Por fatalglory
Durante las pasadas semanas, la comunidad de Bitcoin Cash (BCH) ha estado luchando por encontrar un lenguaje y analogías apropiadas para describir el IFP o “Plan de Finaciamiento de la Infraestructura”. Algunos lo han visto como una forma inteligente de aprovechar el algoritmo de ajuste de la dificultad para ayudar a sectores pobremente financiados de la infraestructura de BCH. Otros lo han descrito como un “impuesto a la minería” o un “impuesto para los desarrolladores”, y han planteado varias objeciones sobre la forma en que los destinatarios –de estos fondos sacados de la recompensa de cada bloque– son elegidos.
Por ahora, la propuesta del IFP parece haber encontrado suficiente rechazo como para que probablemente no se lleve a efecto. En cualquier caso, una división persiste en la comunidad. En un lado está la gente que siente que destinar una porción de la recompensa de cada bloque al financiamiento de la infraestructura es básicamente una buena idea, aunque son conscientes de que puede necesitar una ejecución cuidadosa. Por ejemplo, el plan puede necesitar de algún sistema de votación para decidir quienes reciben dichos fondos. Pero en su mente, no hay nada malo en principio con destinar una parte de la recompensa de cada bloque para financiar proyectos que benefician a todo el ecosistema. En el lado contrario, hay gente que opina que dicha idea es fundamentalmente defectuosa. Según su punto de vista, ninguna cantidad de cuidadosa preparación ni de controles y contrapesos será suficiente para asegurar que la porción retirada de la recompensa de cada bloque sea distribuida equitativamente. Para que donar una parte de la recompensa de cada bloque sea una norma de consenso, debe haber ciertas direcciones que no sean candidatas a recibir dichos fondos. Si un minero envía un bloque con la porción destinada a la infraestructura a una dirección no aprobada, otros mineros tendrán que rechazar el bloque. Si esto no ocurre, la norma de consenso carece de sentido, ya que los mineros podrían simplemente poner sus propias direcciones como receptoras de dichos fondos.
Por esto, mucha gente cree que cualquier plan similar creará inevitablemente una batalla política sobre quién controla la lista de direcciones aceptadas para recibir la donación.
Esta división no ayuda. En algún momento, un grupo va a proponer una versión corregida del IFP, una que sus miembros consideren que solventa los problemas de ejecución que existían en la primera propuesta. En ese momento, el grupo opuesto se va a quejar ya que el concepto del IFP sigue siendo fundamentalmente descaminado. En una primera ronda, ambas partes fueron capaces de acordar posponer el debate por razones pragmáticas, ya que hacerlo así era mejor que enfrentarse al riesgo de una división en la cadena. Pero cuando la idea resurja de una forma más matizada, el simple hecho de que haya controversia no será suficiente como para conseguir que ambas partes acuerden no implementarlo.
Mejor que esperar a que eso ocurra, una aproximación más inteligente sería volver a los principios básicos, para entender como comunidad lo que el IFP representa en el plano económico. Dos de los puntos fuertes del proyecto de Bitcoin Cash son sus bases en la economía de la escuela austríaca, y su cultura de libertarianismo. En este artículo, me gustaría volver a esas raíces, y explorar el IFP a través del prisma de la propiedad privada y el principio de no agresión.
TEORÍA DE LA PROPIEDAD DE LOCKE Y RECOMPENSA DE BLOQUE
John Locke propuso una teoría de la propiedad privada (posteriormente elaborada por Murray Rothbard), por la que los objetos “en estado natural” pasan a ser propiedad privada una vez que un individuo particular se los apropia aplicando su voluntad de transformarlos a un estado no-natural. Una pradera está en estado natural, tal y como la naturaleza la dejó. Pero un campo de cultivo es propiedad privada, ya que el propietario ha aplicado su fuerza de trabajo para arar el campo, sembrarlo y convertirlo a un estado mas útil que el estado en que fue dejado por la naturaleza. Este es el origen de todos los derechos genuinos de propiedad.
¿Cómo tendríamos pues que aplicar esta teoría a la recompensa de bloque, que es obtenida gracias al minado por prueba de trabajo? Bien, lo primero que debemos tener en cuenta es que los derechos de propiedad de la recompensa de cada bloque (y todas las tarifas por transacciones) pertenecen necesariamente a quien hizo el minado. El bloque fue creado por el proceso de minado. Fue el minero quien aplicó trabajo para obtener la recompensa del bloque, y por lo tanto el fruto de dicho trabajo es propiedad del minero.
