Descentralización de Bitcoin: ¿verdad o engaño?

Vía Bitcoin Magazine – por Erik Vorhees

La gente de la industria entiende que una de las características más importantes de Bitcoin –y tal vez el núcleo de su verdadera innovación– es su estructura descentralizada.

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Imagen por Jozsef Bagota via Shutterstock

Bitcoin no tiene control central: no tiene un repositorio central de información, no tiene gestión centralizada y, por sobre todo, no tiene un punto central vulnerable. Y, sin embargo, la mayoría de los servicios y empresas integrados dentro de su ecosistema son centralizados. Son manejados por personas específicas, en lugares específicos, con sistemas informáticos específicos, y son susceptibles a problemas legales específicos.

Esta situación genera tensión y ciertamente un poco de ironía: tenemos una tecnología descentralizada, sin embargo la mayoría de las cosas que se han construido sobre ella están centralizadas.

Para un observador casual, y aún más para un observador cínico, puede parecer que la descentralización de Bitcoin es un mito, un rasgo exagerado en el folleto de marketing de la criptomoneda, pero sospechosamente no visible en el producto real.

Consideremos la estructura de CoinBase, que es posiblemente el servicio más exitoso de cartera y procesamiento de pagos Bitcoin en existencia. No hay nada descentralizado en él.

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Consideremos las políticas internas de CoinBase –se asemejan a las de PayPal, no a la utopía distribuida que los bitcoiners imaginan–. Coinbase quiere saber quién eres. Ellos quieren saber lo que estás haciendo con tu dinero, y te bloquean si no están de acuerdo. Te espían y controlan tanto como cualquier otra institución financiera tradicional (y para ser justos, en realidad no es su culpa –tipos armados los encerrarán en una jaula si no hacen estas cosas–).

Entonces surge la pregunta: ¿Cómo pueden los bitcoiners hablar de descentralización cuando el servicio más grande basado en Bitcoin se ha convertido, esencialmente, en un banco?

Los críticos apuntan a casas de cambio centralizadas, carteras online y procesadores de pagos para desestimar las afirmaciones de descentralización. Cuando Mt. Gox explotó, perdiendo 500 millones de dólares de sus clientes, los críticos expresaron inmenso escepticismo acerca de las cualidades únicas de Bitcoin; para ellos como mínimo parecía otro nuevo medio para espiar a la gente y, en el peor de los casos, una gran estafa.

[box style=»rounded»]Entonces, al afirmar que Bitcoin es descentralizado, ¿no estamos mintiendo?

No.[/box]

Y he aquí el por qué: para comprender a Bitcoin uno debe entender la diferencia entre la centralización coactiva y la centralización basada en el mercado. Bitcoin posee esta última, pero impide la primera, lo cual es una distinción crucial.

La centralización coactiva es lo que todos experimentamos en la antigua industria financiera. El sistema monetario mundial, basado en monedas fiat nacionales, creadas y gestionadas por bancos centrales patrocinados por el gobierno, es coactivo. Lo es porque las entidades con el poder sobre la creación, regulación y transferencia de dinero fiat tienen la voluntad y el poder de hacerte daño si desobedeces. No sólo eso, ya estás siendo coaccionado al ser obligado a pagar impuestos y extinguir deudas utilizando únicamente la moneda ungida por el gobierno.

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Si deseas experimentar esta coacción de primera mano, intenta crear algunos dólares; te verás arrojado a prisión y despojado de tu propiedad. O intenta transferir dólares de cualquier forma «no autorizada». Entonces verás lo que es la coacción.

Todo el sistema financiero, tal como existe hoy en día, se basa en este modelo anti-mercado de coacción –el dinero sólo se mueve con el permiso de aquellos en control, un control que no está basado en un contrato mutuo, sino en el privilegio del uso de la violencia–. Los diversos venenos que tal coacción derrama sobre la sociedad son tema para otro ensayo, pero la única razón por la que la gente sufre este sistema es porque ha sido el único permitido.

La centralización basada en el mercado es fundamentalmente diferente. Su característica fundamental es que la gente puede optar por no usarla.

Sí, CoinBase es una entidad centralizada. Pero no es necesario utilizar CoinBase para usar Bitcoin. Sí, una casa de intercambio o una cartera web son cosas centralizadas, pero siempre puedes intercambiar monedas con un amigo directamente sobre la cadena de bloques, o guardarlas en una cartera local, sin el permiso de terceros.

El usuario de dinero fiat está siempre obligado a utilizar un servicio centralizado. El usuario de Bitcoin nunca se ve obligado a utilizar un servicio centralizado. Esta es la distinción clave entre la centralización que se encuentra en Bitcoin (basada en el mercado) y la centralización que se encuentra en la industria de la banca tradicional (que es coactiva).

Y esta libertad de elegir, si bien puede parecer modesta, permite que ocurran cosas maravillosas, cosas que solo prosperan bajo la disciplina del mercado. Considera lo siguiente: puesto que cada usuario de CoinBase puede optar por no usar la plataforma, existe un control natural sobre la capacidad de CoinBase de actuar con deshonestidad. Aquí la coacción no tiene lugar. Compara esto con el modelo de un banco, que apenas se preocupa por la opinión de sus clienteses porque sabe que si ellos quieren participar activamente en el sistema financiero, tendrán que usar un banco y someterse al sistema de moneda fiat.

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Debe quedar claro que Bitcoin permite a sus usuarios pasar al área neutral de las finanzas descentralizadas en cualquier momento, lo que significa que si existe algún servicio centralizado dentro de su esfera es sólo porque hay (y mientras haya) personas que lo desean.

Las formas de centralización basadas en el mercado que se encuentran en el territorio de Bitcoin no deben ser temidas o condenadas como sí corresponde en el caso de la centralización coactiva del antiguo sistema financiero. Lo que tenemos es, de hecho, algo fundamentalmente diferente, totalmente compatible con la estructura de libre mercado y el designio de Bitcoin. En efecto, un mercado libre conducirá inevitablemente a algunos puntos de centralización cuando eso redunde en eficiencia económica. Toda organización voluntaria de personas o recursos es una forma de centralización basada en el mercado y, por definición, supone una incapacidad para coaccionar a los que en ella participan.

La clave para juzgar la legitimidad de la centralización es siempre la capacidad de los usuarios de optar por no participar. Bitcoin ofrece esto, mientras que el dinero fiat y los bancos centrales no lo hacen.

Esa es la diferencia, y es una que el mundo pronto llegará a apreciar.