Sobre las tecnologías que molestan a los gobiernos

tecnologías-molestan-gobiernosEl secreto mejor guardado de los gobiernos no está en los archivos de sus Servicios de Inteligencia. En realidad, el secreto mejor guardado de los gobiernos podemos encontrarlo en todas partes y expuesto a la luz del día, pero muy bien protegido por una telaraña propagandística que es pecado señalar. Es algo tan obvio que la mera posibilidad de que sea verdad nos produce un desconcierto rayano en la angustia existencial, porque en el fondo lo sabemos muy bien: sabemos que el gobierno no produce nada. El gobierno es, por definición, incapaz de producir; todo lo que puede hacer es apropiarse de lo que otros producen y luego adjudicarse los méritos ante una población embrutecida. No debería sorprendernos, entonces, que intente usar esos productos en nuestra contra, aunque no siempre con éxito, como explica aminok en r/bitcoin:


Como señaló Gavin Andresen en una entrevista concedida a la revista Fortune, fue el desafío por parte de los cypherpunks a las leyes contra el uso civil del cifrado fuerte en la década de 1990 lo que condujo a la proliferación de esta tecnología y, en última instancia, hizo posible el nacimiento de la banca web y el comercio electrónico.

Si el Gobierno se hubiera salido con la suya en la década de 1990, es decir si hubiera logrado mantener el cifrado fuerte en secreto e instalar el chip Clipper como puerta trasera en todos los dispositivos de comunicación, nunca habríamos tenido la explosión de Internet. Todo ese valor que es fruto de la interconexión global instantánea, medido en billones (millones de millones) de dólares, no podría haber sido creado.

Del mismo modo, si dos de las principales cualidades en una moneda, la privacidad y la fungibilidad, resultan ser superiores en el caso de Bitcoin, el valor de Bitcoin se verá afectado positivamente. Sin embargo, también cabe suponer que esto no será popular entre algunos organismos gubernamentales encargados de crear regulaciones y aplicar leyes. En otras palabras, que algunos funcionarios públicos sientan aversión por la privacidad y la fungibilidad que Bitcoin admite no significa que la sociedad va a estar mejor y la adopción de Bitcoin va a ser mayor en ausencia de estas cualidades, al igual que la sociedad no iba a estar mejor y la penetración de Internet no iba a ser mayor sin el cifrado fuerte y otros progresos en materia de privacidad.

En general, un gobierno que se opone al acceso público a una tecnología (como PGP o Bitcoin) se equivoca. Uno podría suponer que someterse a las exigencias gubernamentales y castrar la tecnología para apaciguar a las autoridades tendrá como recompensa un entorno regulatorio más amigable, y que este fomentará una mayor adopción de la tecnología; pero la historia sugiere que la utilidad supera a la aprobación del gobierno a la hora de alentar la adopción de una tecnología.

Imagen por belgianchocolate