¿SON LOS DESARROLLADORES PARTE DEL PROCESO DE GANANCIA DE DERECHOS SOBRE LOS BLOQUES?
¿Qué ocurre con las otras personas implicadas en la generación de la cadena de BCH? ¿Les da su trabajo derecho a una parte de la recompensa de cada bloque? Los mineros tienen que hacer funcionar el hardware ASIC, los nodos de minería, etc., pero normalmente no escriben el software del nodo ellos mismos. Los mineros nunca serían capaces de minar un bloque si no hubiera un software escrito. ¿No quiere decir esto que una parte del trabajo que hizo posible la producción del bloque fue trabajo de los desarrolladores?
La respuesta corta es NO.
El trabajo de los desarrolladores de escribir el software del nodo no les da ningún derecho de propiedad sobre la recompensa de los bloques que hayan sido producidos ejecutando dicho software.
Formalmente, esto está claro porque el software (en este caso, Bitcoin ABC) es distribuido bajo licencia MIT, que no requiere que el usuario del software pague ningún tipo de royalties sobre los datos producidos usando dicho software.
Nuestra intuición proveniente de otras áreas nos muestra que los desarrolladores de herramientas de software no esperan ningún pago de royalties de los beneficios ganados usando su software. Los novelistas que usan Microsoft Word para escribir sus libros no pagan royalties a Microsoft por cada ejemplar que venden de su novela. Los fotógrafos que usan Photoshop para editar sus imágenes, tampoco pagan royalties a Adobe por cada fotografía que venden.
Por supuesto, hay excepciones. Los desarrolladores de juegos que usan la librería de audio FMOD pueden descargarla gratuitamente, pero se les exige el pago de una tarifa por cada juego que producen con ella. No hay nada malo en este modelo de negocio. Los adultos se pueden involucrar en cualquier clase de contrato que deseen, incluyendo un contrato que implica pagar royalties sobre las ventas de los productos creados usando un determinado software. Pero el hecho en este asunto es que el software de minado de Bitcoin (incluyendo Bitcoin ABC) no se libera generalmente bajo ningún tipo de contrato sobre los royalties.
Así que…¿a qué tienen exactamente derecho los desarrolladores de software de nodo? Están haciendo un trabajo útil, produciendo un software útil que no existía previamente, así que deben estar ganando derechos de propiedad sobre algo. La respuesta es que ellos ganan los derechos de propiedad sobre la licencia con la que sacan aquello que producen. Los desarrolladores podrían elegir liberar su software de minado bajo una licencia distinta, una que requiriera que los mineros que lo usasen tuvieran que enviar una parte de cualquier recompensa de bloque a los desarrolladores. Los desarrolladores estarían en su derecho de hacer esto. De hecho, si su software de minado tendiera a producir el doble de bloques que otros software en competencia, la mayoría de los mineros estarían encantados de pagar un 5% o un 12,5% de la recompensa de cada bloque a los desarrolladores, porque los mineros seguirían resultando mayormente beneficiados.
Por supuesto, todo esto es hipotético. Los desarrolladores de Bitcoin ABC han liberado su software de nodo bajo la licencia MIT. Lo que los usuarios hagan con el software es sólo asunto suyo. Si un usuario mina bloques de BCH con el software, las recompensas de estos bloques pertenecen al minero. Los desarrolladores no ganan derechos de propiedad sobre la recompensa de bloque. Los desarrolladores sólo ganan el derecho a elegir con qué licencia liberan su software.
¿ES EL IFP UN IMPUESTO?
Una cuestión que ha sido intensamente debatida es si el IFP constituye una forma de impuesto. La imposición es una categoría engañosa, porque puede incluir muchas formas matizadas de acuerdos. Tarifas, impuestos indirectos, tasas, impuestos por ventas, impuestos por ingresos, impuestos per-capita, etc. EL IFP es un acuerdo único. Y como está tan vinculado al concepto de la cadena de bloques y de la recompensa por bloque, resulta complicado encontrar analogías para describir exactamente cómo funciona el IFP y quién termina pagando a quién.
