Algunos escépticos dicen que no van a tomar a Bitcoin en serio hasta que una masa crítica de empresarios decida finalmente aceptar esta nueva moneda a cambio de sus productos. Ellos ven una economía pequeña e inmadura en torno a Bitcoin (sin ver que, por eso mismo, abundan en ella las oportunidades), incapaz de respaldar la adopción de un nuevo medio de intercambio indirecto. Pero lo cierto es que el éxito de Bitcoin no depende exclusivamente de sus virtudes como medio de intercambio indirecto: la preservación del valor (otra función monetaria) puede llegar a ser aún más importante. De hecho, hoy en día son muy pocos los comerciantes que aceptan oro como medio de pago, no obstante lo cual nadie se atreve a cuestionar el lugar que ocupa el oro entre las monedas por excelencia.
De todas formas, la oferta de bienes y servicios a cambio de bitcoins crece día a día en los rubros más diversos.