Fuente: Bitscan
Se cree que Satoshi Nakamoto, el anónimo creador de Bitcoin, obtuvo alrededor de 1 millón de bitcoins mediante minería en los primeros años de la moneda. El capital de Satoshi representa alrededor del 7% del total de bitcoins en existencia: una gran proporción en comparación con incluso los más ricos del mundo Bitcoin. Así que, ¿dónde están? Y, ¿es probable que alguna vez pueda utilizarlos?
Satoshi Nakamoto se apartó del proyecto Bitcoin a principios de 2011. ¿Quiere decir eso que nunca moverá su millón de bitcoins (250 millones de dólares al momento de escribir esto)?
Mi conjetura es que no lo hará, por la simple razón de que ya no tiene el control sobre ellos. Puede que Satoshi posea algunos bitcoins hoy –tal vez algunos miles o decenas de miles–, pero es probable que gran parte de ese millón de bitcoins esté fuera de circulación para siempre y nunca vaya a ser recuperado.
¿La evidencia?
Piensa por un momento en los primeros días de Bitcoin. Es un experimento interesante, pero en ese momento no es más que un concepto a prueba, que solo despierta el interés de un pequeño número de entusiastas. Bitcoin no tiene valor monetario: literalmente ninguno; no hay demanda de la moneda porque casi nadie sabe que existe, y por supuesto no existen sitios de intercambio. Obtener algunos bitcoins es fácil: sólo hay que minar en un ordenador normal.
Eso es lo que Satoshi hizo. De hecho, en el primer año de Bitcoin, fue una de las únicas personas en minar. La «red» era efectivamente de él, y de vez en cuando aparecía alguna otra persona, aquí y allá, con un poco de poder de cómputo. Cada diez minutos extraía otros 50 bitcoins. 300 por hora; 7.200 por día, día tras día…
Direcciones de una sola vez
¿Dónde terminaron estas monedas? ¿En la misma dirección? ¿En un pequeño número de direcciones? Eso pensaría la mayoría de la gente. Pero si lees el libro blanco de Bitcoin, Satoshi llama la atención sobre el hecho de que Bitcoin no es anónimo, únicamente seudónimo, y que es posible vincular entre sí las transacciones. La forma de evitar esto es utilizar una nueva dirección para cada transacción. Suponiendo que practicaba lo que predicaba, hay una buena probabilidad de que él haya hecho exactamente eso –enviar cada nuevo bloque de monedas a una dirección completamente nueva (tal era el comportamiento por defecto del cliente) y dejarlas allí–.
50 monedas por bloque. 1.000.000 de monedas en total. 20.000 direcciones.
¿Habrá guardado las claves privadas para cada una de esas 20 mil? Tal vez. Pero parece improbable. ¿Por qué tomarse esa molestia por algo que no valía nada? Quizás acumuló cierta cantidad de monedas en unas pocas direcciones y guardó solamente esas llaves por si algo ocurría con Bitcoin –de hecho, una vez dijo que no era mala idea guardar unos pocos bitcoins en caso de que se volvieran valiosos algún día–. Pero, ¿todos ellos? ¿O acaso minó la gran mayoría de las monedas exclusivamente con la intención de mantener la red cuando casi nadie contribuía poder de cómputo, sin prestar demasiada atención a las direcciones?
Muéstrame el dinero
¿Hay alguna evidencia de todo esto? Gracias a John Ratcliff, sí. John construyó un analizador de la cadena de bloques, y lo ha utilizado para encontrar los datos de todas las direcciones bitcoin según su edad.
Como se puede ver, al principio se utilizan pocas direcciones. Hay sólo un puñado con más de 1.800 días de edad (contando desde enero de 2015) en el gráfico. Algunas tienen miles de bitcoins, algunas sólo unos pocos –evidencia de transacciones muy tempranas (se puede ver la transacción Finney de 10 monedas, la primera transacción Bitcoin)–. Pero echa un vistazo a la banda ancha que se encuentra a lo largo de la línea de 50 monedas, alrededor de dos tercios entre 10 y 100 en el eje Y (recuerda, el gráfico utiliza una escala logarítmica). Eso es evidencia de exactamente 50 monedas extraídas, día tras día, durante 3 años antes de que se pierdan en el ruido de otras transacciones. Ninguna de ellas se ha movido desde entonces (de lo contrario habría interrupciones en la línea.) Durante gran parte de ese lapso no mucho más sucede. Por supuesto, es probable que haya habido otras personas que minado en aquellos días, y que nunca hayan movido sus monedas, pero es de suponer que la mayoría son direcciones de Satoshi.
Si eso es cierto, entonces es poco probable que las monedas vayan a ser usadas. Sus claves probablemente se han perdido para siempre, desechadas porque había muchas y no tenían ningún valor en ese momento. Quizás Satoshi mantuvo unos pocos miles o decenas de miles de bitcoins en otras direcciones, pero la mayoría parecen estar condenados a las mazmorras de la cadena de bloques.