En cualquier caso, una cosa debería estar clara, y es que el IFP sólo puede ser considerado un impuesto si implica coerción. Esto quiere decir que el IFP no es una forma de impuesto si no implica la amenaza de violencia contra alguien o el saqueo de sus propiedades. Así que…¿hay alguna amenaza de violencia implicada en el IFP?
Debo confesar que durante las etapas iniciales del debate, yo habría dicho que sí, que el IFP es coercitivo. Pero tras la reflexión posterior, he llegado a ver que estaba equivocado.
En una definición estricta, el IFP no puede ser considerado coercitivo, y por lo tanto no puede ser considerado un impuesto. EL IFP simplemente no implica ninguna amenaza sobre ninguna persona o propiedad.
¿ES EL ACTO DE DEJAR BLOQUES «HUÉRFANOS» UNA FORMA DE COERCIÓN?
Al principio, yo pensé que el IFP sí incluía una amenaza coercitiva, porque implicaba dejar bloques “huérfanos” de forma deliberada. Yo razonaba que los mineros que habían minado esos bloques habían ganado derechos de propiedad sobre las recompensas de dichos bloques, y que su recompensa estaba siendo arrebatada cuando se dejaban “huérfanos” sus bloques. Pero esto simplemente no es cierto. La recompensa de un bloque “huérfano” sigue existiendo, y puede ser únicamente gastada usando la clave privada de la persona que lo minó. Simplemente, esta recompensa existe en una cadena bifurcada con minoría de poder de cómputo. Si mi bloque se hace “huérfano”, yo puedo elegir seguir minando sobre él. Nadie puede evitar que lo haga. Si yo mino un nuevo bloque sobre ese, el bloque puede incluir una transacción enviando mi recompensa de bloque a quien yo quiera. Todo esto funciona así. La única diferencia es que yo ya no estoy siguiendo la cadena con la mayor prueba de trabajo, y el mercado ha decidido valorar las monedas que existen en la cadena con mayor prueba de trabajo mucho más que las monedas que existen en una cadena minoritaria (por una buena razón). Mi recompensa de bloque no es robada. Mi recompensa de bloque se ha vuelto increíblemente menos valiosa por oferta y demanda en el libre mercado.
Así que dejar bloques “huérfanos”, incluso de forma deliberada y arbitraria, no supone una violación de los derechos de propiedad. Si tu bloque resulta huérfano, todavía posees tus propias claves privadas y la recompensa por todos los bloques que minases sobre el bloque huérfano (incluso si el valor de mercado de esas recompensas ha caído en picado).
¿ES COERCITIVO INCLUIR UNA WHITELIST DE DIRECCIONES PARA DONAR EN EL CÓDIGO FUENTE DEL NODO?
Otro elemento de la propuesta del IFP que ha enfadado a mucha gente es la inclusión de direcciones específicas en el código fuente de Bitcoin ABC como direcciones válidas para la donación. A mucha gente esto le ha parecido como si este fuera un movimiento para forzar a los mineros a dar fondos a individuos y grupos concretos, elegidos por los desarrolladores de Bitcoin ABC. Pero es importante entender que publicar software nunca puede ser coercitivo en sentido estricto.
Nadie está obligado a ejecutar el último software liberado por Bitcoin ABC en su nodo ni en su operación de minado, simplemente porque ABC lo haya publicado en GitHub. Los operadores de nodos y los mineros son libres de cambiar a cualquier otra implementación de nodo, de editar el código fuente del cliente de Bitcoin ABC para que encaje en sus preferencias, o de seguir ejecutando la versión antigua del cliente de Bitcoin ABC. No hay amenazas de violencia física contra ellos si deciden hacer cualquiera de estas cosas.
Ahora bien, eso no es decir que publicar una whitelist de direcciones en el código fuente no cause ningún problema. Los causa.
Lo primero y más importante, es que está en el interés general de los mineros y de los operadores de nodos en general el ejecutar un software de nodo que esté “en sincronía” con el resto de la red. Para conseguir esto, tienen que conocer qué cambios han realizado otros operadores de nodos al software para sus propios sistemas. Una forma muy simple de conseguir esta sincronización es simplemente descargarte el software de nodo publicado por determinados desarrolladores y ejecutarlo “tal y como viene”. Es muy fácil comprender qué cambios han realizado otros operadores de nodo si el número de cambios realizados es cero.
