Marihuana legal y Bitcoin: romance amenazado

Por Symposion

Hace unas semanas podíamos saber vía High Times, la internacional y prestigiosa revista sobre cannabis, que los dispensarios de cannabis volvían a ser víctimas del uso de leyes con orientación moralista. La propuesta, Bill SB 5264, une dos conceptos: el de sustancia regulada mediante leyes federales y el del dinero criptográfico, del que incluye una definición en la propia enmienda.

La marihuana, que ahora mismo está legalizada en 23 estados de USA (bien para uso lúdico, uso medicinal o ambos), lo está en base a legislaciones estatales, con fuerza y escalafón inferior al de las leyes federales que vienen impulsadas desde el gobierno de la nación. Ese tipo de esquizofrenia legislativa era la que hacía que tuviéramos que ver asaltos a dispensarios (para quien no los conozca, son similares a una herboristería) con el espectáculo propio de grandes operaciones antidroga -por parte del gobierno federal- en distintos estados que habían ido abriendo la mano de distintas maneras para un racional acceso a la planta por parte de sus ciudadanos. Aprovecho para hacer notar que todos esos estados tomaron la decisión de revertir la prohibición -que es estatal- mediante votaciones públicas, con lo que la legitimidad de dichas medidas es inherente a la capacidad de un pueblo para regirse a sí mismo; no parece cuestionable, ni en nombre de una guerra ni de ninguna política moralista y acientífica.

La parte de la enmienda que se quiere incorporar a la ley es esta: “Un productor de marihuana, procesador del producto o vendedor al por menor no podrá pagar ni aceptar como pago ninguna moneda virtual (sic) por la adquisición de marihuana o de un producto derivado”.

¿Y por qué no? Pues en la enmienda no lo dice, pero la gente de CoinDesk pudieron llegar hasta quien la proponía y pedirle alguna explicación. Su respuesta no puede ser más demencial:

“Uno de los objetivos de mi ‘Acta de Protección al Paciente usuario de Cannabis’ que se constituyó como ley en 2015, era eliminar los mercados negros y grises del cannabis en nuestro estado. Esta enmienda simplemente hace frente a otra de las partes del desafío regulatorio. Tras todo el trabajo que hemos hecho para tomar las riendas de la industria del cannabis y ayudarle a moverse en el ámbito legal, permitir el uso de monedas no reguladas para la adquisición de cannabis no permite el nivel de transparencia que nos comprometimos a desarrollar.”

[Nota del autor: es en estos momentos cuando me gustaría ser inglés para poder gritar… BULLSHIT!!]

Lo que más me ha dolido, como enfermo crónico de dolor y usuario de cannabis (si viviera en USA, dicha ley de “protección al paciente” me afectaría de lleno) es que todo esto se haga mediante una ley que pretendidamente tiene como objetivo protegernos.

Pues bien, así es como protegen sus leyes al usuario de cannabis, paso a paso en un simple ejemplo:

1 – Martha es una señora de 56 años con un problema óseo y muscular que le produce dolor, y entre las opciones terapéuticas que su médico le ofrece están los opiáceos y el cannabis.

2 – Como Martha ha escuchado (y vivido en su comunidad) los problemas derivados del uso “masivo” de opiáceos/opioides y conoce sus efectos, decide probar con el cannabis antes de iniciarse en compuestos como la morfina.

3 – Por suerte, Martha vive en Colorado y en dicho estado hay un buen sistema de regulación que le permite acceder al cannabis sin tener que pasar en ningún momento por ningún mercado negro o gris de ninguna clase.

4 – Martha va a comprar y a ser aconsejada sobre el cannabis que debe usar de mano de un profesional en una farmacia o en un dispensario que le vende la planta ya preparada para su consumo.

5 – Cuando Martha va a pagar, saca su tarjeta VISA para abonar la compra, pero el dependiente le rechaza el pago con la tarjeta y le señala un cartel que indica que sólo pueden cobrar en metálico, en base a una ley hecha para proteger al paciente usuario de cannabis.

