Vía GavinTech – por Gavin Andresen
Fuera de aconsejar precaución, hasta ahora no he opinado acerca de las muchas variantes de Bitcoin que han surgido en los últimos dos años.
El número de monedas alternativas (alt-coins) se ha disparado recientemente, y tratar de mantenerse al día con todas ellas es como tratar de recordar ciertas partes del Antiguo Testamento:
«… y Litecoin engendró a Feathercoin y a Digitalcoin y a Worldcoin y a Phenixcoin y a muchos hermanos que fueron recibidos en el foro de monedas alternativas de bitcointalk. Entonces Feathercoin engendró a Gamecoin, y a…»
¿Y qué? Es el mercado libre en acción, ¿no es cierto? Si ofrecen valor sobrevivirán; de lo contrario fracasarán. Si alguna de ellas realmente es mejor que Bitcoin, tal vez algún día llegue a ocupar su lugar en el panteón de las criptomonedas.
Acúsenme de parcial, pero no me gustan las alt-coins.
Una de las grandes ventajas que me atrajo de Bitcoin es el hecho de que es a prueba de inflación – la oferta de Bitcoin es fija y completamente predecible. Todo el mundo sabe que se producirán 21 millones de bitcoins, y todo el mundo sabe aproximadamente la rapidez con la que aumentará la masa monetaria.
Es una simple cuestión de oferta y demanda; Bitcoin hace que la oferta sea predecible, de manera tal que el precio se mueva puramente en función de la demanda. Ahora bien, arroja unas cuantas alt-coins a la mezcla, y de pronto la oferta se vuelve esencialmente infinita.
Quizás algunas alt-coins lleguen a ser una importante válvula de seguridad en un futuro en el que predominen las cripto-monedas. En este momento, no veo que las cripto-monedas alternativas cubran alguna necesidad insatisfecha, y creo que sólo desvían talento ingenieril, además de confundir a aquellos interesados que ya tienen suficientes dificultades para entender a Bitcoin como para tratar de descifrar qué hace a Litecoin diferente de Bitcoin, y a este diferente de Freicoin.