Al crear una situación en la que los mineros y otros operadores de nodos no están satisfechos con ejecutar el software “tal y como viene”, los desarrolladores están haciendo que el objetivo de los operadores de nodo y de los mineros sea más difícil de alcanzar, requiriendo más trabajo por parte de estos. Pero de nuevo, esto no es estrictamente coercitivo. Si yo dirijo una panadería y decido mover mi negocio una milla calle abajo para conseguir una renta más barata, tal vez haya creado una situación en la que mis clientes tengan que pedalear en la bicicleta dos millas más cada día para ir a comprar el pan. En un sentido, es cierto que he generado un mayor trabajo para ellos. Pero era mi derecho cambiar el local de mi panadería de lugar, y es su derecho irse a una panadería de la competencia si resulto estar demasiado lejos y ya no les estoy ofreciendo el mejor trato.
Por último, no hay nada en el código que Bitcoin ABC publica bajo licencia MIT que pueda obligar a nadie a ejecutar el software contra su voluntad. Lo peor que Bitcoin ABC puede hacer es crear una situación de mercado donde los costes de sincronización de nodos a través de la red sean más altos, lo que aumenta la demanda de código que compita con ABC, código que requiera de menos esfuerzo para conseguir la sincronía (por ejemplo, Bitcoin Cash Node).
SI EL IFP NO ES UN IMPUESTO, ¿ENTONCES QUÉ ES?
¿Entonces cómo podemos describir el IFP? ¿Qué analogía podemos usar que nos ayude a comprender si es económicamente beneficioso o no?
Yo creo que el IFP se entiende mejor como una forma de boicot.
Boicotear no es “coercitivo” en estricto y libertario sentido. Los consumidores están actuando dentro del marco de sus derechos naturales al boicotear un producto o servicio por cualquier razón. Esto quiere decir que están en su derecho de rechazar implicarse en ninguna transacción de mercado que no quieran. Pero las transacciones de mercado, por definición, son mutuamente beneficiosas. Las transacciones de mercado no ocurren hasta que las dos parte creen que estarán mejor tras realizar el intercambio. Cuando yo te compro pan, es porque yo valoro el pan por encima del dinero que te entrego, y tú valoras el dinero por encima del pan que me entregas.
Por su propia naturaleza, el boicot reduce el número total de intercambios de mercado que ocurren en la sociedad. Por lo tanto, el boicot hace a la sociedad más pobre en términos económicos. A pesar de ello, puede haber buenas razones para activar un boicot. En concreto, el boicot puede ser un herramienta efectiva para censurar a alguien. El deterioro de los resultados económicos causados por un boicot no se distribuye por igual. Si todo el mundo aplica un boicot a la tienda del Sr. Jones, entonces el Sr. Jones no tardará en quedarse sin negocio. El resto de personas sufrirán una pequeña pérdida, ya que tendrán un lugar menos donde ir a comprar. Pero el Sr. Jones sufrirá una pérdida mucho más grande al quedarse sin negocio. Si el Sr. Jones es conocido por hacer comentarios racistas a las personas de cierta nacionalidad que entraban a su tienda, un boicot sería una forma efectiva de castigarle por este mal comportamiento sin violar su derecho a la libre expresión, o cualquier otro de sus derechos.
¿EN QUÉ SENTIDO ES EL IFP UN BOICOT?
El IFP tiene el efecto de un boicot, porque se basa en rechazar las transacciones comerciales con mineros que se quedan toda la recompensa del bloque para ellos. El comportamiento de esos mineros está enmarcado dentro de sus derechos naturales, ya que la recompensa del bloque es suya para que la usen como quieran, dado que fueron ellos los que ganaron derecho de propiedad sobre dicho bloque. Pero los operadores de nodos y mineros que implementen el IFP estarán mostrando su desaprobación del rechazo de los mineros-no-IFP a donar fondos para los proyectos de infraestructura aprobados, mediante un boicot a los bloques no-IFP. Los mineros pro-IFP no minarán sobre dichos bloques, y por lo tanto no procesarán las transacciones que hagan uso de la recompensa de los bloques no-IFP.