6 – Martha no da crédito a lo que escucha, porque en USA el uso del metálico o “cash” es muy infrecuente ya que se paga casi todo con tarjeta o con alguna clase de aplicación en el móvil. Tanto que Martha no lleva nada de dinero en metálico encima, aunque tiene varias tarjetas y sistemas de pago digital a su alcance desde su teléfono móvil, incluido Bitcoin.

7 – Martha se ofrece para pagar con Bitcoin, y el dependiente le señala que está prohibido también, en este caso para protegerla del mercado negro y gris. Martha no entiende una puta mierda a estas alturas.

8 – Martha se rinde, y pregunta dónde hay un cajero automático para extraer algo de ese papel de colores llamado dinero en metálico y pagar con ello su compra. El dependiente le indica dónde está el más cercano. Martha deja la compra y sale a buscar metálico.

9 – Cuando llega al cajero, Martha detecta la presencia de algunas personas que no le dan confianza (parecen estar a la espera de alguna víctima para asaltarla), y para no exponerse al peligro en dicho lugar, decide acudir a uno más concurrido.

10 – Tras conducir 16 kms hasta una gran superficie comercial, Martha regresa al dispensario con dinero en metálico para recoger su compra, e ir a casa a descansar de una puta vez porque tiene la espalda hecha una mierda y quiere relajarse eliminando su dolor.

11 – Cuando Martha abre la puerta del dispensario, con su cartera en la mano, ve que hay 3 tipos armados dentro (uno de ellos con una pistola y los otros con cuchillos) asaltando el dispensario en busca de dinero, mientras el dependiente que una hora antes le había atendido se encuentra en el suelo, inconsciente, en un charco de sangre…

Eso es lo que consiguen dichas leyes para proteger pacientes. El hecho de manejarse sólo con metálico, en USA, es algo excepcional y un riesgo evidente. Desde que los dispensarios de cannabis se ven forzados a trabajar sólo con metálico, se les convierte en un punto claro de interés para ladrones y asaltantes, ya que se ven obligados a acumular y transportar las grandes cantidades de dinero -no necesariamente de ganancias- que mueve el cannabis cuyo precio en USA es exageradamente alto.

Eso ha hecho que los dispensarios -concretamente los datos eran de Colorado- fueran asaltados hasta en 200 ocasiones, y que necesiten tener protecciones equivalentes a las de joyerías o casas de cambio de moneda, para lo que en esencia es vender una hierba seca en bolsitas de plástico tras pesarla en una báscula; un completo sinsentido provocado por legisladores que lejos de trabajar para el bien común, y mucho menos para proteger a ningún paciente, les ponen en peligro.

La historia de Martha, en este caso, es ficción. Lo es en la medida en que es un personaje inventado para poner cara a alguno de esos 200 casos en que se ha provocado una situación de violencia en busca de dinero en metálico. Como respuesta a esta situación, la comunidad del cannabis que es -por lo general- bastante “tech-friendly” adoptó en algunos lugares el pago con Bitcoin, para evitar precisamente que los pacientes (o simples usuarios lúdicos) que se acercasen a comprar cannabis, fueran un cebo tirado a una piscina de tiburones buscando algo que comer, y para no tener que convertir los dispensarios en “oficinas de seguridad” que destruyeran el contacto con el cliente (esencial en estos momentos de re-legalización, por su aporte educativo sobre el producto y la planta).

Esa respuesta inteligente y tecnológicamente sólida que es el uso de Bitcoin para no ponerte en peligro cuando te acercas a por tu medicina a un dispensario, reacción a una ley estúpida que deja los negocios del cannabis fuera del sistema tradicional bancario, es lo que esta enmienda pretende bloquear. Y recuerden el chiste: lo hace para evitar mercados negros y grises, en palabras de su autor, además de para proteger al paciente que usa cannabis.

¡¡REDOBLE Y SPLASH para el legislador!!

Consultado Rob Fess, director de marketing de la plataforma de venta al por mayor de marihuana TRADIV, su opinión era que “excluir a una industria en concreto de un medio de pago específico, parece demasiado poco claro y rudimentario, así que imagino que los abogados no tendrán problema con tirar abajo esta enmienda.”

Satoshi te oiga, Rob, porque una vez más Bitcoin viene al rescate y una vez más le intentan hacer un traje -camisa de fuerza- legal cuyas costuras ya están rotas antes de empezar.