Fuente: Bitedge
Cuando el dinero estaba limitado por la cantidad de metal precioso existente, los gobiernos tenían que cobrar impuestos a los ciudadanos para financiar los programas que querían implementar.
Pero, desde el final del patrón oro los gobiernos pueden crear tanta moneda como les place, de manera que en teoría podrían financiar todos sus programas sin necesidad de cobrar impuestos.
El motivo por el cual se supone que no lo hacen es que de esa forma desencadenarían una hiperinflación; lo cual es cierto, pero no por el mecanismo que normalmente se enseña. La principal razón por la que crear dinero alegremente para financiar programas gubernamentales causa tarde o temprano hiperinflación es que provoca el colapso de la demanda –y por lo tanto del valor– de la moneda del gobierno.
La moneda gubernamental solía estar respaldada por el oro; ahora su único respaldo es el monopolio de la fuerza usado para cobrar impuestos.
Los impuestos y Bitcoin
Todo el mundo tiene que pagar impuestos en moneda gubernamental, y esto es lo que garantiza su demanda, utilidad y valor. Si no existieran los impuestos, o si estos pudieran ser pagados en cualquier moneda, la gente sería libre de elegir qué moneda tener siempre disponible y con que moneda hacer negocios. Y elegirían la mejor moneda según atributos tales como:
Suministro limitado y predecible
Divisibilidad
Portabilidad
Fungibilidad
Difícil de falsificar
Efecto de red
Habría competencia para crear la mejor moneda posible, y otras formas de dinero, como el dólar estadounidense tal como existe hoy, no sería utilizada o valorada.
Si no hubiera impuestos que deben ser pagados en dólares, no habría garantía de demanda para los dólares, y su valor se desplomaría. Esto dejaría a la Reserva Federal, el Tesoro, los bancos y el Gobierno creando para ellos mismos dólares sin valor. Estos dólares sin valor no se podrían utilizar para pagar programas gubernamentales, guerras y otras extravagancias. Todo el castillo de naipes de los gobiernos se vendría abajo.
Es instructivo que los gobiernos implementen sistemas fiscales con grietas que permiten que las grandes corporaciones y los muy ricos no paguen impuestos, lo que afecta su recaudación. No permitirían eso si el financiamiento de sus programas fuera el principal motivo por el cual cobran impuestos. Lo permiten porque no cambia el hecho de que la gran mayoría de la población necesita la moneda del gobierno para pagar los impuestos, y esto garantiza la demanda y el valor de la moneda que luego el gobierno se da a sí mismo y a sus aliados. Ese es el propósito oculto de los impuestos en la actualidad.