Por Symposion
El Kava o Kava-Kava es una planta, un arbusto, que se da en forma salvaje y en forma cultivada en varios lugares de Oceanía y en Hawái. Los grandes referentes del kava a día de hoy son las Islas Fiji y la República de Vanuatu, que tienen integrado culturalmente su uso desde hace siglos y es parte de la economía local, en la que el kava -la raíz del arbusto Piper methysticum o pimienta embriagante- ha llegado a ser moneda en ocasiones con la que pagar diversos bienes. Cabe reseñar que el kava fue un bien controlado en estas islas y que hoy día su exportación -sacar esquejes de kava cultivado o salvaje fuera del país- no resulta sencilla pero tiene una vía legal. La exportación alguna vez estuvo prohibida por un gobierno que de esa manera intentaba evitar que otros países pudieran obtener el mismo producto. El producto final, la raíz seca de la planta, siempre ha tenido un comercio legal incluso con el extranjero, como USA o Europa.
El kava es una droga; es una planta con la que se elabora -simplemente mezclándolo y filtrándolo con agua o leche- una bebida que las personas, principalmente los hombres en aquellas latitudes, beben al terminar su jornada y que les sirve de socializador, como otros usan el cannabis o la cerveza. Registro de su uso tenemos desde que el Capitán James Cook anduviera en el S.XVIII por aquellos lares y un trabajo mucho más extenso al respecto se lo debemos en el S.XIX al farmacólogo Louis Lewin, quien tuvo a bien clasificar sus efectos dentro del apartado de “hypnotica” que en aquella época parecía englobar sólo al Kava, a los barbitúricos y el cloral.
Sin entrar en la original clasificación de Lewin, baste decir que si bien el kava es un buen ansiolítico (te tranquiliza) no está emparentado con los barbitúricos: su efecto es distinto (aunque también tranquilice) y también lo es su mecanismo de acción, que en el caso del kava no implica al sistema GABAérgico, y actúa principalmente sobre la amígdala pero parece ser que por otras rutas.
¿Cual es el resultado de consumir kava?
Pues depende en buena medida de lo que estés haciendo. Es una droga socializadora, que tiene algo muy similar a la empatógena MDMA o éxtasis, pero sin la parte de estimulación que aporta ese compuesto. Ayuda a hablar con otros; promueve la charla amigable sin forzar en ningún momento el estímulo y con un efecto que tiende finalmente a provocar somnolencia, lo que ayuda a finalizar la jornada en la cama. El kava no deja resaca, aunque es oportuno indicar que no funciona igual el metabolismo de un habitante de las Islas Fiji que lo bebe cada día al metabolismo de un europeo que no lo ha probado nunca. Tiene bastante sentido la forma en que se consume para un habitante de una isla: es como nuestra televisión o nuestra copa de whisky. Es una droga muy benigna, tanto que Juan Pablo II no tuvo problema en probarla cuando visitó las islas como forma de mostrar su aceptación de los ritos y costumbres de esos salvajes aborígenes, de la misma forma que probó la hoja de coca cuando estuvo en la zona que de forma histórica la produce, para evitar el mal de altura siempre según la versión vaticana.
Mi experiencia con el kava-kava comenzó hace décadas con unas pastillas de sex-shop compradas en Amsterdam, porque me di cuenta de que la composición era únicamente la mezcla de dos variedades de la planta, expresado en miligramos, de manera que podía probarla con cierta seguridad. Fue una experiencia agradable: las tomé estando sólo, y noté una clara estimulación mental que duró unas dos horas y fue dejando paso a un estado de relajación más cercano al sueño. Cuando he consumido la bebida hecha por mí mismo con la raíz de la planta, he podido comprobar que sus alcaloides -alguno al menos- presentan propiedades parecidas a las de los anestésicos locales como la cocaína en la mucosa de la boca y también en las encías. Me ha resultado útil de forma tópica (haciendo un emplasto con la raíz seca y molida con agua que aplicaba sobre la zona) en los dolores de muelas. El efecto psíquico variaba con distintos matices según el quimiotipo de la planta que consumiera, pero siempre dentro de parámetros muy similares, así como la cerveza, el champán, el anís o el aguardiente no emborrachan de la misma forma aunque todos contengan etanol. Ni todas las marihuanas colocan igual, aunque sea el THC su principio activo.
