue amenazarle y enviarle un email diciendo “o me das unas declaraciones o te hackeo la cuenta y te quito la pasta, chaval”, pero al buscar su dirección de correo me di cuenta de que otro “inteligente” se me había adelantado: hace unos meses un hacker robó la clave de Roger de un viejo correo y amenazó con publicar datos personales suyos si no le pagaba un “rescate” de US$ 20.000.
Roger no se sintió demasiado amenazado, ni con la cantidad, que eran unos 37 BTC, ni con la idea, y versado como es en asuntos digitales le propuso al hacker otra cosa. En vez de pagarle el dinero a él para que le devolviera su cuenta, se lo pagaba a otros que pudieran dar datos que facilitasen su captura. El avaricioso ladrón, de nick ‘Nitrous’ probó su propia medicina y hasta escribió pidiendo perdón e incluso dando a entender que “no merecía que contratasen a un asesino a sueldo por algo así” en referencia a lo que podría ser una venganza de un tipo como Roger.
Amenazarle no parecía buena idea. Así que probé a darle pena.
Le escribí diciendo -la verdad- que mi jefe me echaría del trabajo con el que alimento 5 bocas en mi África natal si no conseguía unas palabras suyas. Que toda mi familia moriría si no me hacía caso y que eso no se curaba con Bitcoin. Y le debí de dar pena, porque Roger se apiadó de mí y aceptó cruzar unos emails conmigo.
Seguramente muchos -ahora que veo y comprendo la trascendencia de Roger Ver en el mundo Bitcoin- hubieran querido tener esa ocasión de preguntarle. Pero ya ven ustedes: a veces el diablo va y se pone de tu parte. Me tocó a mí.
Lo primero que le pregunté, vía email, fue si ya había tomado una decisión sobre la cantidad a donar tras el sorprendente tweet de apoyo a Ross y a su madre Lyn que es quien está defendiendo el asunto ante la opinión pública, e intentando que no hagan de Ross aquello que no es.
El tweet en cuestión alcanzó cerca de 17.000 RT y a US$ 10 por cada uno, el montante total suma más de US$ 150.000 (no contabilizaban después de cierto límite).
Y de momento, Roger no ha decidido la cantidad final a donar al fondo de defensa de Ross Ulbricht. Esa respuesta es la que me dio.
Aunque le pregunté, posteriormente, si había pensado en un mínimo (indiqué una cifra alta) para donar, no me ofreció ya respuesta para ello. No puedo saber, ni creo que nadie, si lo que Roger Ver ha querido decir es que donará más que esa cantidad o donará menos que esa cantidad, por las razones que él crea oportunas. Desde luego, es alguien que conoce de primera mano el sistema penal de los USA y seguramente sus costes legales de defensa. Entiendo que si quiso apoyar la campaña de #FreeRoss con ese tweet, su intención nunca ha dejado de ser la de aportar ayuda, y teniendo en cuenta su capacidad económica actual, no parece que le suponga ningún problema pagar esa cantidad, que apenas llega a los 250 Bitcoin a día de hoy.
La otra curiosidad inmediata que me suscitaba el acto de Roger Ver, con el que creo que dio voz a aquellos que no podían expresar su apoyo a #FreeRoss de otra forma, eran las razones que le llevaron a dar ese paso. No hay que olvidar que Ross Ulbricht no deja de ser -presuntamente- un delincuente con acusaciones penales que bastan para dejarle en la cárcel de por vida y que su caso, al estar inexorablemente intrincando con el comercio de las drogas ilegales, tiene una fuerte connotación moral en ciertos ambientes con menor desarrollo evolutivo que el entorno libertario donde él se mueve cómodamente. Es decir: ¿qué pensarían los decentes USAnos que pagan sus impuestos para que el Estado persiga a criminales (como Dread Pirate Roberts) por facilitar el comercio -sin causar daño a nadie- de los bienes que sus clientes desean?
Su intención la tendréis que extraer de sus propias palabras:
Decidí escribir ese tweet porque creo que cada individuo es poseedor y dueño de su propio cuerpo, y como tal tiene derecho a introducir en su cuerpo lo que desee.
La policía, los jueces y los carceleros que meten a la gente en celdas por consumir sustancias, son quienes cometen un acto de maldad y deben cesar en su acción.
Si Ross Ulbricht es Dread Pirate Roberts y ayudó o facilitó estas interacciones voluntarias y libres entre compradores y vendedores, es un héroe por haber puesto a disposición del público una herramienta tecnológica que permitió a los pacíficos ignorar las violentas amenazas de esos extraños que se llaman a sí mismos “políticos y fuerzas de seguridad”.
Si por el contrario a Ross se le está acusando en falso, y por lo tanto no es Dread Pirate Roberts, entonces merece la mejor defensa legal que el dinero pueda pagar.
En ambos casos, Ross Ulbricht merece el apoyo de cualquier que se oponga a la guerra contra las drogas.
Y termina el párrafo con un “Gracias por apoyar aquello en lo que creéis”.
La cosa es que tenía que preguntarle algo más. No iba a perder la ocasión así como así, ¿no?
¿Pero qué preguntarle a alguien como Roger Ver que no le haya preguntado otro?
Pedí ayuda a los más entendidos y sólo uno me dio algo para tirar: sus inicios con Bitcoin.
Ahora me hubiera gustado preguntarle otras cosas, pero entendí que era lo más adecuado y eso fue lo que le pregunté. ¿Cómo había llegado hasta Bitcoin él? No era un minero ni estaba en el grupo germinal de la moneda porque entró en el 2011.
Fue, como no, internet mediante. En el show de radiodifusión por la red de www.freetalklive.com que es un lugar para la difusión, en LIBERTAD con mayúsculas, de ideas.
Me cuenta que conoció a Bitcoin a través de ese site y que le pareció una idea que era capaz de cambiar el mundo. No se equivocó y mostró una notable capacidad visionaria, que ahora se traduce en una mayor “liquidez” como suele afirmar él, aunque dice no sentirse más rico a pesar de la innegable fortuna que tiene en Bitcoin.
La última pregunta tenía que ser la de alguien como yo -un novato- que se encuentra con alguien como él -unos cuantos años más joven y mucho más rico- en una breve charla.
¿Y cómo obtuviste tus primeros bitcoins?
Pues los compré en MtGox.
Y así terminó la historia por hoy.
No vi necesario preguntarle si, a pesar de entender que con Bitcoin él mismo podía ser su banco, había dejado los bitcoins que compró a resguardo en su poder o había cometido la ingenuidad de dejárselos a MtGox en custodia.
Creo que es demasiado listo como para insultarle con una pregunta así.
Muchas gracias por todo, Roger, y por tu tweet-donación para la causa de Ross Ulbricht.