Este boicot no viola los derechos de los mineros no-IFP. Nadie puede obligar a nadie a minar sobre un bloque en concreto ni a usar un grupo específico de reglas de consenso. Pero el boicot reduce el número de transacciones que se dan en la red BCH. En efecto, aquellos que participan en el boicot están económicamente desconectados de aquellos que rechazan el boicot. Si terminan cada uno realizando transacciones por separado, en cadenas incompatibles, entonces habrán reducido el número de personas con las que pueden interactuar económicamente, haciendo finalmente más pobres a todos.
¿PUEDE EL BOICOT A LOS MINEROS NO-IFP SER BENEFICIOSO A LARGO PLAZO?
Tiene sentido involucrarse en un boicot si se espera como resultado una ganancia a largo plazo que se alcanza a costa de un pérdida a corto plazo para aquellos que participan en el boicot (ya que se excluyen ellos mismos de ciertas oportunidades para un intercambio mutuamente beneficioso). En este caso, la ganancia a largo plazo esperada por quienes apoyan el boicot que es el IFP, es que el desarrollo de la infraestructura de BCH tenga mejor financiamiento, que ese aumento del desarrollo permita a la red servir mejor a las preferencias del consumidor, que el uso de la red aumente, y como última consecuencia que aumente el valor de la moneda.
Una característica muy discutida del IFP es que no hace bajar la rentabilidad para los mineros si todos los mineros participan. En lugar de ello, disminuye el total de poder de cómputo dedicado a asegurar la cadena de BCH. Pero ya que se cree que ese descenso en el poder de cómputo apenas sería notado en el actual contexto (dado que el poder de cómputo de BCH es un enano comparado con el de BTC), se argumenta que sería beneficioso como trato el realizarlo.
En aras de la discusión, asumamos que esa aseveración es correcta. Asumamos que implementar el IFP no causaría que los mineros ganaran menos dinero (en términos de fiat), y que los usuarios de la cadena de BCH no sufrirían ninguna pérdida significativa del poder de cómputo que asegura la cadena. ¿Haría eso que la adopción del IFP fuera la decisión correcta sin duda alguna?
No necesariamente.
Tal y como está ahora, el IFP implica enviar un porcentaje fijo de la recompensa de cada bloque a un grupo específico de personas. Tanto si el grupo se selecciona de forma unilateral, como si se escoge por algún mecanismo de voto, se estaría tratando de un porcentaje fijo. Si los receptores son unilateralmente elegidos, entonces el riesgo moral es obvio: los receptores de la whitelist no necesitarían hacer ningún trabajo para seguir recibiendo su porción de la recompensa por bloque. Esto crea un incentivo para establecer un control político sobre la whitelist, y no crea ningún incentivo fuerte para seguir mejorando el software en realidad.
Un mecanismo de voto es un poco mejor, en tanto que forzaría a los equipos de desarrollo y otros proyectos sobre infraestructura a competir por trozos de la recompensa de cada bloque. Habría algunos escollos para implementar mecanismos que evitasen que los mineros se pusieran de acuerdo con los receptores (para votar siempre a favor de algún receptor en concreto a cambio de una parte de los fondos conseguidos). Pero asumiendo que esos escollos fueran superados, veríamos diferentes proyectos compitiendo para servir mejor al interés de los mineros, cuyo voto necesitarían para poder seguir recibiendo fondos.
Aún así, esto deja un punto crítico sin abordar: el precio de mercado por el desarrollo de infraestructura.
LOS PRECIOS COMUNICAN LA INFORMACIÓN EN EL MERCADO
¿Cuánto trabajo de desarrollo se debería hacer sobre la infraestructura de BCH? Supongamos que hay 10.000 desarrolladores de software que son sobradamente capaces de trabajar en el desarrollo del nodo de BCH, pero están actualmente trabajando en drivers de impresoras, el próximo gran FPS, un nuevo formato de compresión de vídeo para streaming, etc. ¿Cuántos de estos desarrolladores dejarían su trabajo para comenzar a trabajar en el desarrollo de un nodo de BCH? Si comienzan a trabajar en BCH, tendremos que esperar más para tener esos drivers de impresora, vídeo-juegos, y mejoras en el streaming de vídeo. ¿Cómo decidimos cuántos de los recursos disponibles de desarrolladores deberían invertirse en cada cosa?