Se podría decir que el kava es otro de esos “etnobotanicals” como el kratom del que el otro día hablábamos, que hace poco tuvo un intenso contacto con la civilización occidental. Poco después de la popularización del Hiperico perforantum o Hierba de San Juan como remedio natural frente a la prescripción de Prozac y otros IRSS por parte de la medicina alopática, le llegó el turno desde Alemania también al Kava. Se dieron cuenta de que era un estupendo ansiolítico para algunos trastornos sin los efectos secundarios de las típicas benzodiacepinas como el valium o el tranxilium (la adicción entre otros). El Kava no crea adicción física como sí lo hacen esos fármacos.
Nuestra occidental forma de consumir las cosas hizo el resto para el desastre: la demanda exagerada que eso generó en el mercado de kava hizo que algunos nada escrupulosos productores de remedios fitonaturales con kava se saltasen el proceso tradicional (que asegura la efectividad y seguridad con el uso diario hace siglos) y además de la raíz empezasen a usar las hojas de la planta, asumiendo que tendrían similares propiedades.
El error le costó la vida por fallo hepático a varias personas: las hojas de la planta tienen una composición fitoquímica distinta, de manera que las hace mortales por destrucción hepática. La avaricia rompió el saco, y el kava pasó de ser consumido por toda Europa, vendido en tiendas de hierbas sin ningún tipo de control, a ser una sustancia vigilada e incluso prohibida en un país de la Unión Europea: Polonia (donde los gobiernos han sido siempre muy beatos y católicos).
Por lo demás es una droga bastante sana y segura. Tanto que en USA hay varios bares legales que venden kava, de distintos tipos y en distintas preparaciones, y no parecen crear ningún tipo de problema de salud o de tipo social. Al revés. Están en zonas bastante turísticas, como Boca Ratón, y parecen ser parte del encanto de algunos lugares de Hawái: una calmada embriaguez que se instala mientras bebes y charlas con tus acompañantes en algún lugar relajado. Por lo demás, el kava no pega bien con los efectos del alcohol, y normalmente no se consume de forma conjunta aunque siempre hay “valientes” que llegan a hacer todo tipo de mezclas, como usar vodka para extraer el principio activo del kava y no saber de qué es la borrachera que tienes cuando lo consumes todo junto. Pero en general tanto los usuarios de kava como los de opioides suelen mantenerse alejados del etanol, con las ventajas de salud y sociales que eso reporta.
Hace un tiempo vi el anuncio de uno de esos bares que aceptaba Bitcoin, no es el único. En este caso era el https://rootedkavabar.com/ y aparecía listado en algunos lados que recogen los lugares en los que puedes gastar tu fortuna Bitcoin. Usando Google se pueden encontrar más, algunos de los cuales incluyen actividades relajantes tipo yoga pero que sólo están en USA.
Para los que no vivimos en USA, ni en Fiji o Vanuatu, pero queremos poder disfrutar del kava, tenemos la opción de otro proveedor de “etnobotanicals” (qué difícil encontrar un término para traducir esa palabra) que además del ya comentado Kratom en una entrada anterior, venden Kava.
Esa página es http://khibotanicals.com/. En su entrada principal muestra un link avisando de que acepta Bitcoin -también Litecoin y Dogecoin, de momento- pero que las operaciones de compra se han de hacer en un marco de tiempo no superior a los 15 minutos para evitar los problemas derivados de la volatilidad de las criptomonedas actualmente. Dudo que el kava tenga o vaya a tener los problemas de imagen asociados al kratom, ya que no es un opioide ni se usa con personas adictas a opioides por sus propiedades, por lo que evitar los obstáculos que ponen los procesadores de pagos tradicionales no será la razón para usar Bitcoin en su negocio.
Tan sólo nos informan que han conocido Bitcoin y le dan su bienvenida, como todo mercante inteligente.