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¿Qué pasaría si una masa crítica de la población de algún país decidiera usar bitcoins como medio de intercambio, refugio de valor y unidad de cuenta?
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Tras el matemáticamente inevitable colapso financiero del “Estado benefactor”, los miembros de las clases productivas no se quedarán de brazos cruzados. Pero necesitarán un sistema monetario que los proteja de la rapacidad estatal, y que sea capaz de sustentar la división del trabajo en una sociedad tecnológicamente avanzada. En otras palabras, necesitarán a Bitcoin – y lo adoptarán de muy buen grado. Este es un escenario verosímil a juicio de Michael Suede, y en tal eventualidad éstas son las consecuencias que él vaticina:
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En pocas palabras, si la gente quisiera conservar su dinero, podría hacerlo. El Estado sólo obtendría el dinero que la gente quisiera entregarle. ¿Cuánto tiempo podría sostenerse un Estado moderno si la gente usara masivamente una moneda imposible de rastrear o confiscar? Supongo que no mucho, puesto que la existencia misma del Estado depende de la coacción.(…)
Una región del mundo en donde Bitcoin llegara a convertirse en la moneda dominante acabaría con el control fascista de la banca moderna, y con el mismo Estado-nación – que se financia mediante la violencia. La nueva moneda digital descentralizada no podría ser contenida, ni siquiera por medio de una acción mundial coordinada de todos los Estados. No, los incentivos económicos inherentes al comercio son demasiado poderosos. La prohibición del uso de Bitcoin tendría tanto éxito como lo ha tenido la prohibición del uso de ciertas drogas.
Fuente: Libertarian News
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