Vía CoinDesk
Jeff Garzik se convirtió, con el tiempo, en uno de los desarrolladores principales del protocolo Bitcoin. Pionero en el foro de Bitcoin, estuvo involucrado en muchas de las discusiones iniciales con el misterioso Satoshi Nakamoto, e incluso intercambió con él algunos comentarios vía email.
Nos encontramos con Jeff para hablar de Satoshi, la comunidad de desarrollo de código abierto, y hacia dónde se dirige el protocolo.
«Bitcoin ya no está en su infancia. Cada vez está siendo utilizado por más gente; cada vez hay más comerciantes que usan procesadores como BitPay; y la gente está empezando a verlo como el dinero de internet», dice Garzik, hablando en su apacible acento de Carolina del Norte.
Sin embargo, no cabe identificar un único evento que haya puesto a la criptomoneda en este camino hacia la adopción masiva. Fue más bien un proceso lento y orgánico.
El desarrollo de la moneda está satisfaciendo las expectativas de la comunidad, dice. «Queríamos que se siguiera expandiendo a buen ritmo, que funcionara a una escala cada vez mayor, y que cualquier persona en el mundo pudiera usarla, sin importar el país de origen o la situación económica local».
Un equipo conservador
A pesar de ser un excelente arquitecto y diseñador, la manera de programar de Satoshi era poco convencional, y rara vez seguía prácticas estándar de ingeniería, dice Garzik. «Muchas cosas tuvieron que ser deshabilitadas casi inmediatamente después del lanzamiento de Bitcoin, pues contenían vulnerabilidades muy fácilmente explotables.»
Desde entonces hemos recorrido un largo camino. Ahora, Bitcoin es un proyecto gestionado por un núcleo de desarrolladores entre los que se cuentan Gavin Andresen, Garzik y un selecto grupo de programadores que se ocupan de revisar y juzgar las contribuciones en GitHub.
«Es una meritocracia, como cualquier otro proyecto de código abierto. Tu contribución será tenida en cuenta si hay consenso respecto a su valor«, dice Garzik.
Pero esta noción de consenso no significa que las decisiones sean tomadas en base a mayorías circunstanciales. Los desarrolladores principales tienen poder de veto definitivo, y suelen ser notablemente cautelosos. «A los desarrolladores principales se nos conoce por nuestro conservadurismo. Por lo general no introducimos nuevas funciones; trabajamos, en primer lugar, para que el sistema – tal como existe hoy – funcione bien».
Todavía hay huecos que llenar…
Pero, ¿hay necesidad de implementar nuevas funciones?
«Si, los pagos recurrentes», dice Garzik enfáticamente. “Bitcoin es genial si quieres enviarle algunos bitcoins a alguien en un determinado momento, pero deja mucho que desear si quieres pagar regularmente por una suscripción, digamos, a un servicio online, o siquieres pagar por actualizaciones periódicas de ciertos contenidos.
Otra herramienta imprescindible para Garzik es lo que él denomina «límite predeterminado a la vida útil de la transacción» – lo que permitiría recuperar pagos desde el limbo. «El usuario siempre necesita saber lo que está sucediendo con su dinero. Si tras un período determinado de tiempo una transacción no ha sido confirmada, debería ser quitada del sistema, en lugar de permanecer en un limbo durante semanas o meses.»
Funciones como éstas deberían, según Garzik, ser incluidas en el núcleo del protocolo, pero hay un montón de otras funciones que él desea ver implementadas en capas superiores.
Una de estas nuevas funciones viene de la mano de las «monedas coloreadas». Garzik escribió una de las primeras implementaciones de este concepto, llamada Smartcoin. Las monedas coloreadas harían realidad la gestión de la denominada «propiedad inteligente«; son monedas a las cuales se les pueden asignar atributos que las conviertan en registros de propiedad de activos físicos, acciones, bonos, opciones, etc.
«No hay que hacer ninguna modificación para que Bitcoin admita hoy el uso de monedas coloreadas.«