Fuente: BlockZombie
Por Chris
Traducido al español por majamalu para elBitcoin.org
Digamos que estamos de acuerdo en que Bitcoin debería ser regulado por los gobiernos. El problema es que Bitcoin no se detendrá ante la solemne desaprobación de un fulano con birrete y gafas. La gente prestará atención a la palabra oficial y cumplirá con la ley, pero sólo en la medida en que los beneficios de Bitcoin no justifiquen lo contrario, y sólo en la jurisdicción que lo exija.
Al imaginar el futuro cercano de las tecnologías basadas en la cadena de bloques es fácil anticipar la imposición de regulaciones apresuradas, mal concebidas, que acabarán siendo ignoradas masivamente hasta ser descartadas como un anacronismo vergonzoso e inaplicable.
A los ojos de muchas personas, Bitcoin necesita regulaciones para obtener «legitimidad»; sin embargo, en la práctica – y esto va a ser un trago amargo – las regulaciones también van a tener que obtener legitimidad por parte de Bitcoin.
Mi predicción es que veremos un forcejeo/negociación entre los que tienen mucho que ganar con Bitcoin y los que tienen mucho que perder. El caso es que si los «evangelistas» estamos al menos parcialmente en lo cierto en cuanto a la escala del impacto que Bitcoin tendrá en este mundo, todos tenemos mucho más que ganar que lo que el sector financiero tradicional puede llegar a perder.
La aplicación de regulaciones agobiantes en una jurisdicción simplemente desviará los beneficios de Bitcoin hacia jurisdicciones más amigables y, por supuesto, hacia los mercados informales. Recordemos que la información fluye más rápido y con más libertad que nunca. Pregúntale si no a la NSA lo fácil que le resulta evitar que se filtren sus secretos.
Las regulaciones van a tener que lidiar con una realidad muy diferente a la del siglo XX. En el siglo XXI, el genio de Bitcoin ya está fuera de la botella. Si Bitcoin no es lo suficientemente transformador como para desconcertar a los guardianes del statu quo, no merece ser considerado una tecnología disruptiva.
Ya lo veremos. Yo creo que si es cierto aquello de que la información quiere ser libre, lo mismo cabe decir de la moneda.
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Imagen por Sowizo