Fuente: Bitcoin Forum Por Justus Ranvier
Hay un gran número de empresas involucradas en negocios a nivel internacional que tienen que lidiar con la fricción, la incertidumbre y el riesgo de tratar con múltiples monedas nacionales. Un negocio con contratos en 10 países diferentes, por ejemplo, está expuesto a 10 políticas monetarias diferentes.
Además del costo de hacer frente a ese riesgo, el tiempo que insume es una distracción de sus labores y no agrega valor para sus clientes.
A medida que más empresas se den cuenta de esto, más intereses económicos se alinearán a favor de una moneda universal.
Por supuesto, cada gobierno en el mundo quiere ser la entidad que crea y emite esa moneda. Todo el mundo sabe en qué medida EE.UU. ha abusado de su posición de emisor de la moneda de reserva, y todos los gobiernos quieren ese formidable privilegio para poder abusar de él. También saben que todos los demás gobiernos quieren tener ese mismo poder, y que el que lo tenga inevitablemente abusará de él.
Hay una solución para este juego capaz de producir un equilibrio de Nash: una moneda neutral, de libre mercado, que nadie controla.
Aunque todos los gobiernos quieren tener el control de la moneda que todo el mundo usa, también saben que el resto de los gobiernos quieren lo mismo. Y como no pueden obtenerlo sin la cooperación de todos los demás, lo perderían si intentaran obtenerlo.
Ninguno de los gobiernos existentes le va a dar la bienvenida a la transición hacia una moneda neutral –van a odiar cada paso del proceso–; sin embargo, esto es algo inevitable, ya que todos saben que no pueden confiar en los demás.
Desde su punto de vista, la única cosa peor que jugar en igualdad de condiciones es jugar en un campo inclinado hacia otro jugador.