La respuesta austríaca, Rothbardiana, de libre mercado son los precios. Nosotros pujamos por el tiempo de estos desarrolladores ofreciéndoles salarios u otra forma de financiamiento. Quien quiera que les ofrezca más dinero suele generalmente obtener su atención. Algunos pueden tener otros valores personales que afecten dicha decisión. Algunos estarán dispuestos a aceptar un salario más bajo a cambio de trabajar en un proyecto que les apasiona. Esto está bien, es su elección. Sus preferencias son tan válidas como las nuestras. Pero el punto de esto es que es el sistema de precios lo que permitirá a dichos desarrolladores saber dónde se valora más su tiempo. Puede ser que los consumidores quieran “un montón de desarrollo sobre BCH ya mismo!”. O puede ser que los consumidores estén dispuestos a esperar más para que se realicen las mejoras en la red BCH, si esto significa que mejorarán la compresión de vídeo antes. La única forma de que los desarrolladores descubran cuáles son las preferencias del consumidor y que se equilibren de una manera óptima es mediante un sistema de precios libremente fluctuantes en el mercado por su tiempo y esfuerzo.
¿Qué tiene esto que ver con el IFP?
Digamos que fijamos la porción para el IFP en un 9% de la recompensa de cada bloque (un número que he escogido arbitrariamente). Esto significaría que el precio del desarrollo de BCH está fijado a un 9% de la recompensa de cada bloque. La cantidad de desarrollo que conseguiríamos es la que quiera que el 9% de la recompensa de bloque puede comprar. Si queremos más desarrollo que ese, podríamos intentar financiarlo mediante otras fuentes y otros mecanismos, pero esto sería ya más difícil cuando todo el mundo sabría que la forma “real” de conseguir financiamiento es convencer a los mineros para que les envíen la porción destinada a donación de cada recompensa sobre los bloques que minen. Por otro lado, si el mercado realmente quiere menos desarrollo que el que un 9% de la recompensa de bloque puede comprar, nunca podremos saberlo. Seguiremos pagando un 9% de la recompensa de cada bloque sin importar cuáles son las preferencias reales del consumidor. El mercado estará distorsionado y las preferencias del consumidor no serán satisfechas de forma tan efectiva como podrían serlo de otra forma.
En este contexto, esto puede ser sólo una muy ligera distorsión del conjunto del mercado de servicios de desarrollo. Sería una gota en el océano, relativamente hablando. Pero filosóficamente, es muy problemático. Fijar precios es inherentemente ineficaz. Esto se suma a una forma de planificación centralizada de cuántos de nuestros recursos serán dedicados a la infraestructura de BCH, en lugar de dejar que el mercado negocie y ajuste la cantidad hacia el nivel que en realidad sea el óptimo.
CONCLUSIÓN
Hemos visto que cuando la gente (yo incluido) tildaban al IFP de impuesto, estaba cometiendo un error sutil. Se dieron cuenta de que el boicot que es el IFP iba a reducir el número de opciones disponibles en el mercado, y que eso iba a ser realizado contra su voluntad. Vieron que sufrirían un daño económico como resultado del mismo, e instintivamente asumieron que ese daño económico que les iban a infligir era probablemente coercitivo. Pero el daño económico no es lo mismo que la coerción. El daño económico puede provenir de un desastre natural o de gente que está ejerciendo sus derechos por razones no económicas (como boicotear a un tendero racista). Por lo tanto, no es acertado ni preciso llamar impuesto al IFP.
En cualquier caso, el IFP no deja de ser un boicot. Implica elegir un daño económico contra nosotros mismo en el corto plazo para presionar a ciertos actores a que hagan las cosas de otra manera con la esperanza de que ello nos traerá un beneficio económico en el largo plazo.
El problema es que, en el caso del IFP, lo que queremos que hagan es fijar precios. La planificación económica centralizada tiende a ser más dañina que beneficiosa, porque distorsiona las señales que son los precios y evita que el mercado pueda descubrir cuál es la distribución óptima de los recursos para satisfacer los deseos del consumidor.
Por estas razones, yo concluyo que el IFP es una mala idea que no será beneficiosa para el ecosistema de BCH. Pero no creo que el IFP sea coercitivo, que sea un impuesto o que suponga la invasión de los derechos de propiedad de nadie.